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Política

Organizaciones campesinas anuncian que se suman a manifestaciones por juicio político

Las protestas contra el gobierno de Mario Abdo Benítez se suceden todos los días desde el viernes pasado. Foto: Twitter

Las protestas contra el gobierno de Mario Abdo Benítez se suceden todos los días desde el viernes pasado. Foto: Twitter

En el sexto día de movilizaciones por la destitución o renuncia del presidente Mario Abdo Benítez y el vicepresidente Hugo Velázquez, que volvieron a copar el microcentro de Asunción, la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC) comunicó que resolvió en su plenaria de este miércoles acompañar las protestas contra el gobierno y apoyar el juicio político a ambos mandatarios.

“La decisión final de esta plenaria es iniciar de inmediato las movilizaciones en los departamentos de Itapúa, Cordillera, Paraguarí, Misiones y Caaguazú”, afirmó el dirigente campesino Jorge Galeano.

“La grave crisis política, social, económica nos hace acompañar también el pedido de juicio político al Presidente y Vicepresidente”, agregó. Adelantó que esperan que el gobierno que pudiera surgir de la destitución de Abdo y Velázquez, atienda las reivindicaciones históricas del campesinado en el acceso a la tierra, un programa nacional de fortalecimiento de la agricultura familiar campesina, y la condonación de las deudas del campesinado”. Galeano, propuso también la conformación de una “comisión patriótica” para la negociación del Tratado de Itaipú.

Sexto día

Lejos de disolverse, las protestas ciudadanas que arrancaron el viernes de la semana pasada autoconvocadas por las redes sociales, cobraron este miércoles renovada energía con manifestantes llegados del Departamento Central y otros puntos del país.

Una multitud volvió a copar el microcentro de Asunción y se desparramó por 14 de Mayo hasta la avenida Paraguayo Independiente, donde volvió a pedir la caída en pleno del gobierno encabezado por Abdo Benítez.

“¡Fuera Marito!”, fue la consigna por excelencia que se escuchó este miércoles de los cientos de manifestantes, la mayoría jóvenes, que volvieron a concentrarse frente al Congreso Nacional, donde el viernes pasado unas 30.000 personas pusieron en jaque al gobierno, que respondió con una brutal represión policial que se saldó con 38 heridos, una docena de detenidos y un manifestante muerto, aunque no por acción de la policía sino por un asalto en medio de la batahola.

El estallido fue consecuencia directa de la crisis sanitaria que hizo eclosión con el desabastecimiento de insumos y medicamentos para los pacientes con Covid-19 internados en UTI, en el Ineram y otros hospitales del país. «La gente no se muere por Covid, se muere porque no tiene dinero», decía la adolescente Celeste Brítez, que tenía a su padre internado hacía 26 días, graficando al extremo  la trama de la Salud Pública en el país.

La olla venía, no obstante, juntando presión desde hacía tiempo. El gobierno de Abdo Benítez nunca se recuperó de aquel primer escándalo por el acta secreta de Itaipú, en 2019, que además selló su suerte como rehén del cartismo para siempre. A partir de ahí, se sucedieron los escándalos, en Petropar, en Yacyretá, en Salud, en Educación, en Obras Públicas, en el Indert; con otra negociación secreta incluida, que tuvo repercusión internacional y salió hasta en el Washington Post, el diario que tumbó a Richard Nixon en 1974, también en marzo; prácticamente, no hubo cartera del Estado donde no se haya denunciado un hecho de corrupción desde que asumió Abdo Benítez.

La pandemia de coronavirus terminó por desnudar la realidad. De pronto, los hospitales no dieron abasto; los muertos empezaron a contarse por docena todos los días; mientras el gobierno, preso de la inercia, sobrepasado, no reaccionó al clamor de médicos, terapistas, enfermeras; tampoco a la angustia de los enfermos, y de los parientes aglomerados afuera de los nosocomios, en sus propios territorios de necesidades. Las escenas se repitieron hasta el cansancio en redes y medios, y la indignación creció como bola de nieve, y cuando nadie se lo esperaba el país se disponía para otro marzo paraguayo memorable.

Caravana colorada

A la par, hasta la tarde del miércoles se mantenía la convocatoria a una caravana colorada de apoyo al gobierno, prevista para el próximo viernes a las 17:00 en la Avenida Costanera, según confirmó a El Nacional Alberto Cañete, de la Coordinadora de Funcionarios Públicos Colorados, que está a cargo de la organización.

Sin embargo, a último momento surgieron versiones de que el mismo Abdo Benítez había pedido a sus correligionarios desactivar la convocatoria. Ya el fin de semana posterior al primer día de protestas, el mandatario había desactivado otra iniciativa similar proveniente de los presidentes de las seccionales coloradas.

El lunes pasado, el secretario de la Presidencia, el utra-abdista Mauricio Espínola adelantaba que al presidente Abdo Benítez le estaba costando mucho convencer de no salir a la calle a “correligionarios y amigos de este gobierno” , a la par que desde las seccionales de la ANR se amenazaba con “copar Asunción con 200.000 colorados”, en una contundente demostración de fuerza que hasta ahora no se concretó.

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