Civiles armados atacan por segunda vez comunidad indígena de Loma Piro´y

La comunidad indígena mbya guaraní, de Loma Piro´y, en el distrito de Raúl Arsenio Oviedo, en Caaguazú, fue nuevamente atacada por civiles armados, que incendiaron sus viviendas y destruyeron sus pertenencias, dejando nueve indígenas heridos.

Este es el segundo ataque en tres meses, luego que el 17 de diciembre de 2020 vivieran un episodio similar con el ataque de unos 30 hombres armados que, según relataron, actuaban al servicio del agro empresario Ademir Bau Cortegagna, que se atribuye la propiedad de la tierra en que se asienta la comunidad.

En la ocasión, el violento episodio fue motivo de intervención de una comitiva parlamentaria y de las organizaciones nucleadas en la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), y los hechos fueron denunciados en el Ministerio Público de Caaguazú, sin que la Fiscalía procediera a desarmar al grupo de hombres que una vez consumado el ataque montaron un retén desde donde seguían hostigando a los indígenas, como pudieron comprobar los senadores presentes.

En la denuncia, las líderes indígenas Elida Prieto y Dominga Coronel, relataron los violentos episodios que vivió la comunidad a manos de unos 30 civiles con armas de fuego y picanas eléctricas, al mando de un hombre identificado como David Friesser, quien además aparece en fotografías y videos tomados de los hechos, en los que los indígenas ubican también del lado de los atacantes al intendente de Raúl Arsenio Oviedo, Eddy Neufeld Hildebrand, del Partido Patria Querida.

“Es terrible lo que pasó, hemos conversado con la gente, vimos a los matones armados que están ahí, a 50 metros; nos contaron todas las barbaridades que les hicieron, les picanearon, les degollaron a tres perros, y les dijeron que si no salían le iban a matar a los niños”, relató en la oportunidad a El Nacional el abogado Juan Bautista Rivarola, de la Codehupy.

Las tierras

Según Rivarola, las tierras cuya propiedad se atribuye el empresario Cortegagna “fueron donadas a la comunidad indígena por la Misión Alemana hace 40 años, y ellos tienen los títulos de propiedad”.

Cortegagna ya había denunciado a la comunidad Mby´a por invasión de inmueble a fines de noviembre del año pasado en la Comisaría N° 25 Syryka, de Caaguazú, ocasión en que las líderes Prieto y Coronel se ratificaron ante la policía que las tierras pertenecen a la comunidad y que no las abandonarían.

La situación de la comunidad Mby´a de Loma Piro´y, que habitaba en precarias chozas ubicadas en medio de un mar de soja que cubría incluso su cementerio, es una escena que se repite en el mapa de los pueblos indígenas en el país, como los episodios de violencia y los desalojos forzosos a mano de civiles armados.

Según la organización BASE-IS, al menos el 30% de las 700 comunidades indígenas que existen en el país tienen algún tipo de inconveniente con la posesión de las tierras que ocupan; conflictos que mayormente están relacionados con el avance de la frontera agrícola.

Lea Schvartzman y Sofía Espíndola, del Grupo Sunú de Acción Cultural, autoras del libro “Con la soja al cuello”, publicado en 2017, señalan que los sucesivos gobiernos no han buscado fortalecer la autonomía de los pueblos indígenas, ni garantizar el acceso de las comunidades a sus territorios, sino que por el contrario han facilitado por omisión las estrategias de expansión del agronegocio, que en la gran mayoría de los casos se ejecutan mediante la fuerza, tal como vuelve a verse esta semana en Loma Piro´y, y ya se observó el 28 de octubre de 2018 en la comunidad Ava Guaraní Chiripá, de Tacuara´i, en Corpus Christi, Departamento de Canindeyú, a menos de un kilómetro de la frontera con Brasil.