Política
La oposición enclenque
La así llamada era democrática del Paraguay inicia con el cuartelazo dado por quien fuera el brazo derecho del Gral. Stroessner, y de quien se dice era el mayor narcotraficante del continente, el Gral. Andrés Rodríguez. Stroessner ya estaba viejo y ese era su último mandato.
Las fricciones dentro del Partico Colorado ya empezaron a verse, especialmente con dos grandes grupos: los militantes (el Cuatrinomio) y los tradicionalistas. Rodríguez sabía que él no estaba en ninguno de los grupos y que necesitaba hacer algo, ya que incluso corrían rumores de que sería pasado a retiro.
En 1989 se lleva a cabo el golpe (ya con la bendición de la embajada de EE.UU; recordemos que Montanaro había tratado mal al embajador). Con el golpe Rodríguez saca su ya conocida proclama libertaria: “Hemos salido de nuestros cuarteles… por la unificación plena y total del coloradismo en el gobierno, por la iniciación de la democratización del Paraguay […] Eso es lo que les estoy ofreciendo…”. Acto seguido, Rodríguez queda en el poder.
En el proceso, se lleva a cabo la transferencia de bienes más grande que hubo en la historia del Paraguay. Miles de bienes de los caídos (algunos o quizás la mayoría adquiridos en forma ya irregular) pasan a manos de los vencedores. Incluso, se dice que el oro del Banco Central desapareció esa noche (así como los fondos guardados para pagar la deuda externa que hasta ese entonces nunca faltó).
El Canal 9 (SNT), propiedad de Gustavo Stroessner, pasó a manos de Gustavo Saba (casado con Mirtha, hija de Rodríguez). Muchos referentes, aparte de terminar en los calabozos, terminaron expoliados, pero de lo requisado nada fue al Estado.
El gobierno de Stroessner tiene varias etapas, y como no es nuestra intención hablar ahora de ello, sino de la oposición, hablaremos muy brevemente de la función de la oposición principalmente durante su último periodo.
Su primer periodo tenía otra Constitución Nacional (1940), creada bajo el gobierno liberal del Mcal. Estigarribia. Era una Constitución de corte bien fascista. La oposición en esos primeros momentos era bien difícil, además que se venía saliendo de golpes e inestabilidades políticas. Tanta fue la alegría de muchos (opositores), que hasta el mismo Augusto Roa Bastos le escribe un poema panegírico a Stroessner: “Por siempre Hermanos”.
Stroessner cambia la Constitución (1940). Se dice que lo hizo para reelegirse; sin embargo, si era esa la meta podría haber bien simplemente hecho una enmienda. El hecho es que, teniendo Stroessner el poder que tenía, y lo tenía constitucionalmente, se sanciona una nueva Constitución (1967), donde se deja de lado tanto poder para el presidente y se da una apertura a garantías civiles más democráticas.
Oposición terrorista
La oposición a partir de ese periodo comienza a ser más activa y dinámica. A los opositores de los partidos políticos tradicionales se sumó otro tipo de oposición terrorista, ejercida por diversos grupos guerrilleros. El “Che” tiene su guerrilla en Bolivia en los ’60, y en Argentina pulularon grupos como en ERP a partir del ’70. Todo esto tuvo directa influencia en Paraguay, con movimientos semejantes al EPP, aunque en aquellos días sí se pudo aplastar a estos terroristas guerrilleros, quienes tenían el mismo modo de operación del EPP, solo que más violentos y peligrosos, ya que estaban los soviéticos para apoyar cualquier revolución.
Algunos opositores fueron exiliados, conforme la ley lo permitía, y otros simplemente decidieron salir del país, pero no fueron exiliados. El exilio era una práctica que no fue inventada por Stroessner, era no solo común, sino también legal. Esto hay que tener en cuenta para no caer en el presentismo. El Presentismo es un vicio en la historiografía en el cual se juzga al pasado con valores presentes.
En fin, se salía de la inestabilidad política del ’50 y se entraba a un problema ideológico global a partir del ’60. El mundo estaba dividido en tres: El Primer Mundo (los países capitalistas, especialmente los que conforman la OTAN); el Segundo Mundo (los países soviéticos); y el Tercer Mundo (el resto).
MOPOCO
Este conflicto mundial es lo que pasó a llamarse “Guerra Fría”, y lleva ese nombre pues los dos primeros bloques nunca entraron en guerra directamente; el campo de batalla fue el Tercer Mundo.
La Guerra Fría viene a enturbiar mucho la situación de los opositores en Paraguay. Especialmente porque hoy día ha anidado en las mentes de muchos paraguayos, la idea de que durante los periodos de Stroessner los opositores eran ‘eliminados’ o torturados. Sin embargo, esa afirmación es una gran injusticia, especialmente para los opositores que lucharon en aquellos días. Dentro mismo del Partido Republicano hubo oposición. Conocido es el caso del MOPOCO, grupo colorado cuyas cabecillas fueron exiliados (para mí este fue un error). También existía una oposición de parte de intelectuales y miembros del clero, como fue el caso del Monseñor Ismael Rolón.
