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Opinión

La cuestión indígena en los actos eleccionarios

POR Esther Prieto
Jurista, especialista en Derechos Humanos por la Universidad de Estrasburgo, Francia.

Aunque el tema central se refiere a la participación de las personas indígenas en las elecciones, no puedo dejar de decir unas pocas palabras sobre el contexto en que hoy nos encontramos. El comportamiento de civismo sentido en el día de las elecciones generales, se desvaneció al día siguiente cuando se hizo sentir ese pedazo de Paraguay enfurecido, con tremenda violencia, protagonizada seguramente por grupos desencantados, que junto con la ignorancia y tantas precariedades en el cotidiano andar sin hallar respuesta en gobiernos sucesivos, están expuestos a la manipulación. Cabe en este punto recordar las palabas de Konrad Adenauer: “Los peligros del hartazgo son realmente grandes”. Obviamente no se justifica de ninguna manera los actos de violencia que tuvimos que soportar.

Luego de pintar este triste escenario, quiero referirme al tema de mi comentario, cual es la participación indígena en estos comicios. La decisión de varias personas indígenas con el derecho y el intento de ocupar un escaño en el recinto parlamentario, se viene repitiendo seguidamente en dos o tres periodos eleccionarios, y siempre con el mismo resultado. Nada. En este aspecto, podemos observar que la ciudadanía indígena no ha recibido ninguna atención especial de las instituciones públicas que deberían promover e incentivar el derecho a la oportunidad de las personas indígenas para acceder a los espacios electivos, como aporte para la construcción de una nación pluricultural con una población que se caracteriza por la presencia de diversidad étnica. En realidad, no se llega a entender aún que esta diversidad tal vez sea la clave para el avance hacia la meta del desarrollo sostenible del país, ya que son sociedades no productivas genuinamente ecologistas. La diversidad en todos sus aspectos es ignorada en nuestro país.

Este vacío de las instituciones públicas fue compensado de alguna manera con el conversatorio organizado por la Coordinación Nacional de Pastoral Indígena Conapi, junto con la Red de Promotores Jurídicos Indígenas del Paraguay, con el apoyo de IDEA Internacional y la Unión Europea. Gracias a esta iniciativa, pudimos informarnos sobre las propuestas de varias personas indígenas pertenecientes a distintos pueblos, que postularon para ocupar algunos de los escaños de los cargos electivos. Una de las mujeres expresaba: “Nunca me vi reflejada en las propuestas de los candidatos. Cada logro en leyes y otros aspectos se han logrado con la lucha de los pueblos indígenas, por eso me he candidatado”.

En este contexto, estoy casi segura que nadie o muy pocos percibieron que los nombres de un buen número de personas indígenas de distintos grupos étnicos, se hallaban insertos pero invisibilizados en varias de las listas de partidos y alianzas que pugnaron en estos comicios. Estuvieron en sus listas como muestras, sin especificación de su pertenencia étnica, ya que el sistema de padrones del Paraguay no contempla la posibilidad de un padrón de identidad cultural para los indígenas con especificación de su pueblo. La variable indígena no existe en las estadísticas de nuestro sistema electoral, y en consecuencia, las personas indígenas se inscriben sin su identidad cultural como cualquier otra persona del país. Como las estadísticas electorales no pueden desagregar la estadística de identidad indígena, no se perciben los números de los votantes indígenas, que se calcula estimativamente en cuarenta mil votos, y en consecuencia, no tienen ningún poder de negociación, ni siquiera como minorías.

Voy a dar algunos números que seguramente muchos ignoran. Se pudo observar a nueve candidaturas visibles, postulantes al parlamento, de los cuales cinco son mujeres, tres para el Senado y dos para la Cámara de Diputados. Asimismo, se candidataron diez indígenas para concejales municipales. Sabemos hoy que las personas indígenas postulantes al parlamento no han logrado ni un solo escaño. Esperamos que al final de los cómputos, algunos otros postulantes indígenas hayan logrado su elección como concejales departamentales. Algunos y algunas lo han logrado unas pocas veces.

Creo yo, que los pueblos indígenas, luego de repetidas vivencias eleccionarias, ya han mostrado su aceptación del sistema democrático, distinto a sus sistemas tradicionales, mostrando su voluntad de participación, como lo establece el Convenio 169 de la OIT sobre “Pueblos Indígenas en Países Independientes”, y corresponde hoy al Tribunal Superior de Justicia Electoral, en consonancia con otras instituciones pertinentes, consultar con los representantes de los pueblos indígenas sobre los mecanismos posibles para el logro de su presencia identitaria en todos los estamentos concernientes a los cargos electivos. Aunque no me cabe duda de que los pueblos indígenas del Paraguay, con su sabiduría ancestral, tendrán propuestas mejores, me animo a sugerir como acción intercultural la instalación de un Sistema Especial de Padrón de Identidad Indígena que podría facilitar la inclusión de la variable étnica en las estadísticas electorales.

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