Reestructuración diplomática: cambios profundos en el servicio consular bajo la administración de Peña

En una audaz medida que ha sacudido el panorama diplomático, el presidente de la República, Santiago Peña, ha anunciado la conclusión de las funciones de 85 funcionarios consulares que operaban en el exterior. La decisión ha resultado en la remoción de varios individuos estrechamente vinculados al ex presidente Mario Abdo Benítez y su gobierno. El decreto 151, emitido por el presidente Peña, ha desencadenado la salida de figuras notables como Cecilia Pérez, ex ministra de Justicia y antigua asesora de seguridad de Abdo Benítez, y Leila Zahira Afara Arguello, hija del ex vicepresidente Juan Afara.

La medida ha sorprendido a muchos al mostrar el enfoque en reconfigurar la presencia diplomática del país en el extranjero. Figuras políticamente conectadas que habían sido designadas en roles consulares y diplomáticos están siendo afectadas por esta reestructuración.

Cecilia Pérez, quien había sido nominada para ocupar el puesto de fiscal general y después fue enviada como ministra ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), es una de las figuras notables eliminadas de sus funciones en representaciones diplomáticas.

Leila Zahira Afara Arguello, quien estaba desempeñándose como primera secretaria en el Consulado General de la República de Paraguay en Miami, también ha sido alcanzada por esta ola de cambios.

El hermano del diputado Miguel Cuevas, Inocencio Cuevas Ruiz Díaz, quien cumplía funciones como cónsul de Guaíra en Brasil, ha sido cesado de su cargo.

La lista de afectados continúa, incluyendo a funcionarios como Fiorella Riciardi, ex asesora de imagen de la ex primera dama Silvana López Moreira de Abdo, y Zoraya Alas, quien fungía como ministra ante la OEA y había sido secretaria privada del ex canciller Euclides Acevedo.

La decisión de Peña ha sido interpretada como un esfuerzo por traer frescura y profesionalismo al servicio consular y diplomático, mientras se aparta de la tradición de designaciones políticas en roles consulares. Esto marca un cambio de paradigma en cómo el país manejará su presencia en el extranjero, buscando elevar la calidad y la integridad de su personal diplomático.

Esta medida resalta el compromiso de la administración Peña de revitalizar y fortalecer la imagen y la efectividad de la diplomacia paraguaya en un contexto internacional en constante cambio. La eliminación de funcionarios afines al gobierno anterior parece ser un primer paso en esa dirección. A medida que se despliega esta ambiciosa reestructuración, el foco ahora está en cómo se configurará el nuevo rostro de la diplomacia paraguaya en el mundo y cómo se desarrollarán las relaciones exteriores bajo esta nueva visión.