Política
Un arma llamada “María’i”
El diputado, Colym Soroka. Foto: Gentileza.
Por Silvia Páez Monges Guanes
Colim Soroka trató de María’i a Celeste Amarilla, y ella trató de María’i a la abuela de Soroka. Esto es #ViolenciaSimbólica según la Ley 5777/16: “Mensajes que transmitan, reproduzcan y consoliden relaciones de dominación, desigualdad y discriminación, naturalizando la subordinación de las mujeres”. Y más aún, en el sentido sexual, como esa palabra.
Además, es #ViolenciaContralaDignidad: “Ofensa o insulto que desacredita, descalifica, desvaloriza, degrada o afecta la dignidad de las mujeres, así como los mensajes públicos de autoridades, funcionarios o particulares que justifiquen o promuevan la violencia(…)discriminación”.Ergo: ambos diputados incurrieron en esas violencias.
Soroka evidenció su propia naturaleza con esa declaración vulgar y nefasta, que tiene un significado folclórico de subordinación sexual humillante. Decir “María’i” es hacer referencia a la supuesta “facilidad sexual” de una mujer, condenándola a juicios moralistas e hipócritas. La madre y la abuela del diputado probablemente jamás hayan sido así de avergonzadas en sus vidas, porque por culpa de lo dicho por él fueron expuestas –a nivel nacional e internacional–al juicio y escarnio público, no sólo de Celeste Amarilla, sino de todo Internet.
Sin la mínima inteligencia Soroka se disparó al pie, ya que su colega liberal tomó la misma agresión verbal para devolvérsela en un intento de defensa: “En mi familia todas se han casado, María’i ohohápe oje’u: esa debe ser tu abuela, la madre soltera”.
Me parte el alma saber que algunas mujeres escucharán esto y se sentirán tocadas. Me entristece terriblemente la certeza de que sí les afectará pensar que ellas, sus mamás o abuelas, no estuvieron casadas y por eso valen menos. Quiero que todas las mujeres sepan y no duden de que su valor jamás pasará por estar o no casadas o acompañadas por un hombre. Nunca.
La diputada Amarilla luego se justificó, diciendo que reaccionó así por ser atacada en TV por su colega. Te aseguro Celeste: con mucha altura –y sin emitir una sola grosería– podés insultar, herir y hasta provocar ansias de muerte. Te confirmo, se puede y hasta es más reconfortante.
Los dos diputados humillaron a todas las mujeres paraguayas y les deben pedir perdón. A todas, porque no es un insulto solo para las madres y abuelas solteras. Es perpetuar el concepto agresivo contra ellas por haber parido hijos fuera del matrimonio en un país donde históricamente las madres solteras configuran cifras y realidades brutales, y donde la Encuesta de Hogares de la DGEEC dice que el 44% de los hogares paraguayos está encabezado por mujeres.
Mi repudio absoluto a cualquier juicio de valor que se pretenda hacer contra las mujeres, madres o abuelas solteras. Más aún para restarles derechos, degradarlas socialmente o humillarlas mediáticamente. Peor aún, con actos cometidos desde el Congreso Nacional. No lo permitamos. A no callarse, a reaccionar, a destrozar esos falsos conceptos usados como arma. Reaccionemos.
@SilviaPáez
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