Monseñor Edmundo Valenzuela fustigó a activistas que buscan instalar ideologías “hedonistas”

En el noveno día de la celebración de la Virgen de los Milagros de Caacupé, la misa fue presidida por el Monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo Metropolitano de la Santísima Asunción, quién cuestionó al gobierno nacional por el acompañamiento para la instalación de ideologías de género en la educación paraguaya.

El obispo metropolitano aseguró que esto atenta contra las tradiciones de la cultura y familia paraguayas a cambio de apoyar ideologías hedonistas que buscan satisfacer placeres frustrantes.

Aseguró además que la vida cristiana es caridad y que la pandemia nos ha puesto una interrogante sobre la salud y los aspectos materiales de la existencia.

“Nos ha hecho replantear la eucaristía como sacramento y de la caridad la forma de estar en el mundo que nos es propia que nos corresponde como bautizado. Hemos contemplado con cierto estupor religioso la acción del espíritu santo en la caridad viviente de los miembros de la iglesia. Se ha vivido la caridad especialmente con los pobres y con quienes perdieron el trabajo mediante comedores sociales de la pastoral social y las ollas populares de organizaciones sociales”, explicó.

Como el samaritano, la iglesia ha respondido generosamente a la vida de los necesitados, según el obispo, al tiempo de expresar que otro tanto se ha hecho con el acompañamiento psico espiritual a las personas angustiadas por cualquier situación.

“Las oraciones familiares y liturgias transmitidas en redes sociales fueron experiencias únicas del pueblo de Dios alimentándose de la palabra divina y de la comunión espiritual como medio de vivir esta pascua que edifica la eucaristía como paso de la muerte a la vida. No está bien acostumbramos a la misa virtual debemos participar físicamente según las posibilidades sanitarias”, apuntó.

Enfrentar la realidad

En otro momento dijo que la fuente inspiradora para los cristianos católicos es siempre la eucaristía para enfrentar la realidad de la sociedad hoy como son la pobreza extrema, la democracia, economía solidaria, el ciudadano de la naturaleza de la casa común, la impunidad, creciente corrupción y educación empobrecida y narcotráfico.

“Nos impulsa la eucaristía al valor a la vida y familia, del matrimonio entre un varón y mujer como la necesidad de sobrevivir post pandémica. Una de las amenazas a nuestra fe eucarística es la obsesión mediática y política de los llamados progresistas que tratan de instalar a través de un lenguaje manipulado el pensamiento único de mirada errónea y desmoralizada de los derechos humanos, basados en nuevos parámetros que pretenden un cambio radical contrario a los valores de la sociedad paraguaya”, sostuvo.

El monseñor agregó que “estos progres intentan implementar el esquema de lo políticamente correcto para someter a la población a una dictadura de relativismo moral y colonización ideológica sometida a la dictadura, incluso si les fuera posible en complicidad con los mismos gobernantes que tienen la obligación moral de defender al pueblo de este ataque ideológico cumpliendo el rol subsidiario del Estado en la protección de la vida humana”.

Destacó que actualmente es atacada la concepción de la familia como institución básica de nuestra sociedad, así como, el respeto a los padres como primeros garantes del desarrollo armónico de los niños y niñas, adolescentes.

“Es impresionante el tsunami que se avecina a nuestro país provenientes de las naciones unidas, Unión Europea y de las organización de los Estados Americanos, en el interés de reducir y controlar la población mundial a través de los diversos programas del gobierno  aparejada con conceptos ambiguos de género y de educación sexual. Con miradas hedonistas en la búsqueda de placeres frustrantes y sesgada de la sexualidad”, indicó.

Denuncio el obispo que la intención es instalar constantemente la legalidad del aborto, luego seguramente será eutanasia que constituye una amenaza a la racionalidad pues ataca a la vida, familia, matrimonio varón- mujer, a las libertades básicas de conciencia, enseñanza y culto.

Festejo la existencia de activistas de padres de familia y educadores en todo el país que analizan y objetan los planes de los varios ministerios de Educación y de la Niñez y la adolescencia que no condicen con nuestra dignidad y cultura.

“Protegemos la salud armónica de la familia, ciencia y racionalidad. En el fondo este no es un problema legal o financiero, sino antropológico y por tanto requiere toda nuestra atención para formarnos, informarnos y actuar como paraguayos herederos de una cultura cristiana que valora la razón y la fe como dos banderas de la libertad,bajo la amparo de nuestra señora María Inmaculada Paraguay se proclama por siempre pro vida, pro familia y libre”, concluyó.