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Política

Almirante López Moreira Pastore: Tras el Golpe de Estado “devaluaron las FFAA”

Imagen de archivo del 2 y 3 de febrero de 1989.

Imagen de archivo del 2 y 3 de febrero de 1989.

El almirante Carlos Guillermo López Moreira Pastore (83) habla con ideas tan claras, parece como si tuviera todas las palabras exactas a cada consulta, como “un libro abierto”: con aplomo, sin apenas dudar, construyendo cada frase de forma exquisita. “El cambio se vino de golpe, podría ser el título de lo acontecido”, señala el hombre al recordar la noche entre el 2 y 3 de febrero de 1989, fecha en que el general Alfredo Stroessner dimitió.

“En aquel entonces, yo estaba como jefe de Gabinete del comandante de la Armada. Fueron horas de mucha tensión”, agregó y en su memoria llegan recuerdos de lo sucedido hace 33 años y también hace un análisis de lo que, a su criterio, pasó con las Fuerzas Armadas tras el Golpe de Estado, y de su decepción de los gobiernos posteriores.

– ¿Qué recuerda de aquel 2 y 3 de febrero de 1989?

Recuerdo cuando se iniciaban las primeras conversaciones sobre las intenciones de cambiarle al presidente Alfredo Stroessner, en esa época siempre nosotros vivimos una permanente tensión y preocupación, porque Stroessner tenía un sistema de muy buen control en todas las Fuerzas Armadas y, entonces, toda esa época desde que comenzó los preparativos hasta esa noche y madrugada del 2 y 3 de febrero fue de mucha tensión. Pero también fue de una comprobación de la calidad de la gente, ya que nunca se filtró ninguna de las concentraciones que se hicieron. Yo creo que todos ya estaban con el mismo pensamiento de que ya era época de que el presidente Stroessner diera lugar a otra persona que dirija al país.

– ¿Qué significa para usted esas fechas?

Como se dice siempre, que con eso vino el inicio de la democracia del Paraguay. Esa era la intención de las Fuerzas Armadas, pero la realidad es que la mayoría de los que vivimos aquel momento y seguimos aún, estamos muy desengañados y decepcionados de lo que fueron los gobiernos posteriores al Golpe. Nosotros queríamos ver otra cosa del país y no pasó eso. Ninguno consiguió lo que nosotros pensábamos que iba a mejorar. Eso hasta hoy no se consiguió. El mayor cambio que noto después del Golpe de Estado y de que tomaran la conducción del país los presidentes de la democracia, fue devaluar las Fuerzas Armadas.

– ¿En qué sentido?

La hicieron inoperante a las Fuerzas Armadas. Para los políticos es muy fácil. La forma más fácil de quitarle protagonismo es quitándole los presupuestos. Fueron debilitándola, olvidando que si hay democracia es porque las Fuerzas Armadas decidió. Ojalá que eso pueda cambiar, porque si las Fuerzas Armadas están bien equipadas, instruidas, estructuradas, va a ser más útil y es lo que se necesita y más ahora en este tiempo que estamos viviendo. Eso va a ser un bien para el país, porque quienes le dan la seguridad a la existencia del Estado paraguayo son las Fuerzas Armadas.

– ¿Recuerda alguna anécdota de aquel acontecimiento?

La detención del general Alcibiades Brítez, jefe de la Policía. Al comandante de la Policía lo iba a detener un teniente, pero él no quiso que le detenga un teniente. Entonces, llamaron al comandante en la Marina para pedirle un nombre de quién podría detenerlo. Y el comandante ofreció mi nombre y el general Brítez aceptó. Entonces fui con mi vehículo, acompañado de oficiales y suboficiales a apresarle al general Brítez y llevarlo directamente a la Caballería.

La realidad fue que para mí fue una gran impresión porque cuando fui guardia marina, egresado del Colegio Militar, nos fuimos seis meses al Chaco y estuve trabajando en el Estado Mayor del Comandante del Territorio Militar del Chaco, que en ese momento era el general Brítez, y cuando yo le invité a que me acompañara y le alcé a mi camioneta y me senté a su lado, él me preguntó de qué remesa era y entonces le dije que del 60. Me miró y el trato fue cordial. Él era un oficial más antiguo que yo. Llegamos a la Caballería y de ahí lo llevamos a la casa del General Rodríguez, acompañado por el General Sánchez González, jefe de Estado Mayor del Primer Cuerpo de Ejército.

– ¿Un momento inolvidable?

Totalmente. Aquel 2 y 3 de febrero lo recuerdo todos los días de mi vida. Alrededor reinaba mucha incertidumbre y nadie sabía muy bien todavía qué sucedía. La mayoría encomendándose a Dios. Todo fue increíble.

Le habló en clave

Otra de las personas que recordó para El Nacional, algunas vivencias que lo acercaron a Alfredo Stroessner, fue el doctor Alejandro Velázquez Ugarte. Entre otras cosas, Velázquez Ugarte recordó a Stroessner como una persona que siempre hablaba de “nuestro gran pueblo paraguayo”. “Esa frase por ejemplo lo repetía casi siempre, en cada conversación. Era muy nacionalista en todo sentido”, dijo. “El General Stroessner era muy respetuoso de todos y era muy familiero”, agregó.

Trajo a colación el recuerdo de cómo le habló en clave al general para comentarle lo que iba a pasar en la madrugada del 3 de febrero, fecha en que se dio el Golpe. “Yo sabía todo seis meses antes lo que iba a pasar, incluso le dije toda la clave que era “33”, 3 de febrero a las 3 de la mañana, pero no quería que haya derramamiento de sangre”, dijo. Relató que en la noche del 3 de febrero se presentó junto al general. “Le seguí y le dije ‘mi general aquí estoy yo, me presento para combatir a su lado’. Esto lo cuento por primera vez”, sostuvo.

1 Comment

1 Comentario

  1. Hugo Zorrilla

    4 de abril de 2024 at 14:35

    Mis pesames a la famiia del almirante Lopez Moreira

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