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Política

Rigoberto Zarza: “La democracia paraguaya tiene rostro de desigualdad”

Abogado Rigoberto Zarza. Foto: Gentileza.

Abogado Rigoberto Zarza. Foto: Gentileza.

POR Martín Ramírez Machuca
Dr. en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica. Universidad de Kiel, Alemania.

La turbulenta situación política del país diariamente se agrava con los sucesos que no dejan dormir a la población. Las declaraciones del embajador de los EE. UU., Marc Ostfield, han puesto en la mira a los estamentos esenciales del Estado. En estos días, se ha revivido la folclórica frase acuñada por un veterano político: “criterio político”; justamente esta figura consensuada prácticamente por el colectivo político ha aplicado el TEP de la ANR para autorizar el cambio de precandidato del movimiento Fuerza Republicana.

El Nacional se ha comunicado con el Abg. Rigoberto Zarza, experimentado y respetado profesional del Derecho y con una vasta experiencia en Ciencia Política. Zarza ha gerenciado elecciones internas municipales y generales, asimismo, ha participado en varias elecciones en carácter de observador internacional por la OEA. Zarza subraya aspectos clave en esta nota, con el fin de que la población se oriente un poco más sobre la actual coyuntura política.

Hoy en día, más que nunca la situación política del país ha llegado a un nivel catastrófico, ¿cuál es su reflexión sobre este pesado momento político?

Yo diría que se llegó a un punto del camino donde está la encrucijada, el tape joasa (cruce de caminos) y en un punto de inflexión, o seguimos el camino de siempre maquillando la democracia, o tomamos el nuevo rumbo para encarar la profundización de una democracia de ciudadanía donde los derechos declarados y protegidos por la Constitución Nacional y las leyes sean efectivamente ejercidos por los ciudadanos a través de políticas públicas eficientes y transparentes.

Nuestra democracia es cosmética y ya no aguanta más para seguir encubriendo el rostro descarnado de la desigualdad galopante. Esa desigualdad que se siente y se sufre cada día en carne propia por la falta de acceso a justicia, a un empleo digno, a una salud oportuna, a una educación pública para todos, y a una seguridad física y jurídica, entre otros. El rostro de nuestra democracia es la desigualdad. Y la velocidad de su deterioro aumenta la gran brecha, direccionándonos hacia un callejón sin salida. Es momento de reaccionar hoy, porque mañana puede ser tarde.

La política paraguaya siempre ha sido manejada por dos grandes partidos hegemónicos: el PLRA y la ANR, ¿estarían perdiendo poder estos referentes políticos?

Totalmente. Creo que están desatinados en su rol en democracia. Convertidos en maquinarias electorales, desechables, fueron víctimas de un proceso de vaciamiento ideológico y doctrinario. Y cuyos espacios vacíos fueron utilizados y aprovechados por sectores de poder político y económico inescrupulosos, que instalaron en su seno, a modo de vientre de alquiler, un modelo enfocado a horadar, inficionar, las instituciones republicanas, con el elemento letal de la corrupción, vía representación política, y construyendo muros de contención y amparo, impunidad mediante, para proteger sus actividades ilícitas. Y esto agravándose hoy día con la incursión sin precedentes de la narcopolítica. Con mucha corresponsabilidad compartida por las cupulas partidarias.

Fernando Lugo logró romper la hegemonía de la ANR, pero no supo permanecer en el poder, ¿cuáles habrían sido los factores de su destitución?

Creo que no logró una gobernabilidad basada en un consenso a nivel nacional con la clase dirigencial del país. Es muy difícil gobernar con la confrontación y la exclusión de amplios sectores de la sociedad y más aun sesgado por convicciones ideológicas que lo único que hicieron fue sectarizar la función gubernativa.

En estos álgidos momentos aparece la Concertación Nacional, un conglomerado de movimientos y partidos, ¿cuál es su análisis de este grupo?

Los cascarones de alianzas y acuerdos, con un objetivo meramente electoral tienden siempre a un fracaso. Sin tener una sólida definición y coincidencia programática, sumados con liderazgos productos del oportunismo político y fuertes rasgos populistas, generalmente puede constituir una estafa al ciudadano. El país no necesita la alternancia por la alternancia. El cambio de hombres por otros, que sigan sosteniendo el mismo modelo de país. Necesitamos un cambio equilibrado y maduro, basado en un consenso nacional, producto de un fructífero, sincero y transparente diálogo. Concertación, con pluralismo ideológico, que solo busca enarbolar la bandera de “ANR nunca más”, o “ANR delendae est” (ANR debe ser destruida), O “Patria o Mafia”, no pueden ser garantía de cambio. La gente busca una nueva política, donde la ética sea su nervio motor y donde la persona humana sea el centro de su gestión.

