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Política

El informe de gestión que Mario Abdo ignoró

El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, durante su tercer informe de gestión realizado ante el Congreso Nacional, ignoró ámbitos críticos de su gestión y no asumió una pizca de responsabilidad sobre el sinnúmero de falencias que acumula a la actualidad. Seguridad, salud, educación y economía fueron ámbitos repasados por el mandatario pero con frías cifras que no demuestran la realidad del país.

La inseguridad reinante en todo el país fue un tema desatendido por el Jefe de Estado durante su discurso preparado por sus asesores. Los asaltos a mano armada, robos en la vía pública y hasta el nuevo caso de secuestro en la zona del Norte del país, fueron puntos que Abdo Benítez prefirió dejar de lado. Mencionó acciones de su Gobierno en cuestiones particulares pero no se refirió a la lucha frontal a la criminalidad ni mucho menos a la situación de sensación de inseguridad en la población.

El presidente también obvió a los innumerables casos de corrupción que se registraron a lo largo de un año y cuatro meses de la pandemia del Covid-19. No recordó a las megaestafas que se concretaron en las licitaciones públicas para la adquisición de insumos y medicamentos para la lucha contra el letal virus.

Salud

En el ámbito de Salud, Abdo presumió de las más de 400 camas de Unidades de Terapia Intensiva (UTI) que logró instalar en el Sistema Sanitario, pero no mencionó que aún existen departamentos que no cuentan con estos servicios. Defendió que construyó casi 20 pabellones de contingencia de la enfermedad en varios puntos del país, pero no que mucho de ellos siguen a la espera de equipamientos y recursos humanos para funcionar.

No asumió responsabilidad ante la falta de la llegada de vacunas antiCovid, y atribuyó todo el peso al fallido sistema Covax, ignorando que por el citado mecanismo se negociaron solo 4.000.000 de dosis y, fuera de ella, 5.000.000 más que tampoco llegaron. Abdo también resaltó que durante su administración se hicieron más de 70 llamados para la compra de insumos y medicamentos, pero no mencionó que no se garantizó a la ciudadanía fármacos tan indispensables en el tratamiento Covid como Midazolam y Atracurio.

Educación

En educación, el presidente llenó de números su discurso con entrega de computadoras y provisión de la merienda escolar a alumnos del sistema público nacional. No obstante, escatimó palabras para referirse a la pésima situación de infraestructura de escuelas y colegios públicos de todo el país, falta de conectividad a internet de las instalaciones educativas y la carencia en capacitaciones al plantel docente, además de la penosa situación de desempeño de los estudiantes.

Economía

En cuanto a la economía, Mario Abdo realzó cifras económicas que ponen a Paraguay como uno de los países que menos se vieron golpeados por la pandemia a nivel regional y alabó sus programas de subsidio como factores fundamentales para evitar el ingreso masivo de personas a la franja de la pobreza. No obstante, se olvidó que tras el parate económico y sus fallidas medidas económicas se perdieron cientos de miles de empleos. Además, debido a los engorrosos y burocráticos trámites para convertirse en beneficiario de los sistema de ayuda estatal, miles de familias subsistieron durante varios meses gracias a las ollas populares y la solidaridad de la ciudadanía y organizaciones sociales.

También olvidó del reclamo de cientos de empresas del sector privado que sufren los terribles embates del contrabando y no mencionó acciones concretas desde su gobierno para el combate directo al flagelo, que permite la inundación en calles y comercios de productos que ingresan ilegalmente al país y no pagan los impuestos correspondientes.

El presidente Mario Abdo Benítez dedicó más de una hora y media de graficar frías estadísticas, mostrándolas como logros y sinónimos de gestión, siendo por lejos la realidad muy diferente a la película de ciencia ficción enseñada ante los ojos del Parlamento Nacional. Un discurso pobre e insuficiente para una población que perdió total confianza en el Gobierno y que se encuentra a su suerte en medio de una crisis social, política y sanitaria que se agudiza en el país según avanza la pandemia del Covid-19.

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