Política
Resurge la polémica: Paraguay quiere recuperar trofeo de guerra que está en el Brasil
Cañón El Cristiano, tomado por Brasil como trofeo de guerra durante la Guerra de Paraguay.
El cañón que materializó una larga polémica entre Brasil y Paraguay se llama “El Cristiano” y está expuesto en el patio Epitácio Pessoa del Museo Nacional de Historia, en Río de Janeiro. Forjada a partir de la fundición de campanas de varias iglesias paraguayas —de ahí su nombre, en portugués “la cristiana”—, la pieza de artillería fue utilizada contra Brasil en la Batalla de Curupayty, en 1866, de la infame Guerra del Paraguay que duró seis años en esa década.
Con el final del conflicto militar, en 1870, el ejército brasileño tomó posesión del cañón. Fue uno de los tantos trofeos de guerra traídos a Brasil.
El medio internacional DW publicó un artículo tras el resurgir de la polémica entorno a esta reliquia de guerra. La nota expresa que “153 años después, el arma vuelve a estar en discusión, esta vez, la política. Santiago Peña, el presidente paraguayo que asumió ayer, 15 de agosto, ya ha expresado interés en repatriar elementos como el cañón. Hace un mes, en conversación con periodistas, dijo que hay equipos que se llevaron las fuerzas brasileñas y que ahora están en museos de ese país, y que pertenecieron al gobierno paraguayo, agregó que pretende hablar con el presidente Lula da Silva ( PT) sobre la mejor forma de recuperar estas piezas”.
Una larga disputa
“Se cree que Brasil se ha apropiado, desde la invasión del territorio paraguayo, de unos 328 hidrantes, 94 banderas nacionales, 17 pendones, además de archivos militares y objetos personales del dictador paraguayo Solano López [(1827-1870)] y sus familiares”, dice el jurista y politólogo Enrique Natalino, investigador del Centro Brasileño de Análisis y Planificación (Cebrap).
“Al final de la guerra, el ejército imperial se apoderó del archivo público paraguayo, que transportaba Solano López, y del cañón El Cristiano”, comenta el historiador Francisco Doratioto, profesor de la Universidad de Brasilia (UnB) y autor de Maldita Guerra: Nueva Historia de la Guerra del Paraguay.
Mesa de negociaciones
Los símbolos de una guerra que fue particularmente abrumadora para Paraguay se han colocado en las mesas de negociaciones bilaterales entre los países durante décadas , y parte de ellos, por cierto, ya han sido devueltos.
En el artículo de la cadena internacional, también se resalta que “el cañón, es quizás la pieza más complicada para las negociaciones. Para los paraguayos representa la unión del pueblo a favor de la nación, por el origen de su materia prima; pero un factor que complica para una eventual devolución es que la propiedad está catalogada por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) desde 1998”.
Según la historiadora Wilma Peres Costa, profesora de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), las discusiones sobre la devolución de los trofeos de guerra se remontan a los primeros años de la República, proclamada en 1889.
“En ese momento, los jóvenes soldados positivistas hablaban de devolver los trofeos como una forma de desafiar a la propia monarquía, ya que abogaban por una condena de las guerras y una misión política para el ejército”, dice ella, autora del libro A. Espada de Dâmocles: o Ejército, la Guerra del Paraguay y la Crisis del Imperio.
Este fue también un movimiento realizado por los otros vencedores de la guerra, Uruguay y Argentina. Los uruguayos comenzaron a devolver artículos como este en el siglo 19. “En 1954, el gobierno del presidente argentino Juan Domingo Perón [(1895-1974)] buscó reconectarse con Paraguay repatriando parte de estos objetos”, recuerda Natalino.
En la década de 1970 ocurriría lo mismo en Brasil, “como gesto simbólico de la alianza estratégica que culminó con la construcción de la hidroeléctrica de Itaipú”, destaca el politólogo. El gobierno del dictador Ernesto Geisel (1907-1996) devolvió al vecino el primer lote de objetos, entre los que se encontraba la espada que pertenecía a Solano López. En 1980, bajo el gobierno de João Figueiredo (1918-1999), también se devolvió un segundo lote.
Sin embargo, las conversaciones han retrocedido. Las negociaciones para restaurar el resto, incluido el famoso cañón, avanzaron significativamente al final del segundo mandato de Lula, en 2010, y durante el mandato de Dilma Rousseff. En su momento, incluso se dijo que el regreso de El Cristiano estaba en marcha. Sin embargo, tras la destitución del expresidente, las negociaciones retrocedieron.
Controversia sobre la devolución
Desde un punto de vista histórico, existe controversia sobre la devolución o no de los trofeos de guerra. “Sinceramente, no tengo una posición sobre cómo abordar este tema hoy”, comenta Peres Costa. “Creo que tiene que ver menos con el pasado que con el presente y el futuro, dentro del proyecto de fortalecimiento de la unidad latinoamericana, tan importante en la nueva configuración geopolítica del mundo, la cresta de las Fuerzas Armadas”.
Natalino recuerda que “la devolución de reliquias, trofeos de guerra u otros bienes culturales a sus países de origen implica naturalmente un riesgo de pérdida o destrucción de estas colecciones”. “¿Qué es más importante: su devolución a los legítimos propietarios o la garantía de su conservación para la humanidad?”, se pregunta.
Explica que una posible devolución del cañón sería “un acto unilateral del gobierno brasileño, ya que no existe ninguna obligación bajo el derecho internacional para que el país lo repatrie”.
-
Destacado
Peña deja la cumbre del G20 en ambulancia tras sentir dolor en el pecho
-
Lifestyle
“Bungee jumping training”: saltar para estar en forma
-
Política
Falleció el abogado José Fernando Casañas Levi
-
Deportes
¿No habrá premiación si Olimpia grita campeón este domingo?
-
Deportes
Cuando Lionel Messi no conocía a Antonio Sanabria
-
Agenda Cultural
Paraguay e Irlanda celebran el legado de Madame Lynch
-
Deportes
¡Olimpia aguanta con uno menos y conquista su estrella 47!
-
Política
En redes sociales despiden a Casañas Levi