En cuanto a los partidos tradicionales de oposición, estaban los liberales y los febreristas. Aquí surgen nombres de batalladores, y quizás los más famosos sean los liberales Domingo Laíno, los hermanos Saguier, y el febrerista Euclides Acevedo (actualmente ministro del Interior del gobierno de Marito). Existían elecciones en las que participaba la oposición, y también venían observadores internacionales a corroborar su legalidad. Obviamente, se dirá que eran elecciones fraudulentas.
Hacían también oposición ciertos medios de comunicación, y quizás sea el más famoso y célebre el caso de Huberto Rubín, con su radio Ñandutí; aunque también fue famoso el cierre del diario ABC Color. Por otra parte, estaban los de las luchas gremiales, como es el caso de Filizzola.
Era “democrática”
Lo que sí es que, al caer Stroessner, la oposición no lo echa. El golpe fue una cuestión doméstica a la que luego dieron forma de gesta libertaria con el aval de los opositores.
Aquí es donde comienza el verdadero problema de los opositores. La oposición pasó rápidamente a ‘colaborar’ con el nuevo gobierno de Rodríguez. Rodríguez consiguió su anhelado “blanqueamiento”; de hecho, nunca fue llevado a justicia por torturas en la caballería, ni por su historial en el narcotráfico, ni por su alevoso y obsceno enriquecimiento ilícito.
Todo lo contrario; ese blanqueamiento dejaba también a la oposición como cómplice, lo cual permitió a Rodríguez aumentar descontroladamente sus operaciones con toda impunidad.
Hasta ahora sigue circulando por las redes un video del programa “El Ojo”, donde Menchi Barriocanal entrevista a un piloto que transportaba drogas y éste testifica que lo hizo por órdenes del Gral. Rodríguez. Cuenta el piloto que se reunió con otros militares en casa de Rodríguez y en el apartamento de Galaverna, donde incluso el cartel mencionó a un periodista amigo del grupo. No sé qué más pasó de esa investigación. Lo que sé es lo que todos saben, y al parecer el caso terminó en el ya folklórico opa reí.
Si Stroessner era malo, la oposición no tuvo mayores problemas con Rodríguez. Digamos que todo fue por amor a la democracia. Pero pronto ya empezaron los problemas de orden antidemocráticos, con el caso de Argaña, quien ganó las elecciones con la bendición de Stroessner, pero se le robó en esa elección. Ya de entrada se comenzó pisoteando la voluntad popular. Galaverna incluso llegó a ufanarse de esta hazaña.
Nuevamente la oposición actuó de cómplice, pensando quizás que sería más fácil ganarle las elecciones a Wasmosy (por el descontento de los argañistas y porque a Wasmosy se lo tenía como mbatara). Pero ni así los opositores lograron ganar.
La así llamada “era democrática” tenía de esta forma sus primeros quiebres, y las cosas solo fueron empeorando. Hubo también quiebres constitucionales; nuevamente en complicidad de la oposición se cocinaron temas como la Corte Suprema, el Jurado en Enjuiciamiento de Magistrados, entre otras cosas.
La oposición a Wasmosy la hizo quien fuera en otros tiempos su sostén, el Gral. Lino Oviedo. Luego Lino O., quien encapsulaba en su proyección política una especie de stronismo sin Stroessner, ganó por mucho las elecciones; sin embargo, tampoco se respetó la voluntad popular ni la Constitución.
Mismo patrón
La historia es fantástica, pero se nos haría muy largo recorrer los detalles. La constante y el patrón común que se venía viendo era no respetar la voluntad popular (y eso no es democracia), ni respetar las leyes. El resto de esta historia va ya a grados mucho más pintorescos.
Hubo intentos por parte de sectores de la oposición de presentar un proyecto totalmente nuevo. Apareció el Partido Encuentro Nacional, que era simplemente un partido electoralista, pues intentaban integrar ideologías tan contrarias.
Semejante a ese esquema, aparece en la escena Lugo, quien estaba inhabilitado por la mismísima Constitución; sin embargo, como la ley ya venía siendo nada más que una sugerencia, corre como candidato.
Lugo se presenta como una nueva opción. Proclama sus raíces coloradas y trae su parentesco con Epifanio Méndez Fleitas. De corrientes socialistas se alía con los liberales (como si esa mezcla pudiera ser de alguna forma próspera).
Ya para este entonces el PLRA, ya no era liberal, ni radical y mucho menos auténtico. A todo, se le suma también el pésimo gobierno del que sería recordado por ser el Mariscal de la Derrota, Nicanor Duarte Frutos. Pero la alianza de Lugo gana las elecciones; sin embargo, sigue la misma constante: no se respeta la voluntad popular ni el Estado de Derecho.
