La fiesta del olvido

Por esas cosas raras de la vida que a uno le toca experimentar en este mundo terrenal, tuve la suerte de realizar un posgrado en Psicología Social en la Universidad de Hiroshima, Japón, hace ya un buen tiempo. Aún conservo en la retina de mis ojos las caras alegres y felices de los miembros de la familia japonesa con la que me tocó vivir para celebrar el fin de año.

Japón es un país entrañable y muy rico culturalmente, aunque poco explorado, quizás debido a la barrera del idioma, a veces infranqueable. Sin embargo, para los paraguayos que hablan guaraní, aprender japonés les resulta bastante fácil, ya que es una lengua aglutinante, al igual que el guaraní en su tipología lingüística.

En cuanto al idioma japonés, la palabra “Bōnenkai” (忘年会) significa una fiesta o reunión para olvidar el año viejo. El objetivo es dejar atrás un año que, por algún motivo, no ha sido positivo o quizás también muy productivo.

Es crucial olvidar lo negativo del año que se va, ya que, según la tradición japonesa, no se deben arrastrar los problemas al año que comienza. Algunos, endeudados, tratan de cancelar sus deudas para empezar el nuevo año en mejores condiciones.

Esta fiesta del olvido se decora con adornos llamados “kadomatsu”, con ramas de pino y bambú. Además de esta festividad, es tradicional amanecer para saludar al sol que emerge radiante en el año nuevo. Algunos lo hacen en el monte Fuji para dar la bienvenida al famoso sol naciente en esa época.

Fuente imagen: https://de.wikipedia.org/wiki/Kadomatsu

La familia con la que pasé esa inolvidable fiesta estaba encantada de tener a un extranjero de tierras calientes en su hogar, especialmente para compartir una fecha tan especial. Comimos, bebimos, cantamos, bailamos y esperamos el amanecer en el balcón de la casa; una experiencia inolvidable que evoco con mucha nostalgia y quizás con un dejo de tristeza, ya que esta historia tiene mucho que ver con lo que actualmente sucede en nuestra querida patria, Paraguay.

Hemos esperado con ansias un nuevo año 2023, un nuevo gobierno que prometía el sol y la luna para todos los paraguayos, con la promesa de que les sobraría dinero en el bolsillo y que, como por arte de magia, todo iría mejor a partir de agosto de este año que se va lentamente.

Las cosas no fueron tan maravillosas como se repetía constantemente como el eslogan “vamos a estar mejor”. Solo unos pocos lograron “estar mejor” hasta ahora, y son aquellos cercanos al primer anillo que rodea al movimiento Honor Colorado, que prácticamente se ha apartado de los ideales de la ANR.

Sería oportuno e interesante que este 31 de diciembre pudiéramos emular a los japoneses y celebrar la fiesta del olvido, dejando atrás las desgracias y lo negativo que ha sido para el país, especialmente en el ámbito político, que, según mis percepciones, aún no ha tomado las riendas y no se sabe hacia dónde se encamina.

Ojalá pudiéramos seguir el ejemplo japonés y evitar que las malas prácticas se trasladen al nuevo año que inicia el 1 de enero de 2024.

Que podamos celebrar mirando al sol naciente que traerá energía y positivismo a las vidas de miles de compatriotas que esperan un cambio hacia una vida mejor.

¡Feliz año 2024!

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