En su retorno, Celeste Amarilla volvió a acusar a parlamentarios de financiarse con dinero sucio

La diputada liberal Celeste Amarilla volvió hoy a la Cámara luego de la suspensión por 60 días que le aplicaran sus colegas el 7 de octubre pasado por hacer dicho que muchos parlamentarios llegaron al cargo financiados con dinero sucio, afirmaciones que renovó en la sesión de este miércoles en un extenso alegato que debió cerrar apresuradamente por pedido del presidente.

Desafiante, y como incitando a sus pares a ensayar una nueva sanción, Amarilla sentenció que “en este Parlamento hay diputados y senadores que han financiado sus campañas con dinero sucio, de origen espurio; con dinero obtenido de coimas en licitaciones que adjudicaron siendo intendentes, gobernadores o ministros; hay otros que fueron financiados con dinero de la usura; otros que llegaron con dinero de empresarios multimillonarios a cuyo servicio luego quedan, haciendo y votando leyes que los beneficien; y también hay quienes han llegado acá financiando sus campañas con plata del narcotráfico”.

“Yo sí gasté U$S 180 millones para llegar acá, sin esa plata no hubiera llegado yo, y no llega nadie”, agregó la legisladora, argumentando que “pudo haber sido U$S 200 millones también, pero gasté porque en mi partido no se compran bancas”.

“Gasté en mi campaña y gastaría otra vez, contra el resto (de sus colegas) que ocupa tierras en vez de gastar plata, o que mete funcionarios públicos para que le hagan de operadores políticos baratos en vez de gastar plata de su bolsillo”, señaló.

Acusó a los parlamentarios de haber “llenado el Parlamento y demás instituciones del Estado con operadores políticos, parientes, amigos, amantes desde hace veinte años, y que dependiendo de la importancia algunos ni siquiera trabajan, sólo cobran”. “Hoy, el 80% del presupuesto público se destina a sueldos, el 20 % a gastos de estructura, y las obras de infraestructura se hacen con préstamos; es lo más cercano a la quiebra, al default que yo conozco”, agregó.

Dijo que sus colegas “no quieren achicar el estado porque cada cargo que reparten equivale a un puñado de votos que los traerá de nuevo acá”.

El rehén

La diputada liberal tampoco se ahorró párrafos para el presidente Mario Abdo Benítez, a quien criticó por “haber tratado de entregar Itaipú en julio de 2019”. “Horacio Cartes lo salvó de un juicio político minutos antes de la presentación (de la acusación), y desde entonces es rehén de Horacio Cartes”, afirmó.

Agregó que Cartes “gobierna de manera paralela desde su casa y está copando todas las instituciones posibles”, mientras el Presidente “no logró fortalecer su movimiento y su liderazgo, que son hoy funciónales en igual medida a Cartes”.

Fustigó a diputados y senadores que “propician ocupaciones de tierras a cambio de votos, sabiendo que esa no es la solución, que no hay un sólo campesino que haya salido de la pobreza porque se le dio dos hectáreas de tierra, y a su dueño posiblemente no se le pagó hasta hoy, porque el INDERT (Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra) es una cueva de ladrones, y hay una deuda con propietarios de tierras desde 1968”.

Finalmente, y cuando ya desde la Presidencia amenazaban con cortarle el micrófono, Amarilla eligió una frase recurrente en las redes sociales que se atribuye al soberano de los aymara Tupac Katari: “Si logran callarme, volveré y seré millones”.