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Dos meses de improvisación y conflictos

El presidente de la República, Santiago Peña, reconoció la gravedad de la crisis penitenciaria y prometió trabajar en profundas reformas para mejorar el sistema. La ciudadanía aguarda una respuesta concreta de parte del Ejecutivo Nacional, que ya lleva casi dos meses de mandato y solo acumula cada vez más conflictos e improvisaciones.

En medio de la crítica situación por la toma de control de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, con la toma de rehenes por parte de los reclusos, el presidente de la República, Santiago Peña, encabezó este miércoles una conferencia de prensa, donde reafirmó que los guardiacárceles y las mujeres retenidos ya fueron liberados.

Aunque no dio a conocer cómo específicamente lograron desactivar la medida de fuerza de los reos, alegó que el Gobierno “no va a negociar” con personas privadas de libertad.

“No estamos para negociar con personas que están privadas de su libertad (…) No podemos utilizar (como pretexto) la insuficiencia de la seguridad penitenciaria, no podemos ceder con estos pretextos a lo que es la delincuencia y el crimen organizado. (…) Mantuvimos una comunicación con ellos mediante el viceministro de Política Criminal, Rodrigo Nicora”, sostuvo Peña.

Intentó minimizar la situación y dijo que no se trata de una actual crisis, sino que es una problemática penitenciaria que se viene arrastrando desde hace varios años, responsabilizando principalmente a las administraciones anteriores, además de señalar que no es algo que afecta solamente al Poder Ejecutivo.

“Es como una enfermedad crónica”, dice Riera

El ministro del Interior, Enrique Riera, habló con Radio 1000 sobre toda la crisis que se vivió y señaló que esto es algo que todos los paraguayos conocen muy bien, y que se trata de algo parecido a una “enfermedad crónica” que cada tanto tiene ataques.

Dijo que lamentablemente en Latinoamérica este tipo de situaciones se repiten demasiado, y volvió a señalar, como lo hizo Santiago Peña más temprano, que las cárceles que habían licitado al final del Gobierno de Horacio Cartes, supuestamente no fueron terminadas ni ejecutadas por la gestión de Mario Abdo Benítez.

Riera expresó que estas nuevas penitenciarías buscaban separar a los procesados de los condenados, y agregó que ahora mismo están trabajando para retomar los proyectos que aparentemente no se habían movido en los últimos cinco años. A su vez, dijo que las cárceles, puertas para adentro, son responsabilidad del ministro de Justicia y para afuera del ministro del Interior, por lo que trabajan juntos.

Según el ministro, ahora Peña ha puesto como prioridad principal el terminar las nuevas penitenciarías. Defendió al ministro de Justicia, Ángel Barchini, diciendo que este habría intentado “limpiar la casa” desde que asumió, y que aparentemente sería por esto que se generaron tantas molestias.

Solución de fondo

Nuevamente, el presidente Santiago Peña aseguró que su gobierno, con miras a llegar a una solución “compleja” y de fondo, se enfocará en la profesionalización del personal penitenciario y mejorar la calidad de vida de los internos, sobre todo “en el respeto a los derechos humanos”.

“No es algo nuevo esto, desde hace años venimos trabajando. Sabíamos ya desde años que es una penitenciaría superpoblada. Tenemos miles de reclusos, de los cuales solo 1.000 tienen una condena. Esto no solo afecta al Poder Ejecutivo. Para una problemática compleja, hay que dar una solución compleja”, sostuvo.

“Se olvidaron de terminar las cárceles, por eso les pedimos a los del Ministerio de Justicia que aceleren en la terminación de las nuevas cárceles y en la formación del personal penitenciario, que son los problemas que tenemos ahora, pero estamos decididos a avanzar. La población penitenciaria está por encima de la capacidad de infraestructura, el personal penitenciario no tiene las condiciones, las herramientas que necesitan”, añadió.

No obstante, resaltó que así como buscarán “respetar los derechos” de quienes están privados de libertad, las autoridades también trabajarán por “los derechos de las personas que sí cumplen con las leyes”.

Respalda a Barchini

Respaldó a su vez al titular del Ministerio de Justicia, Ángel Barchini, afirmando que no será removido del cargo, pese a todas las críticas en su contra, debido a que fue quien generó la problemática en Tacumbú, tras señalar que un policía fugado fue secuestrado y asesinado por el Clan Rotela.

“Esta no es una responsabilidad del Ministerio de Justicia. Quiero manifestarle todo mi apoyo al ministro y viceministro, quiero decirles que esto es una responsabilidad del Gobierno. Agradecer también a las Fuerzas Armadas que vienen desarrollando una gran labor. (…) Se diferencian ambos roles, el Ministerio de Justicia, que se enfoca más en política penitenciaria, y el Ministerio de Trabajo, en los empleos”, alegó.

El mandatario recordó que a comienzos de este año se aprobó una ley de emergencia penitenciaria, mediante la cual se permite contratar sin ningún proceso a personal penitenciario “para dar tranquilidad y seguridad a quienes están afuera y dentro de los centros penitenciarios”.

Los pedidos principales de los reclusos para liberar a los guardiacárceles y mujeres que tenían retenidos desde este último martes y devolver la normalidad a Tacumbú eran que haya garantías de que los organismos de seguridad del Estado no van a entrar al penal y que se defina una fecha definitiva de cuándo van a abrir la cárcel para nuevos reclusos.

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