“Gentileza del EPP”

Cuando Neville Chamberlain, primer ministro británico de aquel entonces, regresó de su encuentro con Hitler, celebró que había concretado la paz con Alemania. La respuesta de Winston Churchill a Chamberlain no se hizo esperar: “Se te ha dado la opción de elegir entre la guerra y la deshonra. Has elegido la deshonra, y también tendrás guerra”.

Al terrorismo de guerrillas se lo combate con Principios. Son nuestros principios éticos los que nos distinguen de ellos, y hace que esta sea una guerra en mucho desigual: ellos pueden hacer cosas que repudiamos vehementemente como sociedad, mientras que nosotros nos vemos obligados a respetar nuestras leyes y nuestros principios, y son por esos mismos principios por los que luchamos.

La guerrilla terrorista ha venido azotando al Paraguay desde ya hace mucho. Hoy se emplean las mismas prácticas de secuestros y asesinatos de inocentes que empleaba el Che Guevara en los 60, y que el ERP en la Argentina de los 70.

En Paraguay la guerrilla terrorista fue aplastada desde la década del 60 hasta la década de los 90. Se aplicó mano dura; mano dura que muchos hoy exigen que vuelva, pero los tiempos ya son otros (ya no está la amenaza soviética), y hoy nuestro compromiso debe estar con el profesionalismo de nuestras fuerzas armadas y con nuestros principios de valores.

Con los presidentes Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo se inauguró estrechas alianzas con promotores de las guerrillas. Nicanor trajo e impulsó el bolivarianismo al Paraguay (ahora como premio está a cargo de la entidad binacional Yasyretá). Por su parte, Lugo abiertamente se volvió partidario del EPP, y solo ahora intenta ocultar lo que por años ha promovido.

Por décadas nos intentaron alienar liderando una narrativa nefasta, a la que se sumaron varios medios de comunicación. Pero nuestros principios siguen siendo firmes.

Recientemente la comunidad de los Paí Tavyterá nos ha dado una cátedra de esos principios. Decidieron no aceptar las bolsas de comida “gentileza del EPP”, para no validar la causa terrorista. Estos aborígenes son gente que conoce el sufrimiento y bien les podría haber venido esos víveres: Eligieron inquebrantablemente la dignidad.

Sin embargo, la repartición de víveres llegó a otras comunidades pobres con la etiqueta “Gentileza del EPP”. ¿Qué motivó a la familia del secuestrado acceder a una campaña propagandística de quienes se creen Robin Hood? La respuesta ya la sabemos, lo hicieron por amor al padre. ¿Qué motivó a la gente a aceptar la “gentileza del EPP”? Quizás el hambre y el pragmatismo.

Es difícil dar soluciones a estos casos. Es difícil ponerse en el lugar de ellos. Es difícil decir que sabemos lo que hay que hacer. Pero lo que sí sabemos es que no hay que negociar con terroristas. No debemos acceder a las demandas terroristas por amor a nuestra misma dignidad, por amor al pueblo, por amor a nuestras familias. Nosotros no sabemos qué hubiese querido que se haga Óscar Denis.

Como político podemos deducir que su prioridad siempre habrá sido el pueblo y luego su familia. Surge repetidamente la pregunta en nosotros: Si Adelio hubiese traído un mensaje del exvicepresidente, ¿qué le hubiera dicho Óscar?

No pretendemos condenar aquí a la familia de Óscar Denis. ¡Dios nunca permita que esto vuelva a pasarle a ningún ser humano! Nuestra solidaridad y simpatía va entregada a esta y otras familias a las que vimos sufrir con el tiempo. Nunca más el Paraguay tiene que volver a sufrir el flagelo del EPP ni de ningún terrorista.

Hoy vemos, como ocurre en varias ciudades de Estados Unidos, donde la izquierda quiere suprimir los fondos de los policías, que aquí también se viene predicando lo mismo; incluso hay quienes quieren terminar con las FTC. Nuestra postura es clara y contundente: necesitamos mayor profesionalismo y eficiencia, pero de ninguna manera eliminar las fuerzas del orden.

En cuanto a la ciudadanía, debemos, como muchos otros países lo hicieron, aprender que con terroristas los paraguayos no negocian, de lo contrario seguirán las víctimas. Que se sepa en el mundo que los paraguayos, como el Mariscal López, elegimos dar batalla a la deshonra, porque hay principios que son más importantes que la vida misma.

D.D.W-S.