Oposición hoy
Cartes y Marito dan pie a una nueva vieja dinámica. Durante el gobierno de Cartes, Marito se convirtió en oposición. Marito, hijo del secretario de Stroessner, ganó las elecciones siendo heredero político del stronismo. Lo cual ya a estas alturas revela otra constante: Stroessner resultó ser, había sido, no solo bastante popular, sino mayoría.
Entre Cartes y Marito se vive ahora una especie de “guerra fría”. No se tirotean más directamente, y hasta se habla de un simbólico pacto “cicatriz”, pero los enfrentamientos se evidencian en sus vasallos.
En el gobierno de Marito aparece otro fenómeno, con el excéntrico senador Payo Cubas. Sube al Senado de un modo bien heterodoxo y se convierte, de forma “payística”, en la oposición más formidable, no solo del gobierno de Marito, sino también de la misma oposición oportunista y cómplice de los grandes fatos. Ya para estas alturas, ni la voluntad popular ni las leyes no valen casi nada. Un senador electo es removido del Senado sin fundamentos válidos.
Más allá de la opinión que el excentricismo de Payo pueda generar, no hay dudas de que en poco tiempo logró mover mucho e incomodar a demasiados.
Rodolfo Friedmann, sin mandato de la voluntad popular y siendo acusado de nada más que robar de la comida de los niños en las escuelas, permanece firme en su banca con, nuevamente, complicidad de la oposición.
La oposición parece no ser más que una cáfila de inútiles. Nunca pudieron ganar una elección (excepto en el caso Lugo, quien incluso se abanderó del coloradismo, como ya lo había hecho Caballero Vargas). En lugar de hacer oposición, lo que la oposición ha hecho es asegurar también sus ‘soquetes’, y vendiendo sus posturas al mejor postor. Quizás sea por ello por lo que la oposición en el Paraguay no prospera ni inspira confianza en el pueblo. Efraín Alegre ahora solo puede convocar una multitud de ausentes. Ya nadie cree en él.
Aunque Marito sube de la mano del stronismo, tan pronto subió, se rodeó de anticolorados y antistronistas. De hecho, en su gabinete, ni en su segundo ni tercer círculo no tiene a nadie de la vieja guardia.
La Patria
La semana pasada, se dio otra intentona en el gobierno: intentaron vender La Patria.
Con Payo fuera del juego, con la oposición alineada gracias a ‘soquetes’, y con el acuerdo cicatriz con Cartes, nuevamente el gobierno pudo protagonizar otro evento histórico al intentar vender la estancia La Patria. Fue el diario El Nacional el que hizo sonar la alarma, y fue Goli Stroessner quien desde tempranas horas comenzó a liderar una campaña en la que se sumaron miles, de diferentes partidos y credos, para detener la venta.
Los habituales Fake News ni siquiera dieron crédito a El Nacional por el trabajo investigativo, y mucho menos al exsenador Goli Stroessner. Pero de lo que sí los medios se encargaron de difundir, son los mensajes del nieto de Stroessner en el que ya abiertamente acusaba de inútil a Marito, llamaba ‘Blandengue’ a Benigno, y recordaba a varios próceres del gobierno actual.
Ya van varias veces que Goli Stroessner reacciona contra Marito. Es verdad que existe un tema personal de trasfondo, ya que prácticamente ambos, Goli y Marito, se habían criado juntos; pero a pesar de ello, lo que Goli llama traición personal ocupó un segundo lugar. El primero, es con lo que él llama traición a la Patria.
Marito llegó al poder con el stronismo, pero gobierna lejos de todos los que lo llevaron al poder (incluyendo a Cartes).
La oposición es fundamental para que funcione la democracia. Lamentablemente los partidos opositores en Paraguay, después del golpe del 89, nunca tomaron una postura firme ni presentaron un proyecto ideológico de país al que el pueblo pueda sumarse.
Hoy día, preguntando en las calles, la gente identifica solo a cuatro opositores: En el Senado: Sergio Godoy y Enrique Riera; en Diputados: Kattya González y Carlitos Rejala. Obviamente no son los únicos, pero el país necesita tener una oposición fuerte que pelee, no contra toda propuesta, pero contra toda señal de corrupción y cuando los intereses del País están en juego.
Con sus luces y sus sombras, el Partido Republicano ha construido el Paraguay moderno. En los más de 30 años de gobierno liberal, poco o nada se ha hecho en el país. El Paraguay necesita que los partidos políticos dejen de ser meras maquinarias electorales y que revivan las propuestas ideológicas.
¿Cuál es la excusa a 31 años de que estemos cada vez peor? Antes de aventurar cualquier respuesta, pregúntese el lector: ¿Qué hace y qué ha hecho la oposición?
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