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Editorial

Puerta giratoria

Vigilar por el bienestar de la República siempre ha sido un deber de cada ciudadano, pero la sensación actual es que esta vigilia se está convirtiendo en un requerimiento sin tregua.

El Ministro de Hacienda, Benigno López renuncia al cargo para aceptar un cargo como vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ya era algo raro y falto de escrúpulos que el presidente haya nombrado nada menos que a su hermano para manejar el dinero del país. Pero notablemente su renuncia no fue recibida con los festejos que muchos esperarían; más bien, esta noticia ha dejado en alerta a mucha más gente. Parafraseando a Shakespeare: “algo huele mal en Paraguay”.

Algo fétido se percibe con este tema del BID. Si bien, una vez más, dirán que se trata de un hecho totalmente legal, pero legal no es lo mismo que ético. A primera vista ya se ve un caso de conflicto de intereses. ¿Cómo alguien que estaba salvaguardando los intereses nacionales va ahora a formar parte de la contraparte? Algo no huele bien aquí…

El BID representa ya hace muchísimo tiempo los intereses de grupos globalistas.  El Paraguay se viene endeudando a un ritmo vertiginoso. Ahora, con la pandemia y la pésima gestión del gobierno durante la pandemia, el sector privado se ha resentido financieramente en una forma alarmante. A esto se debe sumar las desgracias naturales que también afectaron a la producción, especialmente a la industria agropecuaria y al comercio. La perspectiva económica del nuevo presupuesto no tiene buena pinta por donde se la mire, y sobre todo esto, ante el hundimiento inminente, el tan leal e indispensable ministro decide renunciar. Algo no huele bien aquí…

¿Qué es lo que espera el BID de Benigno López? ¿En realidad ven ellos un potencial que ninguno de nosotros pudo ver en él? Benigno López no es Milton Friedman ni Javier Milei; tampoco se puede decir que haya hecho una buena gestión, a no ser que por buena gestión se entienda que no haya arruinado completamente al país. Lo que sí es seguro es que su fidelidad no ha estado con el país, y siempre ha sido más leal a los intereses de los globalistas. Algo no huele bien aquí…

Quizás para resolver este misterio de Benigno tengamos que recurrir a aquel conocido dicho de los americanos: follow the money!, y seguir la pista del dinero, porque definitivamente algo no huele bien aquí.

Más que nunca, en El Nacional estaremos atentos a todas estas jugadas y movimientos que podamos conocer. No por nada “somos el diario de los lectores influyentes”.

D.D.W-S.

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