Obispo pide erradicar los “vicios de la corrupción que mata y margina al prójimo”

En el quinto día del novenario de la Virgen de Caacupé, el monseñor Adalberto Martínez, quien presidió la misa de esta mañana, fue claro y contundente al mencionar que “no alcanza con llamarse cristianos”, sino que “hay que ser como Cristo”. Al mismo tiempo, pidió a la ciudadanía trabajar para erradicar los “vicios de la corrupción” y dejar de lado la indiferencia ante las injusticias que se viven en el país.

“Es necesaria esa conversión para que la sociedad paraguaya, con mayoría católica, supere la inequidad social estructural, los vicios de corrupción de la impunidad, del individualismo egoísta, de la codicia que margina, excluye y mata al prójimo por falta de salud, tierra, techo y trabajo. Es mandato del evangelio la opción preferencial por los pobres, por los pequeños, por los indefensos”, sostuvo.

El padre considera urgente “proclamar la liberación de los cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos, proclamar el año de gracia al señor, ser portadores de los valores evangelios y vivir los valores que Cristo vivió”. “No alcanza con llamarse cristianos, ni con apariencias cristianas, hay que jugarse la vida en ser como Cristo”, expresó.

Se refirió a la existencia de “cristianos inmaduros y también tibios”, a quienes solicitó realizar acciones que demuestren que realmente son cristianos.

“La formación cristiana que se requiere aportar para el bien de la sociedad debe lograr que la palabra y el don de los sacramentos arraiguen en conductas y valores, en virtudes firmemente enraizadas en la cruz y en la santidad del resucitado”, prosiguió.

Finalmente, pidió que las familias sean lugar de oración, iglesias domésticas en las que el necesitado pueda encontrar las puertas y el corazón abierto, para ser promotoras del bien social.