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Opinión

El caso Rivas: un “javorái” jurídico

POR Martín Ramírez Machuca
Dr. en Linguística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica. Universidad de Kiel. Alemania.

La imputación del senador Rivas se ha convertido en una bola de nieve que está arrastrando a mucha gente maliciosa que habría planificado meticulosamente un sistema para generar supuestos títulos que, según las evidencias que se presentan, serían apócrifos.

Lo grave de toda esta historia es que, según ciertos documentos que circulan en las redes y en los medios de prensa que se han hecho eco, atribuyen el hecho a un exmiembro de la CSJ, quien supuestamente habría refrendado el juramento del Sr. Rivas como abogado ante la CSJ, institución encargada de administrar justicia en la nación paraguaya.

Este tema ha sido debatido hasta el cansancio, consultando con varios expertos en derecho, algunos con vasta trayectoria y otros juristas jóvenes, pero con sólida formación en esa área. Tanto los medios convencionales y tradicionales de prensa como los diversos medios digitales independientes han proporcionado la cobertura necesaria para que la población esté debidamente informada sobre este deleznable caso.

Por otro lado, la sociedad y los expertos en derecho han manifestado y criticado el comportamiento débil del actual fiscal general del Estado, quien inició su mandato con mucha fuerza y, de cierta manera, captó la atención de la ciudadanía durante los primeros cien días en su función, pero luego esa energía con la que inició en tan importante cargo se disipó. Por ahora, al fiscal se le asocia con el tema de las lomadas, que tampoco ha tenido el efecto esperado.

La crítica viene de la ciudadanía que no entiende por qué esta entidad, encargada de la investigación e imputación a delincuentes involucrados en hechos antijurídicos, no puede actuar de oficio en varios de los casos ya emblemáticos que han salpicado a múltiples referentes políticos y manchan el andamiaje normal del Estado de Derecho.

Solo con la presión ciudadana y la activa participación de los internautas se ha logrado un paso importante con la imputación de este señor Rivas, que, según las evidencias presentadas, se ha burlado de todo un pueblo y especialmente de los estudiantes que actualmente cursan la carrera de Derecho, ya sea en la universidad nacional o en universidades privadas. Como mencionó un conocido y joven jurista en un medio de prensa, Manuel Riera: “Estamos hablando de uno de los hombres, posiblemente, más ignorantes en el derecho”.

En este “javorái jurídico” que se está armando, es bueno recalcar el protagonismo que han adquirido las universidades privadas que existen en el país, con apenas 6 millones y pico de habitantes, según el último censo. Me parece un despropósito que exista una cantidad impresionante de universidades sin tener realmente la infraestructura adecuada para su funcionamiento, sin hablar siquiera de la capacidad de los docentes que imparten clases en esas denominadas universidades de “garaje”.

Siempre me pregunto de dónde salen tantos docentes universitarios. Este tema debe ser analizado de manera racional y patriótica por los órganos de control, sin cerrar los ojos y denunciar a los cabecillas que habrían ideado un sistema para generar profesionales con escasa o nula preparación académica para ejercer la profesión, como sería el caso de este señor Rivas, que ya no se le puede llamar abogado, pues entiendo que a estas alturas del campeonato ya es un despropósito y una bofetada a los verdaderos profesionales que se han quemado las pestañas leyendo, investigando y aprobando exigentes asignaturas.

Para insistir en este tema, también se ha viralizado en los corrillos de los tribunales, en las redes y en los medios de prensa, la incertidumbre de lo que pasará de los actos jurídicos refrendados por este señor durante su paso como miembro de la JEM. Una vez ratificada la imputación y, en caso de una condena, entiendo que estos se considerarían actos nulos que iniciarían nuevamente otro “javorái jurídico” de proporciones que pondrán nuevamente a tambalear a la CSJ.

Como se puede apreciar con esta muy resumida opinión del ya viralizado y socializado tema, el caso es extremadamente grave. Es inadmisible que Paraguay sea considerado como un país de joda, corrupto y, además, figure en el tercer lugar en corrupción y vinculado al crimen organizado.

Ante la ausencia de una justicia efectiva, la única opción que queda para el pueblo es apoyarse mutuamente y organizarse para vigilar, controlar y denunciar directamente a los corruptos que están socavando el país y sepultando las aspiraciones de miles de niños y jóvenes que anhelan una patria mejor.

Correo electrónico: [email protected]

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