“Hoy estamos en manos del crimen”, criticó exministro del Interior

El exministro del Interior, Nelson Mora, dio con todo su arsenal al gobierno actual y a los que le precedieron. Aseguró que se permitió que organizaciones criminales ganen demasiado espacio en nuestro país como para que se registren casos trágicos en eventos masivos. Acusó a los políticos de ser “cómplices” de la desidia.

“Todo el sistema está fallando. No es un hecho nuevo y la falla está también en la toma de decisiones. Hay una desidia no solamente de la parte administradora, sino de la clase política. Tenemos una desidia cómplice. Hoy estamos en manos del crimen”, sostuvo en comunicación con la 800 AM.

En este sentido, lamentó la tragedia ocurrido en el Ja’umina Fest, que tuvo lugar en el anfiteatro José Asunción Flores, ciudad de San Bernardino. Durante el desarrollo del mismo, fallecieron dos personas, entre las que se encuentra Cristina “Vita” Aranda, esposa del jugador Tito Torres.

Cuestionó que el evento masivo no haya contado con seguridad policial aun cuando la organización privada del evento se haya negado a esa posibilidad. “Todos los actos en donde hay más de 20 mil personas son competencia de la Policía Nacional. Simplemente no hubo prevención”, continuó.

“El Paraguay tiene una cúpula policial que no nos merecemos”, dijo, y exigió al presidente de la república cambiar a toda su cúpula.  “Si no lo hace, es por algo”, fustigó.

“¿Cómo estamos? ¿Con narcos participando de este tipo de eventos? ¿Dónde están los controles para estas fiestas que antes eran mucho más familiares?”, continuo.

Insistió en que en poco tiempo la soberanía del país será entregada a los narcotraficantes. Agregó que antes de que eso suceda, es un buen momento para solicitar ayuda internacional.

Este domingo se produjo un tiroteo en el Ja’umina Fest, donde resultó herida mortalmente Vita Aranda, esposa del jugador de Olimpia, Iván Torres. También falleció un ciudadano de nombre Marcos Rojas. Resultaron heridas cinco personas, una de ellas con orden de captura y el aparente blanco de los sicarios.