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Permanencia de Fretes en el cargo erosiona la democracia y apeligra los DDHH, sostiene experto jurídico

Theodore Stimson. Foto: Unicanal

Theodore Stimson. Foto: Unicanal

Theodore Stimson, abogado y especialista en Derecho Internacional, realizó un análisis sobre la situación que involucra al ministro de la Corte Suprema de Justicia, Antonio Fretes, en un supuesto tráfico de influencias y cómo podría afectar al país dicha situación. Afirma que este hecho repercute no solo en la imagen jurídica del país sino también en el aspecto económica debido a que resta posibilidades de inversiones que a la vez generan fuentes de empleos.

Stimson afirma que el escándalo desatado al darse a conocer que Amílcar Fretes, hijo del ministro, fue representante de Kassem Mohamad Hijazi, quien lo habría contratado supuestamente para evitar su extradición a los Estados Unidos, erosiona la democracia y apeligra los derechos humanos.

¿Cómo usted observa la permanencia en el cargo de tal cuestionado ministro, teniendo en cuenta todos los intentos de mejorar la imagen del país de cara a los organismos internacionales?

Es un episodio negativo para la confianza en el estado de derecho en el Paraguay, algo fundamental para obtener el grado de inversión. El grado de inversión es fundamental para atraer inversiones, crear fuente de empleo, y desarrollar el país. Escándalos de disipación moral mayúscula en la presidencia de la Corte Suprema perjudican la imagen del país y la credibilidad de uno de los poderes del Estado, contrapeso del Ejecutivo y Legislativo. Como dijo Montesquieu, no hay libertad si el poder juzgar no está bien deslindado del poder legislativo y del poder ejecutivo porque entonces el judicial puede disponer arbitrariamente de la vida libertad y propiedad de los ciudadanos o tener el juez el poder de un opresor. Cuando la misma presidencia de la corte y la propia corte suprema está inficcionada de corrupción entonces es vulnerable ante los otros dos poderes del Estado, y deja de funcionar de contrapeso para confundirse con los mismos, y ante de imperar en la República la ley, impera la voluntad de los corruptos. Esto erosiona la democracia y apeligra los derechos humanos.

Ejemplo. ¿Qué imagen está dando Paraguay a Estados Unidos, luego de las últimas nominaciones como corruptas, teniendo en cuenta que su coordinador anticorrupción anunció recientemente que siguen los monitoreos del Departamento de Estado con respecto a futuras nominaciones?

La imagen que da es que hay rivalidades entre diferentes élites política y económicas, y que si bien la ciudadanía anhela cambios para fortalecer la institucionalidad las élites simplemente quieren suceder unas otras en pujas de poder bruto para su propia sobrevivencia, y ante esto cualquier designación o medida debe hacerse de modo a evitar consecuencias no intencionadas aguas abajo, esto es alteraciones que puedan terminar en inestabilidades indeseadas por haberse llevado adelante en un momento inoportuno o con demasiada prisa.

¿Sigue dando Paraguay más tela que cortar a los EE. UU.?

Absolutamente. Pero siempre es preferible que Paraguay sea su propio sastre, que diseñe y confeccione su propio tejido institucional y un vestuario no solamente atractivo para la mirada externa sino de calidad para la población, para los justiciables, abogados y otros operadores de la Justicia.

El asunto de que el peligroso criminal Kassem Mohamad Hijazi, en su momento requerido por los EE. UU. por diversos crímenes, haya logrado establecer contacto con el hijo del ministro Fretes e incluso haya establecido un contrato con él, -según las denuncias para una millonaria coima para evitar su extradición-. ¿Cómo esto afecta a las garantías jurídicas/diplomáticas que tiene los EE. UU. o el propio Paraguay, de que un pedido de extradición tenga trámite transparente y sin intervenciones oscuras en nuestros sistema judicial?

Hijazi fue extraditado a pesar del disimulado intento de tráfico de influencias del hijo del presidente de la Corte y probablemente esto señale que a pesar de lo nefario del affaire el presidente de la Corte sabe que hay ciertas líneas que no se pueden cruzar con los EE. UU,, y entonces hay quizá un alivio pero con susto y repugnancia.

El código de ética de la Corte Suprema en el artículo 19 establece el deber de los miembros de la Corte de cuidar el decoro e imagen del poder judicial, y exige omitir toda conducta que pudiere implicar el uso del cargo para beneficio propio o de sus familiares, para defender intereses particulares o efectuar tráfico de influencia.

El affaire confirma que a pesar de los códigos de ética y compromisos de la Corte con la transparencia, no es confiable su integración y conducta, y que exige fuerte presencia diplomática para velar por intereses vitales.

Por último, a modo de obtener un comentario personal suyo. Últimamente, antes de que estalle el último escándalo del caso Fretes, ya se hablaba de que las próximas nominaciones de los EE. UU. podrían alcanzar a importantes figuras del ámbito judicial paraguayo. ¿Cree usted que Fretes reúne los requisitos para ser declarado como “corrupto” por el Departamento de Estado de los EE. UU.?

Los medios publican información sobre un crecimiento económico no acorde con la realidad de un ministro de Corte. Ahora, el Departamento de Estado solo declara “significativamente” corrupto a aquellos sobre quienes hayan recolectado informaciones creíbles de estar implicados directa o indirectamente en actos significativos de corrupción, incluyendo corrupción relacionada a la extracción de recursos naturales o violación de derechos humanos, en el contexto de los esfuerzos de política exterior de combatir la cleptocracia, promover la transparencia y defender los derechos humanos. Hijazi fue extraditado y entonces la línea roja no fue cruzada y la designación tal vez esté en suspenso.

Creo que hay una profunda crisis en la Corte, infracciones éticas que pueden considerarse mal desempeño y que serían mejor resueltas por juicio político que por la intervención internacional. En este momento, en vísperas de elecciones, es improbable pero no imposible una designación de significativamente corrupto, por las repercusiones y consecuencias no intencionadas en un proceso electoral. En 2016 el director de la FBI, James Comey, fue muy criticado por hacer una conferencia de prensa a días de las elecciones entre Hilary Clinton y Donald Trump para reabrir la investigación sobre utilización de cuentas de correo electrónico de Hillary para cuestiones de estado (ella era Secretario de Estado). Aunque Comey lo niega, fue percibido como una intervención en las elecciones. Aunque habría méritos según la información creíble, un sector político respalda al ministro y otro pide su enjuiciamiento, y entonces podría percibir como intervencionista la designación.

La Corte Suprema entiende en forma sumaria las cuestiones electorales derivadas del Tribunal Superior de Justicia Electoral, y entonces alterar el equilibro en la Corte puede tener implicancias para próximas controversias electorales. El status quo por el momento parece escenario más probable.

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