Política
El interés nacional, Cano Radil y la vacuna cubana no aprobada que ya nos “vacunó” mediáticamente
Embajador paraguayo en Cuba, Bernardina Cano Radil. Foto: IP.
Una definición elemental del interés nacional, muy resumida, lo define como la percepción dominante entre los actores relevantes (del Estado en cuestión), en el sentido que ciertos intereses definidos como tales por los constitucionales líderes nacionales son fundamentales para consolidar, mejorar o preservar la posición del actor político en cuestión (el Paraguay en este caso) que es reconocido como tal en el sistema internacional. Tales intereses -que deben impulsar las políticas públicas externas- son imperativos, superiores, de largo plazo e irrenunciables para la sociedad y el Estado nacionales. En estos momentos, en la cima del interés nacional paraguayo, a ser impulsado y gestionado de manera eficaz, para el logro de sus objetivos en las relaciones internacionales de nuestro país, el estratégico y principal es uno de salud pública: la obtención de las mejores y más comprobadas vacunas para garantizar la seguridad de nuestra población en el marco del inmenso desafío que nos plantea la pandemia mundial del COVID-19, la primera en la historia de la humanidad, y que ha puesto de rodillas a la civilización actual de la ciencia y la tecnología.
El medio más idóneo para controlar y neutralizar la propagación del contagio pandémico, además de los consabidos protocolos de salud, es la vacunación masiva de los habitantes del Paraguay, lo antes posible. Tenemos divisas para ello, pero todavía está por comprobarse (y nos va la vida en ello) la eficacia de nuestra diplomacia y de las políticas públicas externas paraguayas. Tal ámbito, por imperio de las normas constitucionales, y de la Ley Orgánica de la Cancillería Nacional, es de inexcusable responsabilidad del Poder Ejecutivo, que en ello opera encabezado por su principal ejecutivo, el canciller de la República. El ministro, los embajadores en destino, y todos los funcionarios, constituyen la primera línea de las negociaciones diplomáticas, que deben desarrollarse observando siempre y estrictamente la Constitución Nacional: en especial arts. 1, 2 y 3 de las Declaraciones Fundamentales y el 131 de la parte orgánica.
Ahora bien, la diplomacia no opera en condiciones de laboratorio. Sus políticas de relaciones exteriores en nuestro caso soportan el muy pesado lastre de los graves errores cometidos por el Palacio de López al dictar e implementar las políticas públicas nacionales para enfrentar la pandemia. Tales constreñimientos se derivan de las incompetencias del Ejecutivo, de las limitaciones de los demás poderes del Estado, y de lo peor de nuestra historia contemporánea, la metástasis de la corrupción. Estos y otros déficit convirtieron a las negociaciones diplomáticas para la obtención de las vacunas adecuadas, sin negociados de por medio, y a tiempo, en el plebiscito de hecho que decidirá si este otro desgobierno local pos 1989 completará lo que resta del mandato presidencial.
Del silencio a la locuacidad exacerbada
En las circunstancias mencionadas, y como “rayo caído de cielo sereno”, después de largo silencio público, reapareció en los primeros días del mes nuestro hasta entonces desaparecido públicamente “hombre en La Habana” (para decirlo con Graham Greene, el notable novelista británico contemporáneo), el embajador nacional ante el gobierno cubano en plena crisis de fin de ciclo, Bernardino Cano Radil, que no es de carrera pues pertenece al coloradismo que responde a la fracción politiquera, pequeña pero todavía algún poder fáctico, que lidera la senadora Lilian Samaniego. Los hechos dirán si le sirvieron de algo al Paraguay su buena formación académica, que nadie sensato duda, en el ¿sexenio que lleva? en la Meca de tanto “progre” latinoamericano. ¿Cómo evalúa la Cancillería a sus diplomáticos en funciones, profesionales o politiqueros? ¿Y las comisiones de RREE de senadores y diputados en las que son mayoría los politiqueros de los dos partidos tradicionales?
