Propaganda sucia 4.0

A medida que se acerca el día de las elecciones generales, aumenta el nivel de la propaganda electoral de los diferentes candidatos que sacan los trapitos sucios al sol, quizás sea solamente un mecanismo de defensa porque no ha habido debate presidencial, y creo que no lo habrá, pues los principales contendientes no se ponen de acuerdo para llevar a cabo el anhelado debate.

Lo interesante de esta etapa es la “propaganda sucia”, bajo mi percepción, que aparece en ambos lados de los dos principales candidatos. Es importante conocer un poco la etimología de la palabra propaganda. Esta palabra proviene de latín propagāre, que en esencia tiene varios significados como publicidad, difusión, divulgación, anuncio, publicación, información, ampliación de una noticia o mensaje con el objetivo de apoyar o desacreditar las propuestas de x candidato dentro de un escenario electoral.

Según los registros de la Real Academia Española (RAE), esta palabra cobró fuerza a través de la “[Congregatio de] propaganda [fide] ‘[Congregación para] la propagación [de la fe]’, congregación de la curia romana encargada de las misiones, que fundó Gregorio XV en 1622”.

Pero el concepto de “propaganda”, en el sentido que actualmente conocemos, no se hizo popular por su origen en el seno de la fe católica, sino durante el régimen de Adolf Hitler en  la Alemania nazi, pues su jefe de “propaganda”, Joseph Goebbels, fue quien impregnó una frase bastante peculiar: “Miente, miente que algo queda”, aunque no se sabe con certeza si Goebbels fue el creador de esa frase realmente.

Según Iván Almeida, doctor en Filosofía y profesor jubilado de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), en una columna publicada en el diario El País, de España, los primeros rastros de dicha frase se registraron en el siglo I d.C., según se puede leer en la siguiente cita:

“En el capítulo 4º del libro I de sus Obras morales y de costumbres, Plutarco la atribuye a Medion de Larisa, un ambiguo personaje que cinco siglos antes había sido consejero de Alejandro Magno”, quien “Ordenaba a sus secuaces que sembraran confiadamente la calumnia, que mordieran con ella, diciéndoles que cuando la gente hubiera curado su llaga, siempre quedaría la cicatriz”.

Según se puede inferir por esta cápsula histórica, la famosa frase no habría sido creada por Goebbels, sino que este personaje solo fue un instrumento de sobrevivencia de la famosa frase.

Hoy en día, a la palabra propaganda va vinculada un adjetivo: “sucia”, y se la usa como término político durante contiendas electorales. La “propaganda sucia” tiene que ver con una fuente no confirmada y es difundida por todos los medios. En este caso, si nos referimos a la frase aludida a Goebbels, no importa si el contenido es verídico o no, sino que sea creíble para el receptor.

En la siguiente lista se pueden identificar algunas características de una propaganda sucia:

1. Ataque a la vida privada con datos falsos o verdaderos, pero con elementos que puedan perjudicar a la persona. Esto es realmente perjudicial y destruye en segundos la reputación de una persona honorable.
2. Desacreditar hallazgos científicos con el fin de generar confusión y temor en la ciudadanía. La pandemia del Covid-19 se podría aplicar en este criterio.
3. Se construye y se articula basándose en una narrativa falsa que lleva a una desinformación general.
4. Se basan en meras conjeturas, visiones, falsedades, subjetividades que por la repetición de estos elementos se crea una constelación creíble para la sociedad.
5. Está en cierta manera orientada a generar guerra de nervios o guerra sicológica para captar la atención (potenciales votos) de cierto segmento de la sociedad.

A nivel local, diariamente podemos leer por los medios de información y redes sociales la agresión existente en las distintas carpas de los actuales contrincantes que desean llegar al sillón presidencial. Los ataques son de todos los colores y de todas las aristas, desde la esfera íntima hasta imputaciones legales de referentes de estos grupos.

Ningún paraguayo, estimo, quiere  un país sombrío, atrasado, ignorante y alejado del desarrollo.

Los ataques no contribuyen en nada para la pacificación de la nación, a pocas semanas de las elecciones, apelo a la inteligencia de los candidatos para que actúen racionalmente y miren hacia el futuro de la nación.

Generar un país próspero para todos los paraguayos debe ser la propaganda blanca o limpia que los candidatos deben articular en estos últimos tramos.

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