El viceministro de Cetrapam

UNO

Suena la alarma. El joven se restriega los ojos y bosteza varias veces. Incorporándose, se dirige, con pasos morosos, al baño. Minutos después, se viste tranquilamente. El aire fresco se siente. Los viejos ya levantados están en el patio, compartiendo un mate. Se despide de ambos con un beso en la mejilla. Diez minutos más tarde, está en la parada. La eterna rutina diaria. Los pocos colectivos que pasan están llenos. Aun no son ni las 6:30 horas siquiera. La parada se va llenando. Ya no son solo 5, sino 20 personas.

• Bueno habrá que ir colgado. No hay otra.

Transcurridos 20 minutos, uno de los buses se detiene. Mágicamente, se abre la puerta de atrás. El mozalbete se sube sin más. Dentro, mira los rostros que lo rodean. Varios transmiten sosiego; otros, inquietud; unos, hartazgo. Los que van sentados, en su mayoría, duermen o al menos eso aparentan. Eso sí, la mayoría, viste ropas gastadas.

Esta tonta

Se cansó de tus mentiras

Ser juguete de tu vida

Otra de tu colección

No me llames

La música impiadosa golpea los oídos. Unos cuantos bajan; otros, suben. Una señora cincuentona y gruesa pasa por su lado. No pide permiso. Entonces siente el cuerpo adiposo pegado a la espalda; le vienen arcadas. Para completarla, la señora pisa, con ahínco, sus championes recién lavados.

• A la pucha, señora.

La aludida, ni la tos. Encima el acompañante, de la fémina carga -como colegial- una enorme mochila que le golpea la espalda al pasar. Y sí, le vuelven a pisar.

En tanto, al otro extremo, el chofer exclama, una y otra vez.

• Avancen, hay sitio al fondo.

Magullado, trata de pensar en positivo, la voz desafinada de la cumbiera lo impide. Encima, un vendedor ambulante pasa, con una enorme canasta, por su lado, incomodando a todos.

• Chipa, chipa a mil. Calientito, chamigo.

Sigue pasando la gente, sin que ninguno se digne a exclamar.

• Permiso, por favor.

Luego de una hora y media de viaje, llega a su destino. Para más inri, el colectivo, aprovechando la luz verde, se pasa una cuadra. Se baja y mira el reloj. El tiempo apremia. Llega al laburo levitando. Sin embargo, al marcar constata lo obvio.

Llegó tarde.

DOS

Desmentimos totalmente la existencia de reguladas desde las empresas que integran nuestro gremio. También somos víctimas y no victimarios. César Ruiz Díaz – Cetrapam.

Con un impecable traje color gris la camisa de seda italiana, una corbata a tono y la mirada penetrante, listo para emitir el dislate arriba mencionado. Ante los periodistas no se apura, ni divaga. Por el contrario, nunca pierde la ecuanimidad. Aun así, esté profiriendo sandeces. Le beneficia la orfandad periodística.

• El Estado nos adeuda cinco meses de subsidio.

Meses atrás, mandó a la mierda al Senadis (Secretaría Nacional por los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad). Dicha entidad emitió unos carnés -de color naranja- para que los discapacitados viajen gratis.

• La disposición de gratuidad del pasaje solo abarca a las personas ciegas o no videntes, que tienen carnet azul, junto con sus acompañantes. Quedan descartadas de esta medida las que poseen otras discapacidades y que tienen el carnet naranja, el cual para nosotros carece de total validez, no sirve. Aunque la ley está promulgada, no está reglamentada. El empresario solo está esperando lo que diga la reglamentación.

Debemos agregar que el Estado les otorgó millonarios préstamos, para que adquieran las unidades climatizadas.

• ¿Estarán amortizando dicho crédito?

 Asimismo, subsidia el pasaje. El año pasado les pagó,a dichos empresarios la suma de 34 millones de dólares.

 Cualquier economista -medianamente serio- le diría que los subsidios son una de las peores decisiones políticas en materia financiera.

Por último, habría que preguntarle -a la clase trabajadora- lo lógico.

• ¿El servicio de transporte público mejoró?

TRES

Esta semana hicimos una evaluación minuciosa de los datos obtenidos del billetaje electrónico -de enero a marzo de 2023- y encontramos que algunas empresas verdaderamente estaban haciendo esta práctica (pago de pasajes de pasajeros fantasmas). Hay validaciones en cantidades industriales.  Eso sí, no renunciaré. Víctor Sánchez, ahora ex viceministro de Transporte

 Desde su creación -por parte de la esfera política- el Viceministerio de Transporte ha dado la impresión de que trabaja a favor del empresariado. Nunca ha estado a favor del proletariado que utiliza el servicio.

• ¿Alguno de ustedes piensa que a los senadores Enrique Riera o Fidel Zavala les quita el sueño el problema del transporte público?

Al viceministro se le hizo la consulta incómoda.

• ¿Se realizó una auditoría a los datos del billetaje?

Hay que aclarar algo. Por respuesta emitió un lacónico:

• Los mismos son sensibles para el desembolso de recursos de los contribuyentes del país.

El personaje de marras fue destituido de su cargo. Mínimamente, Ruiz Díaz lo estaba tomando de cojudo.

• ¿Es posible que los transportistas tengan tanto poder?

 En cierta ocasión, el intendente de Lambaré -acompañado por una troupe mayúscula- fue junto al viceministro para solicitar que más líneas de colectivos ingresen a dicha ciudad. El hombre de Lambaré fue ignorado. Ni siquiera lo recibió. Lógicamente, dicha ciudad continuó adoleciendo de problemas de transporte. Allí, la dueña y señora es una:

• La línea 23.

 A los taxistas, que también eran usados políticamente, se les terminó su lugar de preeminencia al autorizarse el uso de las plataformas. Y ahí, no hubo ningún mérito de las autoridades, fue por pedido exclusivo de la gente. La presión ciudadana pudo más.

Por último, el gobierno colorado usa un parche minúsculo para detener las protestas.

• ¿Creen realmente que Marito tiene un plan estratégico para resolver el problema de transporte público?

 En tanto, Chile –sí, acá cerca nomás– cuenta con la flota más grande de buses eléctricos, a excepción de China.

• Para este año tendrán un total de 1.900 buses.

• ¿Y nosotros?