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Opinión

Construir olvido

“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios, sino sobre las faltas de los demócratas” (Albert Camus).

 Ayer culminó en la capital de la república paraguaya un juicio emblemático. Constatar que se ha tratado del primer juicio oral y público contra un torturador de la dictadura de Stroessner es, por un lado, alentador, y, por otro lado, la clara demostración de que en este país la impunidad se ha nutrido de un olvido deliberado.

Eusebio Torres Romero (88 años), hoy condenado a 30 años de prisión, al igual que otros tantos verdugos, fueron aupados y amparados por un régimen autoritario y sangriento.  Los horrorosos vejámenes cometidos por la dictadura stronista no deben ser nunca olvidados. El olvido es fiel aliado de todos aquellos que aspiran a borrar vestigios de crueldad, retaceando y tergiversando hechos y acontecimientos que ya no deben tener cabida en estos tiempos. Construir olvido es una operación similar a la creación y mantenimiento de un bonsái. El arte incluye poda, uso de alambres y pinzas para así imponer el molde deseado.

La dictadura stronista “normalizó” a la sociedad paraguaya hasta el punto de programarla para olvidar los aciagos y oscuros años de dolor y persecución. Todo autoritarismo se desvela en controlar espacios, perseguir a los “extraños morales”, en hacer saber su poder e imponer su visión del mundo a costa de lo que fuere. Y todo aquel que se resista puede ser perseguido, torturado, muerto y olvidado. La dictadura aborrece el diálogo, la deliberación y el pluralismo. En dictadura, el violento se erige en una persona confiable; y el que ose resistir la violencia ocupará inmediatamente el lugar del peligroso y sospechoso. Por ello, el autoritarismo se esmera en eliminar todo aquello que no fuese idéntico a su molde reglamentario.

En un proceso normalizador contrario a una convivencia en el marco de un Estado Social de Derecho, se colma de olvido la memoria, entonces, se compromete la propia existencia como sociedad por exceso de silencio. Se teme decir la verdad, se teme a la verdad, se calla la verdad, se olvida la verdad. Así, se hipoteca cualquier intento de régimen democrático y se acrecienta la cuenta inconmensurable de los buitres insaciables. Construir olvido es asfixiar la memoria con los dedos sucios del vil silencio. Hablar es celebrar la duda buscando tiempos mejores. Renunciar a la palabra es colmar de olvido la memoria. Parafraseando a Milosz podríamos decir que la búsqueda de un Estado Social de Derecho no puede estar fundada en la “satisfacción de todas las ambiciones en lucha contra las leyes establecidas”.

Una dictadura acumula tantos males en su itinerario que se les confía a los “espectros” el trabajo de cuidarla en el tiempo. Por eso, el espanto late como posibilidad en cada periodo de tiempo y puede ser revivido si en los espacios más vitales de una república escasean la convivencia digna y el respeto más sagrado a los principios democráticos. Los “modos” más infaustos renacen siempre fortalecidos cuando el olvido es criado al amparo de injusticias y silencios.

Las torturas, persecuciones, arbitrariedades, delaciones y muertes de ayer interfieren activamente en la vida social y política de hoy.  Construir olvido es negar del pasado los dolores más humanos de las circunstancias más inhumanas y degradantes.  Esta deleznable actitud de intentar socavar durante años la responsabilidad y la culpa de aquellos que gestionaron los muchos “modos de terror” es parte constitutiva de una sociedad minada por el olvido y arropada de silencios. Superar las rémoras del terror que tanto daño y dolor ha causado a nuestro querido Paraguay, es una tarea impostergable. Rémoras que sin asco alguno habilita a trasnochados a defender y justificar la persecución, el horror, la muerte y el olvido.

3 Comments

3 Comentarios

  1. Angel

    21 de febrero de 2024 at 14:04

    Excelente el escrito, yo estuve en investigación y pasé momentos muy desagradable, que siempre deseo no recordar y olvidar con la ayuda de un cobarde silencio. Prefiero dar testimonio sin mucho varullo, para no molestar a la sociedad politica con mentalidad alienada.

  2. Celso Chamorro

    21 de febrero de 2024 at 14:37

    Gracias JOSÉ..es más que oportuno tu enjundioso escrito!!.. EL STRONISSMO ES EL CÁNCER DE NACIÓN PARAGUAYA..tiene sus METÁSTASIS EN TODOS LOS ESTAMENTOS DE NUESTRA SOCIEDAD!!..La impunidad de 70 años es su CEDULA DE IDENTIDAD!. Su estudio CRÍTICO,DESICION de enfrentarlo INTEGRALMENTE y generar una ALTERNATIVA POLÍTICA NACIONALISTA, POPULAR, PROGRESISTA es el DESAFÍO!! Solo ASÍ se arruinará LA CASTA MALDITA!!.. Añua guasu mbarete // celso chamorro //

  3. José Antonio VERA ARENAS

    21 de febrero de 2024 at 15:19

    SILVERO MERECE APLAUSOS POR SU BRILLANTE EXPOSICION, PERO OBSERVO DOS :FALENCIAS: 1) STROESSNER Y TODOS LOS CRIMINALES Y LADRONES, SON TIRANOS, DESPOTAS. GASPAR R. DE FRANCIA FUE UN CONFESO DICTADOR. 2) Y LA CAUSA, EL ORIGEN, EL VIENTRE, CUAL ES?. NUNCA PODEMOS OBVIAR NOMBRARLO: SISTEMA CAPITALISTA Y SU APROPIACION Y DESTRUCCION DE LOS DERECHOS HUMANOS.

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