Canciller reconoce que a gobierno de Abdo Benítez le faltó “gestión” en manejo de la pandemia

En una entrevista con el periodista Sebastián Fest, para el diario argentino Infobae, el canciller paraguayo Euclides Acevedo reconoció que al gobierno de Mario Abdo Benítez le faltó “gestión” en el manejo de la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19.

Acevedo destacó los logros iniciales de la cartera de Salud Pública, del exministro Julio Mazzoleni, cuando al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, Paraguay se proyectaba como ejemplo a seguir en cuanto a medidas contra el Covid-19, pero lamentó que “no tuvimos la capacidad de gestión para sostener las expectativas que despertamos al inicio de la pandemia”.

¿En qué falló el gobierno paraguayo?, le preguntó el periodista argentino.

“Ha habido una falta de capacidad de gestión, porque hubo una buena planificación. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) pronosticó 15.000 muertes para Paraguay en diciembre, y no hemos llegado a las 3.500. Es una estadística lúgubre, pero demuestra que estamos bien preparados. Estamos saturados, pero no colapsados todavía”, dijo Acevedo.

Contra el juicio

El canciller Acevedo se manifestó contrario al juicio político del Presidente y Vicepresidente, que la oposición promueve en el Congreso. “Es un recurso constitucional válido, pero no es lo mejor para la república”, argumentó.

Acevedo consideró que el juicio político de Abdo Benítez y Velázquez significa “un quiebre institucional innecesario”, que “aislará aún más” al país. “Sería lo peor que podría pasarle al Paraguay”, afirmó. Dijo que la iniciativa no prosperará en el Congreso, puesto que “los números no dan, y un juicio político se trata de votos, de números”.

Acevedo afirmó que, contrariamente al juicio político, la salida más segura de esta crisis, y de otras futuras, es a través de una reforma de la Constitución Nacional que conduzca a la fundación de una “segunda república”. El secretario de Estado eligió como ejemplo a España, donde “hubo un pacto político”, que aquí nunca se produjo a lo largo de la transición que siguió a la dictadura.

“Aquí todos somos sobrevivientes de naufragios increíbles, así que uno más…”, ilustró Acevedo los convulsionados días que se viven en el país, desde que la crisis sanitaria estalló en crisis política, y mantiene al gobierno bajo asedio desde el viernes de la semana pasada. “Es una fosforescencia de la pandemia, el agotamiento de un sistema jurídico político que tiene fecha de vencimiento”, describió.

“Mi posición es refundar la nación por la vía de una segunda república, que requiere de una asamblea nacional constituyente. Una transformación económica, social y sobre todo cultural. Nosotros no hemos terminado el proceso de transición. En España duró poco porque hubo pacto político. Aquí hubo de todo menos pacto político. Esto es el agotamiento social, la fatiga política y a consecuencia de todo lo que está pasando en el continente, también”, argumentó.

“Algunos creen que se debe cambiar la Constitución sólo para facilitar la reelección. Acá hay que reformar otras estructuras del Estado. Desde la reforma del poder judicial hasta una remodelación del poder legislativo, pero sobre todo una política educativa laica y liberadora”, señaló.

¿Significa esta crisis que el Paraguay que crecía y atraía inversiones era una ilusión y no un asunto sólido?, le preguntó el periodista.

“Nuestra economía de producción de alimentos ha crecido notablemente en la pandemia. Nuestra macroeconomía es sólida y demostrable, y eso va a permitir un crecimiento en 2021. Pero no hay crecimiento convertido en desarrollo si no hay una política fiscal y de equidad social. En términos macroeconómicos, Paraguay es absolutamente saludable. Lo que no hay es una gestión de carácter administrativo y político que permita una administración eficaz de nuestra potencia económica. Va a ser el país que menos impacto negativo va haber sufrido por esta pandemia en la región, vamos a crecer al cuatro por ciento. Los datos son saludables, pero la realidad microeconómica es hasta angustiante, porque esta pandemia ha alterado nuestros mecanismos de defensa y hasta de supervivencia”, argumentó Acevedo.

Las vacunas

Sobre las gestiones que su cartera lleva a cabo para la adquisición de vacunas contra el coronavirus, el canciller argumentó que las mayores dificultades se deben a la extrema confianza depositada en el mecanismo Covax, que prometía soluciones equitativas a los países de economías más pequeñas y que termina ahora convertido en poco menos que un fiasco; y el acaparamiento por parte de los países centrales de las dosis de vacunas disponibles en el mundo.

“El tema de las vacunas revela la inequidad mundial con respecto a la producción y distribución mundial de las vacunas. Hay países que tienen siete veces la cantidad de su población”, afirmó Acevedo en clara referencia a Canadá, que se aseguró de aprovisionarse con una cantidad de vacunas siete veces mayor a su población. “Un bien humanitario universal se convirtió en un instrumento de negocio”, indicó.

“Nosotros apostamos por la multilateralidad, por el proyecto Covax. Hemos sido los primeros en pagar, pero es como los Reyes Magos, ponemos el agua y el pasto y los reyes no pasaron”, dijo Acevedo. “Eso nos obligó a recurrir a gestiones bilaterales, como con Rusia y elípticamente con laboratorios chinos”, agregó.

“Nosotros ya hemos pagado a Rusia por un millón de dosis y hemos recibido nada más que 4.000”, afirmó. Dijo que la vacuna de Pfizer, que en un momento estuvo en boga hasta que desnudó las complicaciones logísticas de su cadena de frío, excede las expectativas presupuestarias del Estado paraguayo. “Nos resulta demasiado cara para nuestro presupuesto”, indicó.

Acevedo destacó las 20.000 dosis de la vacuna china donadas por Chile. Habló de negociaciones con los Emiratos Árabes, India, Estados Unidos y Japón; y también con Brasil y Argentina, y abogó porque para fines de abril “nos lleguen 300.000 vacunas de Covax, y que los rusos nos manden las 996.000 que nos faltan”.