La Constitución Nacional cumple tres décadas de vigencia

La Constitución Nacional cumple este lunes 30 años de regir como la máxima ley en nuestro país, la cual entró en vigencia el 20 de junio de 1992, en medio de un contexto bastante turbulento de la historia nacional donde se empezaba a abandonar de a poco un régimen autoritario y el intento de avanzar hacia la democracia.

La tradición política autoritaria de nuestro país, ya desde los primeros años de independencia y hasta la caída del estronismo en 1989, quedó impregnada en el desarrollo institucional y legal. El golpe militar que derrocó al general Alfredo Stroessner marcó un momento clave en la historia nacional, donde se inauguró un periodo de apertura política con un gobierno de transición y con reformas de corte democrático.

Con este proceso, en 1990, llegó la reforma de la ley electoral que permitió, por primera vez en la historia del Paraguay, unas elecciones directas de intendentes municipales. En este contexto, comenzó a gestarse el debate de la necesidad de una reforma constitucional. Era el paso irrenunciable para avanzar hacia un Estado de Derecho y Democrático.

Teniendo en cuenta que en la Constitución de 1967 existían muchos artículos que favorecían la concentración de poder por parte del Ejecutivo y dificultaban la correcta división de poderes del Estado, se tenía que avanzar hacia una nueva Ley Suprema que garantizase el cumplimiento de los derechos fundamentales.

Así, en 1991 tuvieron lugar elecciones para conformar la Convención Nacional Constituyente que debía llevar a cabo una revisión total de la Constitución de 1967. Con una mayoría de convencionales pertenecientes al Partido Colorado, organización política que otorgó sustento y legitimación al viejo régimen, pero también con representación de prácticamente todas las agrupaciones políticas existentes, la Convención concretó la reforma constitucional más amplia en la historia paraguaya. La nueva Constitución Nacional entró en vigencia el 20 de junio de 1992.

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La Constitución Nacional es letra muerta para los actuales gobernantes del país.https://t.co/K3lxpt3zjs

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Marco normativo desfasado

Han pasado tres largas décadas desde la entrada en vigencia de la Constitución Nacional y durante este tiempo ya ha ocurrido mucho; desde lo legal, jurídico y político, que ha creado controversias y ha levantado el debate sobre la necesidad de una nueva actualización del máximo marco normativo del país.

A criterio del abogado constitucionalista Marcelo Duarte, existen algunas cuestiones que no están lo suficientemente claras, por lo menos para algunos, que abren la posibilidad a interpretaciones y llevan a conflictos de orden político, legal y hasta civil.

“Por ejemplo, el tema de la reelección del presidente de la República siempre ha traído bastante problema. Una buena es que se ponga claramente que no hay relección de ninguna manera o, de lo contrario, deberíamos acordar que sea reelecto por una sola vez, como se hizo en varios países. Debemos tomar esa decisión para que no sea cada tanto un conflicto entre los sectores políticos y de la sociedad”, explicó el experto, en una entrevista que brindó recientemente a nuestro diario.

Otra cuestión que el profesional en constitucionalismo considera a corregir, es la que tiene que ver con los Poderes del Estado y la elección de magistrados. “El sistema de elección de jueces que tenemos se debe analizar y los órganos que intervienen. Se debe aclarar si los magistrados tienen carácter permanente o si deben ser confirmados cada vez que vencen sus mandatos”, afirmó.

En esa misma línea, sostuvo que otro punto a estudiar es la intervención de los órganos para llegar a la designación y confirmación de un miembro de la Corte Suprema, como así también la participación del Congreso en procesos de selección de autoridades de entidades de administración de Justicia, como ocurre en el Consejo de la Magistratura (CM) y en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM).

Modificar lista de senadores

Duarte afirmó que también resulta importante aclarar el tema de la elección de miembros del Congreso Nacional, proceso que se hace a través de una lista nacional para senadores y una departamental para diputados.

“Paraguay debe ser el único país que tiene una lista completa nacional de 45 miembros para el Senado. Normalmente, en otros países, hay una cámara que se elije de manera proporcional a través de una lista departamental y otra distrital, pero este sistema que tenemos es una innovación que debemos examinar si sus frutos son beneficiosos o si habría que ajustar”, acotó.

Proceso de juicio político

Con respecto a la figura constitucional del juicio político de autoridades en función, el abogado consideró que el texto en la Constitución resulta suficientemente claro y señaló que nunca se prestó a confusiones. “Quizá se ha reclamado en el exterior, ante organizaciones internacionales, por parte de las personas que fueron destituidas, alegando que no tuvieron derecho a la defensa, pero para mí eso no se confronta con la realidad”, continuó.

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¿Cómo introducir todos estos cambios necesarios?

Duarte expresó que se debería tener mucho cuidado cuando se intente introducir modificaciones en la Constitución. “El sistema que tenemos para modificar nuestra Constitución, con cambios de esta envergadura, debería ser a través de una Constituyente, no puede ser a través de una enmienda y que luego el remedio sea peor que la enfermedad”, dijo.

“Se debe cuidar que si hoy hay 5 o 10 dudas, finalmente terminen metiendo 20 cambios. Lo que se debe hacer, a mi criterio, es meter estas nuevas precisiones para que no haya más la especulación y que alguien interprete de una manera en función a sus intereses y la redacción no sea lo suficientemente clara a veces para impedir que alguien con mala fe interprete de manera distorsionada”, agregó.

Por último, reconoció que llamar a una Asamblea Constituyente en estos momentos sería abrir una “caja de pandora”. “No sabremos quiénes irán y en qué proporciones. Lo que sería bueno antes de ir a una Constituyente, armar un preacuerdo con todos los sectores políticos y acordar los temas a tocar para no estar viendo otros asuntos y el rumbo en que se ajustarían estos. Yo opino de una manera y otros opinan de otra, pero se debe aceptar lo que piense la mayoría”, concluyó.

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