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Editorial

Democracia a modo Covid

El mundo observa cómo se desarrolla el proceso electoral en los Estados Unidos. La fecha del sufragio nacional para las presidenciales es el 3 de noviembre; sin embargo, algunos Estados ya iniciaron un proceso de voto por correo y votación temprana.

Los fraudes electorales no son ajenos a las primeras potencias. Aunque el voto temprano, o sea habilitar ya mesas de votación días antes hasta el 3 de noviembre, es buena idea, el voto por correo parece una invitación para todo tipo de fraudes. El voto por correo es comúnmente empleado para personas que se encuentran en ciertas circunstancias y nunca fue utilizado masivamente.

En el Paraguay, como ya viene siendo costumbre hace décadas, ni las apariencias se guardan. La actual Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana, tiene el mandato vencido, pero de todos modos ha decidido llevar a cabo una convención para modificar el estatuto y así obtener una extensión del mandato. La intensión es llevar el mandato vencido hasta el 2022, con la excusa de la pandemia.

Con o sin pandemia, en el Paraguay hace décadas se viene pisoteando la voluntad nacional y quebrantando el estado de derecho. Se manipulan leyes y estatutos al servicio de los intereses de grandes señores ‘feudales’, que utilizan a sus vasallos para lograr sus objetivos personales. En una democracia esto no puede pasar. Si pasa, ya no tendremos democracia. Ya no tenemos democracia.

La pandemia no puede parar la vida cívica de la República y de sus instituciones. No estamos en una situación crítica de muertes, y aunque lo estuviésemos, la voluntad del pueblo es la que debe primar, no la de sus dirigentes, especialmente cuando se quiere salir de la ley. Creo que todos estaremos de acuerdo con que, al comienzo de la pandemia, cuando todo era aún desconocido, se tomaran medidas drásticas; pero a estas alturas la gente ya está informada y debe estar en su potestad decidir sobre sus vidas.

En cuanto a las campañas proselitistas, solo la creatividad se verá beneficiada. Siempre y cuando todos los movimientos que pugnen cuenten con condiciones sin privilegios, nadie puede acusar injusticia. Igual que en un partido de fútbol, si llueve, sigue el juego; quizás un equipo esté más adaptado para jugar en un campo mojado, pero la lluvia no discrimina ni privilegia; cae igual para ambos equipos.

Los movimientos inscriptos deben participar del diálogo directo dentro del proceso electoral “en tiempos de pandemia”. Sus voces deben ser cuidadosamente escuchadas dentro del proceso de toma de decisiones.

Existen varias formas seguras de llevar a cabo unas elecciones incluso en medio de una pandemia. Sin caer en el absurdo del voto por correo, se pueden preparar locales al aire libre. En lugar de que las elecciones se lleven a cabo dentro de determinados plazos de tiempo, eso se podría extender. Si no tienen problemas de llevar a cabo una prórroga de mandato arbitraria, por qué no hacerlo extendiendo el tiempo de votación de modo a que no exista aglomeración.

No podemos seguir llamando democracia ahí donde el “demos” o pueblo es excluido y ya no gobierna. Se debe restaurar el orden y respetar la ley. La libertad del pueblo a decidir debe ser prioridad, y el respeto a los estatutos y leyes, debe ser obligación. Para que podamos decir que tenemos un sistema democrático, es fundamental que se respete la voluntad de la mayoría.

En El Nacional, nuestro compromiso con la República es inquebrantable. El pueblo tiene derecho a decidir su propio destino, y las leyes deben ser cumplidas. Exigimos: Ley y orden.

 

D.D.W-S.

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