Política
Festividad de Caacupé es una “ceremonia de alianza de poder político y religioso”, según Milda Rivarola
Mario Addo, la primera dama, Silvana y Hugo Velázquez, durante la misa del 8 de diciembre en Caacupé, en el año 2018. (Foto Agencia IP).
Estamos a pocas semanas de que se inicie la novena en honor a la Virgen de Caacupé que se celebra cada diciembre, donde cada año solemos ver caras de diversos políticos en su rol de autoridades del Estado. Sobre el punto, la politóloga Milda Rivarola, explicó detalladamente qué implicancia tiene la presencia de los gobernantes en la gran fiesta de la fe mariana.
Explicó además que como jurídicamente el país es un Estado no confesional o aconfesional, las autoridades no deberían estar sentadas en primera fila o en un palco especial para ellos, ya que esto denota una “parcialidad” que está en contra de lo que dicen las leyes.
“Lo que aparece allí es que también el poder político actual, se vale de la creencia de la gente para sancionar su poder. A Caacupé se van un millón de personas, es como una ceremonia de alianza de poder político y de poder religioso, que tampoco es jurídicamente correcto. Si tanto quieren ir que se vayan, pero no como autoridades sino vestidos de civil”, inició diciendo Rivarola.
“Las autoridades van a aprovechar la multitud y mostrarse frente a la iglesia, ese es el ritual para ellos. Nunca jamás van a reunir un millón de personas ellos solos, entonces es como una estrategia que ellos utilizan para que la gente los vea que son de iglesia”, aseguró.
La especialista en política, explicó que Paraguay es un Estado aconfesional, ya que jurídicamente hablando la iglesia no tiene ninguna dependencia ni relación con el Estado o no debería. “Pero lo jurídico no importa demasiado en el devenir político. Las autoridades hacen caso omiso a lo jurídico”, dijo a El Nacional.
“Aconfesional no quiere decir que está abierta y financia a todos, quiere decir que no es su campo, que la iglesia no tiene nada que ver con el manejo del Estado. Esa es su iglesia, su reunión, su bautismo, que es de iglesia, no es de Estado. ¿Qué pasa con los ateos que no pertenecen a una iglesia o un musulmán o coreano o los menonitas, o los árabes, por qué tienen que soportar que su dinero se use para formación de otros?, dijo al referirse al apoyo económico que suelen recibir iglesias católicas y en otras ocasiones las evangélicas por parte del Estado.
Rivarola cuestionó además que se permita que en algunas escuelas públicas se rece, ya que eso no tiene “el menor sentido”. “Es una ceremonia religiosa en una escuela pública y es horario de clase”, apuntó.
“Cuando (las autoridades) participan de una celebración religiosa, están actuando de forma parcial. Cuando trajeron las cenizas de Chiquitunga, se fue el ministro de Cultura a recibir, en ese momento se estaban destruyendo casas patrimoniales en toda Asunción, sea caían a pedazos y no le importó eso porque se va a recibir cenizas de una santa. Es esa historia de que la ley no importa, el orden jurídico no importa”, prosiguió.
La analista e historiadora paraguaya, recordó que anteriormente, en la época del Estado liberal, existía el Te Deum. “Hasta la Guerra del Chaco ningún presidente, senador o diputado se decía católico, pero existía el Te Deum, o sea los 15 de agosto las autoridades se iban a la catedral y había una misa de celebración por ese día”, dijo.
“Siempre hubo presencia religiosa y esa participación se afianzó mucho después de la guerra del Chaco porque los capellanes del ejército tuvieron mucha participación en las divisiones militares porque el nacionalismo en general es religioso. O sea, cuando termina el liberalismo y llega el nacionalismo de Franco, de Morínigo y Stroessner. Me refiero al nacionalismo no como patriotismo sino como línea ideológica”, apuntó.
Un obispo en el Consejo de Estado
En aquellos tiempos, Rivarola señala que la virgen de Asunción, conocida como la mariscala de los ejércitos, recibía un salario como mariscala por parte del Gobierno. “O sea a la Iglesia Católica recibía. El Estado subvencionaba la iglesia, o sea le daba dinero a la iglesia en aquella época”, comentó.
Entre los años 1950 y 1980 el arzobispo de Asunción era miembro del Consejo de Estado, según cuenta en su relato la politóloga. “Era en aquella época en que no había parlamento, había un consejo de Estado y el arzobispo era miembro del Consejo, o sea estaba muy ligado, sobre todo en los regímenes muy autoritarios, no los regímenes democráticos, liberales, sino autoritarios, había una suerte de componenda fuerte entre iglesia y Estado”, continuó.
Al parecer esa modalidad volvió ahora en la Conferencia Episcopal Paraguaya. “Un acercamiento fuerte al poder y de mucha intervención, presión sobre lo que es redacción de textos escolares, que no haya educación de salud reproductiva, hay mucha intervención de la iglesia en todo lo que hace a derechos”, expresó.
Al decir de Rivarola, la posición de la CEP (no de todos los obispos), actualmente es como la de aliarse a miembros del Estado para poder poner su “mochila moral” sobre las leyes.
-
Destacado
Peña deja la cumbre del G20 en ambulancia tras sentir dolor en el pecho
-
Lifestyle
“Bungee jumping training”: saltar para estar en forma
-
Política
Falleció el abogado José Fernando Casañas Levi
-
Agenda Cultural
Paraguay e Irlanda celebran el legado de Madame Lynch
-
Deportes
¡Olimpia aguanta con uno menos y conquista su estrella 47!
-
Política
En redes sociales despiden a Casañas Levi
-
Deportes
Preparan “fan fest” para hinchas que no tengan entradas para la Final de la Copa Sudamericana
-
Deportes
Paraguay debuta con una goleada en el Mundial C20