EE. UU ha dado un baldazo de agua fría al gobierno paraguayo con la declaración de “significativamente corrupto” a dos importantes referentes políticos del país, ¿qué puede subrayar sobre este caso?

Generalmente el baldazo de agua fría tiene el primer efecto de sacudirnos y despertarnos súbitamente. Oportuno para nosotros porque ya hacía mucho tiempo que seguíamos bailando al son del tango Cambalache. Llegó el tiempo de parar esa música y terminar este baile para bien de nuestra patria.

La corrupción permeó en todos los ámbitos de la sociedad paraguaya, ¿qué se debería hacer para iniciar un limpieza?

Un político latinoamericano afirmaba que: “a la corrupción se le combate con la honestidad”. Debemos instalar una cultura de la honestidad, fundamentalmente para el manejo de la cosa pública. Políticos, servidores públicos con vitamina C de credibilidad y confianza de la gente, con vitamina H de honestidad para el ejercicio de la función pública y con vitamina P de patriotismo. Son remedios necesarios para la democracia postpandemia. Paralelamente fortalecer con eficiencia y transparencia las instituciones de justicia (Poder Judicial y Ministerio Público). Tomar otro camino sería arriesgarnos a un rotundo aplazo en democracia.

Debido a la calamitosa situación sociopolítica que atraviesa el país, urge la instalación de una Nueva República, ¿con qué eje se podría reiniciar una nueva visión de República?

La postpandemia nos exige urgentemente reacondicionar y readecuar nuestras instituciones políticas, para dar respuestas inmediatas a los reclamos de la gente; la velocidad de la demanda ciudadana es diez veces mayor a nuestra capacidad de respuesta. Nuestras instituciones necesitan sacudirse de la modorra y parálisis en la que están inmersas. El punto de partida debe ser un nuevo pacto por y para la Patria. El pacto con la ciudadanía es el punto de partida, no el pacto de cúpulas partidarias. Perentorio y necesario. Un pacto con prioridad, enfocado en lo social y económico, para contener el tsunami de la decepción y desencanto de la gente hacia la gestión en democracia.

Por otro lado, debemos advertir seriamente que el detonante de la inseguridad ha sido activado hace tiempo: inseguridad laboral, física y jurídica, inseguridad en la salud y educación y otras áreas que afectan seriamente a  la seguridad de nuestras familias. Se impone reconstruir la confianza de la ciudadanía hacia sus instituciones y su clase dirigencial.

Actualmente, hay una paleta política de distintos colores para elegir, a su criterio, ¿cuál sería la chapa que a la sociedad le caería bien?

Creo que nuestra democracia postpandemia exige un liderazgo de mucha gestión eficiente y transparente, con resultados positivos y creíbles. Liderazgos políticos con un cimiento solido en Valores y Principios. Nuestra batalla en este nuevo tiempo no será la confrontación de colores sino será la batalla por los valores y en eso hay que interpelar muy fuerte a los liderazgos políticos para que tomen una firme posición. Eso podría ser el perfil de la chapa que caería bien a la gente. Los lideres promeseros y aguaceros que aparecen siempre en épocas electorales ya no tienen cabida y están con fecha de vencimiento.

El nacionalismo y patriotismo se reactivaron a flor de piel en los paraguayos, debido a las fuertes declaraciones del embajador de los EE. UU., ¿considera Ud. que hay intromisión de los EE. UU. en los asuntos internos del país?

Confieso que no soy un entendido en diplomacia. Pero debemos convenir, y con mucha sorpresa que ha sido una manifestación para nosotros inusual del ejercicio de la diplomacia. Muy osada y con rostro de imperio. Nos sacudió y nos hizo recordar que tenemos una patria, soberana e independiente y no una colonia. Que nuestro patriotismo no es una pieza de museo, sino el valor supremo que debemos ejercitarlo todos los días y especialmente en la vida pública. Para muchos queda como una manifestación bajo sospecha, por el contexto electoral. Y para quienes podamos tomar nota, es un recordatorio, que existe un protocolo de selección en democracia, para proponer y postular a los mejores y no a los más averiados. Y en eso tenemos todos una responsabilidad compartida.

Si Ud. tuviera la oportunidad de hablar directamente con HC, ¿qué le recomendaría?

Sin comentario.

 

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