Redes sociales en zona gris

Las redes sociales pusieron de patas para arriba a los medios “tradicionales” de comunicación, que antes tenían el monopolio de la información. Recuerdo que hace dos décadas se decía que ningún ministro puede resistir a una tapa de ABC; bueno eso cambio; hoy un tuit es que el puede causar estragos.

Como botón de muestra está el caso de la semana; el tuit de la exministra Soledad Nuñez que terminó por “Matar a un muerto” como dice el título de la película paraguaya recientemente galardonada en Canadá. Estamos hablando del renunciante Dany Durand, quien dijo salir por la “puerta grande”, a pesar de reportes de daño patrimonial que recaen sobre su gestión de parte de Contraloría.

Entre paréntesis, algunos medios siguen ninguneado a las redes como fuente de información y dan la noticia, dos o tres días después. Ya es noticia vieja señores; hoy la población paraguaya se informa más por redes sociales y los que se resistan a esta tendencia no tienen un futuro halagador.

El problema con Facebook y otras redes, desde el punto de vista del negocio editorial es que las redes son como un invitado al que llevas a tu casa, le das de comer y beber y al final se queda con tu esposa; una analogía para describir que las redes sociales se nutren del contenido de los medios y se quedan con el grueso de la publicidad, un modelo redondo para los segundos ya que el costo de hacer noticias, lo pagan los medios.

De acuerdo a consultoras privadas y el estadísticas oficiales (MITIC);  hay más unas 3 millones de cuentas activas en Paraguay de Facebook; 1,7 millones en Instagram y al menos 600 mil en tuiter. Lo triste, para nosotros los periodistas de medios, es que ante la consulta sobre credibilidad de la información, las redes superan a medios escritos.

Justamente este es punto sensible de las redes; la credibilidad que le da la población a informaciones a veces incompletas, otras veces tergiversadas o directamente manipuladas a través de campañas, para cuyo efecto existen verdaderos ejércitos que operan en el mundo virtual. Con esto no digo a que a nivel medios no exista manipulación.

Ley de Insolvencia

Vamos a otro ejemplo de la semana que culminó: El proyecto de Ley de Insolvencia, un proyecto que con algunos ajustes tendría más ventajas que desventajas para los deudores pues se delimita la cancha, poniendo plazos y flexibilizando acuerdos de quita. Sin embargo, se instaló en la redes sociales que los acreedores se iban a quedar con todo lo que tenés; nunca fue así, de hecho la legislación vigente ya permite la convocatoria.

El tuit fue el combustible para algunos medios, que no se tomaron el tiempo para analizar el proyecto y lo cual agravó la desinformación. Todo terminó con la muerte  del proyecto en el Congreso, a raíz de la presión, muy mal fundamentada por cierto pero que fácilmente hizo que los senadores den el brazo a torce, ya que tampoco estaban muy al tanto de lo que se trataba había sido.

Coincido en que es el peor momento para aplicar este tipo de ley por el fuerte endeudamiento al que recurrieron muchas empresas para sobrevivir a la crisis y también por imprecisiones en cuánto a ámbitos de aplicación, pero se trataba de una herramienta  que podía haber sido útil con las modificaciones puntuales.

La raíz del problema fue que el Ejecutivo avanzó con el proyecto de manera cuasi sigilosa, y casi nadie estaba al tanto de lo que se trataba; esto fue el combustible para todo tipo de especulación y desinformación.

Más tarde el Ejecutivo reconoció su error, ojalá quede como ejemplo y que las leyes sean socializadas de manera trasparente entre la población y así evitar las malas interpretaciones en las redes sociales, que a veces son más que útiles, pero otras veces, un peligro..