La reaparición de Cano Radil en la escena local (¿también en la Cancillería?) se convirtió en un episodio mediático de casi una semana de duración, algo que de manera veloz y sin pretensión de exhaustividad se percibe y resume por medio de algunos titulares de varios medios locales. No es una muestra representativa, pero sí un conjunto periodístico significativo (leímos todos los contenidos referidos) que nos hacen dudar acerca de lo expresado con tanta profusión de palabras Cano Radil, lo que hizo sin documentación que le sirviera de sustento, de aval, y que al ser transcriptos sirvieron para elaborar titulares en cada redacción, en medio del vértigo del trabajo diario. Ocurrió como en nuestros veranos de seis meses: ni siquiera hace falta subir al árbol para arrancar los mejores mangos maduros, porque ya los tenemos en el mostrador del patio familiar, en el suelo, y basta con subirlos a la canasta, lavarlos y ponerlos en la heladera. Lean a continuación la cosecha de títulos de la prensa asunceña ofrece esta página y por medio de los cuales en cada plataforma recuperarán los contenidos:
“Cuba sería otra opción para comprar las vacunas”; y “Cuba iniciará en junio la inmunización masiva con su propia vacuna” (La Nación). “Cuba, otra posible opción para inmunizar”; “Embajador habla sobre posibilidad de adquirir vacunas anti-Covid de Cuba”; y “Paraguay busca participar en desarrollo de vacunas cubanas” (Última Hora), “Cuba dispone de vacunas para el Paraguay, afirmó embajador” (El Nacional). “Cuba probará en Irán eficacia de su vacuna Soberana-2”; “Cuba administra masivamente en La Habana su vacuna en fase III de pruebas”; y “Embajador negocia vacunas cubanas anti-Covid” (abc). “Vacuna cubana está disponible para Paraguay, confirma embajador” (RDN); “Cuba puso a disposición de Paraguay vacuna anticovid Soberana 2, según embajador” (ADN). “Ponen a disposición del Gobierno paraguayo la vacuna cubana contra el Covid” (Ñ); y “Ofrecen a Paraguay vacunas para la covid-19 fabricadas en Cuba” (HOY).
Datos llamativos
De todo lo que leímos en nuestra prensa no encontramos, durante el mes de abril, mención alguna de Cano Radil en el informativamente bien nutrido portal de MRE. Y entre febrero y marzo, recurriendo al buscador del sitio (tal vez por impericia digital de este escriba) la única mención hallada acerca del embajador de marras tiene fecha del 23 de enero de 2000, bajo el siguiente título: “Embajada del Paraguay en Cuba acompañó la misión internacional que por primera vez llevó el catecismo cristiano a los barrios”. ¿Sólo eso?
La hora de cierre de esta nota apenas permitió a este perpetrador de malas frases una buceada en la prensa castrista de La Habana. Encontré, y me llamó la atención, a raíz de sus escuálidas 21 líneas de lenguaje burocrático y para nada triunfalista, un despacho de la agencia estalinista cubana “Prensa Latina”. Datado en Asunción el 6 de abril, su tan anodino título, “Paraguay contará con candidatos vacunales antiCovid de Cuba”, es señal inequívoca de la irrelevancia del contenido para el Comité Central del Partido Comunista de Cuba. El régimen totalitario que dirigen los sobrevivientes a Fidel Castro está resquebrajándose de manera acelerada, y crece de manera paralela y exponencial la contestación ciudadana, liderada últimamente por reprimidos trabajadores de la cultura, incluyendo raperos, sumados todos a eternos y luchadores por los derechos humanos.
También a vuelo de pájaro en la prensa internacional un despacho de la BBC (“Soberana 02: Cuba empieza a administrar su vacuna contra la covid-19 a trabajadores de salud en la última fase del ensayo clínico”, del 26 de marzo pasado) me sabe solo a una voz de aliento para los científicos cubanos que trabajan con empeño en sus cada vez más desprovistos centros de investigación sobre biología y salud. Y un informe de la agencia alemana de noticias (DW), “Vacuna contra COVID-19 hecha en Cuba: ¿para cuándo y para quién?”, del 12 de enero pasado, tampoco me permite ver claro. ¿Qué quiso comunicar Cano Radil que no logro entender por las razones ya explicitadas, durísimo de cabeza como soy? Solo estoy seguro que para estas páginas continuaré investigando al respecto y siempre desde el interés nacional paraguayo.
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