Opinión
Asignaciones de cargos en el Gobierno
Basándonos en el contexto político actual, como analista e investigadora, concluyo que estamos ante cuestiones desgastantes como gobierno, donde se centra el foco en cuestiones de tinte político típicas, el gobierno de turno siempre dará cargos de confianzas a sus cercanos que escapan del control ciudadano, pero nuestra obligación radica en exigir que estos cumplan con el rol y la tarea de trabajar por el bien común, si no lo hicieran, solicitar que se aparten del cargo por incumplimiento de deber, en gestión de gobierno lo importante es ocuparse de las necesidades más urgentes de la ciudadanía, independiente a quienes sean asignadas estas tareas, la ciudadanía tiene el derecho de intervenir como contralora acompañada de las instituciones correspondientes a que cumplan sus funciones y si así no fuese también tiene el derecho de solicitar la destitución por incumplimiento del deber: en eso consiste la verdadera democracia.
Es normal que desde nuestros puntos de vista no estemos todos de acuerdo con ciertas asignaciones y la ciudadanía tiene el derecho de hacerlo, pero lo correcto es lograr un diálogo tanto entre representantes y ciudadanía, lograr ese consenso que hoy día está muy distante entre representantes y ciudadanía.
Estamos acostumbrados a delegar al representante todas las decisiones de nuestros intereses cuando tenemos la potestad en democracia de ser nosotros los que decidamos a juzgar si el asignado de turno cumple o no con lo que le fue asignado en base sus capacidades, deleguemos al gobernante que asigna a quien le parezca que tiene la capacidad de realizar esa gestión y si en su gestión no lo cumple seamos partícipes de decidir nosotros si continúa o no en sus funciones, nos corresponde dar seguimiento a esas gestiones y ver como avanza en gestión, hagamos medición de lo positivo y negativo de ello, una vez obtenido la medición de sus funciones en funciones si van en aumento positivo o negativo podamos juzgarlos.
Como ciudadanía debemos llevar el control y exigir los reportes necesarios si los actores del momento están realizando una buena gestión o no, pero con mediciones debemos tomarnos ese minuto de investigar e informarnos si lo están gestionando o no y conocer la fuente de la información.
Nadie escapa de cometer errores, lo que se intenta lograr es que sea el menor margen posible de errores porque deberán contar con la capacidad para el cargo al que han sido asignados, darle el tiempo que requiere para juzgarlos por sus funciones. Desde la academia siempre seremos objetivos en decir, “Que el que conoce del trabajo al cual asignado su tarea es cumplir con un margen ínfimo de error si cuenta con las herramientas necesarias para lograr sus objetivos y si así no lo hace que realice las rendiciones y explicaciones correspondientes a la ciudadanía al cual se debe”.
Dentro de todo el contexto de gobernabilidad debe existir ese consenso entre representantes y ciudadanía, reitero que debemos mirar tantos las gestiones positivas y negativas para valorar cuál de los dos tiene mayor peso en consecuencia, también mirar el pasado de los distintos problemas, ¿dónde arranco? ¿Con gestión de quién? Son preguntas que debemos realizar siempre, porque es fácil delegar responsabilidades al de turno.
Debemos ocuparnos de obtener gobernabilidad antes que estar en una constante puja de poder, quién puede más o quién puede menos, porque aquí lo más importante es la ciudadanía que delega esa confianza en sus representantes y es tarea nuestra exigir que esa confianza no sea violada por las razones que fueran, como así ellos tienen la obligación de seleccionar a sus mejores jugadores para el beneficio de todo el país, dejando de lado cualquier otra cuestión que no será más importante que esa ciudadanía.
Démosle la cuota de confianza de cumplir sus tareas y si así no lo fuese, involucrémonos y exijamos el cumplimiento para los que fueron asignados: ese es el desarrollo de una verdadera democracia. Comprendo que el cansancio y los malos pasares ya no deja margen de tolerancia ni paciencia, muchas veces nos pronunciamos desde ese descontento popular, pero así también tenemos el derecho de marcar la diferencia exigiendo y poniendo reglas a todos los involucrados, hacer que las leyes se cumplan en favor de la mayoría, porque donde la ley funciona podrá darse el margen del respeto a la misma.
Debemos tener claro que, como ciudadanos de un sistema democrático, es la ciudadanía quien cuenta con mayor autonomía para decidir con relación a sus representantes.
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