Informe de Abdo: “Cartes sigue haciendo el orden del día de la agenda de Marito”, señala analista

El analista y consultor político Caio Manhanelli señaló, en comunicación con El Nacional, que el informe de gestión de Mario Abdo Benítez, en general fue un “discurso dudoso o vacilante”. Manifestó que algo que no está bien y que el mandatario lo viene haciendo desde el inicio de su Gobierno es la necesidad que tiene “pegarle” a su antecesor en medio de su discurso. En este sentido, aseguró que Cartes sigue siendo el orden del día de la agenda del mandatario.

“Nosotros decimos que, en Colombia, Álvaro Uribe (expresidente) por ejemplo hasta hoy hace el orden del día en la prensa y también hace el orden del día en la agenda política del país. En este caso, me parece que Cartes sigue haciendo el orden del día de la agenda de Marito, porque desde su primer día de Gobierno no dejó de hablar mal de su correligionario partidario. Entonces eso está mal”, sostuvo.

“El aspecto positivo de su discurso es que, de hecho, cuando hace un discurso un presidente hablando sobre todo lo que el presidente ha hecho, está súper bueno (en lo que refiere a la presentación), se mira por fin que ha hecho un gobierno. Pero hay una lógica en su discurso que está bien mala y que es la lógica que los peores administradores de este marco temporal de nuestro tiempo histórico están usando. Fue el marco discursivo de Lenin Moreno en Ecuador (expresidente) y es el marco discursivo de Jair Bolsonaro, hablar mal del Gobierno anterior”, expresó.

“Ahí tenemos un problema de que (Abdo) no logra superar la necesidad de pegar al Gobierno anterior, de volver al pasado”, sostuvo.

Inseguridad

Sobre el combate al crimen organizado y la inseguridad, que fue resaltado por el mandatario en su informe de gestión, hay muchas situaciones que le juegan en contra, como los últimos hechos de sicariato y crímenes que se vivieron y se siguen viviendo en estos últimos años.

“Puede ser que sea la realidad. De hecho, tiene números ahí, la estadística es el arte o la ciencia del Estado. Pero por dar un ejemplo, la muerte del fiscal fuera del país, y con claras notas de que tenía que ver con lo que pasaba en el país, esto es bastante complicado, juega muy en contra, porque se trata de un miembro del Estado que merecía el soporte del Ejecutivo en cuestión de seguridad”, sostuvo.

Aseguró que al hablar Mario Abdo del combate al crimen organizado y a la inseguridad, deja un mensaje de olvido de los hechos, o al menos es eso lo que la gente puede llegar a entender. “Está bien que hable de los números, pero quizás la manera en la que habló no fue la mejor, porque estamos hablando de un gobierno donde su ministro del Interior normalizó el sicariato”, dijo haciendo referencia al anterior titular del Interior, Arnaldo Giuzzio.

Sobre el punto, recordó el momento en el que Mario Abdo asume la presidencia de la República e instala como política gubernamental la lógica de desecharse de todo lo que vino del gobierno anterior. En este caso, mencionó al Grupo Lince, que nació durante el mandato de Horacio Cartes. “Esto sale mal porque la opinión pública le pega (a Abdo)”, aseveró.

De acuerdo al especialista, será muy difícil que cualquier gobierno, y en especial el de Mario Abdo, logre instalar en la cabeza de la gente que ha hecho mucho en contra del crimen organizado cuando se miran casos de crimen organizado en los mismos años.

La pandemia le salvó del juicio político

Para Manhanelli está más que claro que el error más grande que cometió Mario Abdo Benítez es que ha tenido una falta de dirección desde el principio y otra cuestión tiene que ver con su arrogancia. “Hay muchos equívocos en el caso de Marito, pero más que nada tiene que ver con la parte técnica de la gobernación”, expresó.

Mientras que, en más de una ocasión, se habló del juicio político para el mandatario, al decir del politólogo, esto no se concretó a causa de la pandemia. Para los analistas políticos, Abdo se encuentra en la lista de cuatro presidentes de América Latina a quienes les salvó el Covid-19, además de Jair Bolsonario (Brasil), Sebastián Piñera (Chile) y Lenin Moreno (Ecuador). Los últimos ya habían culminado su mandado en el 2021.

“A Mario Abdo la pandemia le salvó, porque ninguna élite política quiere hacer un cambio cuando tenemos que enfrentar algo que está en un nivel de aniquilación, una guerra, por ejemplo, y en este caso la pandemia, y que alcanzó a todo el mundo”, dijo.

Finalmente, en su análisis agregó que el discurso del mandatario posee muchas informaciones técnicas, lo que dificultó mucho la expresión. “Él habla de lo que estaba bueno sobre su gobierno, en este aspecto está bien, no vas a escuchar a un gobernante hablando que pasó por problemas de corrupción en su gobierno, ni los más claros. Pero tuvo detalles bastante vacilantes, excitantes, en el sentido de dudar, de no tener seguridad, eso estaba muy claro. No estaba cómodo hablando lo que estaba hablando ahí”, expresó.