La Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público

En los últimos días, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) estuvo en el ojo de la tormenta y parece ser que esta institución no tiene descanso desde aquella emblemática promesa de Nicanor Duarte Frutos de “pulverizar la Corte”, en plena apertura democrática.

La llama del desencanto de la población se ha prendido hacia esta institución que no termina de despegar, a pesar de tener nuevos inquilinos en su cúpula. El nuevo inquilino, Gustavo Santander, que inaugura su flamante cargo como miembro de la CSJ con un pedido de auditoría de casos “cajoneados” en la Sala Constitucional. Santander representa una luz de esperanza.

La neta, como dicen los mexicanos, los miembros de la CSJ se deben al pueblo que les paga una millonaria suma como salario, justamente para no se desvíen en cosas torcidas y no estén tentados por el cáncer de la corrupción. Por lo menos, este último ya entró con el pie derecho a fin de ir ordenando la casa.

Lo que no se debe permitir es que estas acciones se conviertan en “paroles, paroles”, como dice la canción de Dalida. Pues tenemos  un emblemático ejemplo de lo mal que ha estado la CSJ: el caso del exministro Fretes, quien estuvo unos 30 años en la más alta magistratura de la nación, y que por poco no fue expulsado a empellones por sus propios colegas.

Saltan los entretelones y los hilos oscuros que este personaje ha tejido por varios años. Como digo siempre, otra burla más al pueblo, este héroe se fue con los bolsillos llenos y con un patrimonio solo igualado a jeques árabes, estimo.

Por otro lado, en el Ministerio Público (MP), la “dama de hierro” ha dejado la institución con un desorden que ni Mandrake podría resolverlo, pero ¡eureka!, con el nuevo fiscal, como por arte de magia, se están articulando las causas que han estado durmiendo en el mundo irreal de la exfiscala, incluso, ésta dejó la institución blindada para que nadie audite su brillante trayectoria, pero  la  escoba nueva, el nuevo fiscal, está ordenando la casa, asunto que la ciudadanía estaba reclamando por años.

Pasaron dos lustros y esta institución tampoco ha levantado vuelo desde el nuevo ropaje  que se le ha dado a la Fiscalía. El exfiscal Díaz de Verón y su esposa están actualmente imputados y a la espera de un juicio oral para rendir cuentas de las trapisondas que el otrora alto funcionario había hecho durante su mandato. La exfiscala también iría por el mismo camino, la brillante  profesional que estaba en el puesto 60 y logró llegar al cargo gracias a sus oraciones y asiduas visitas a  misas, estimo. Según las noticias, se presentaría la denuncia formal contra Sandra Quiñónez después de la Semana Santa, entre chipas y huevos de pascua.

Los casos que salen a luz son graves, pues se ha desarticulado una red mafiosa que realizaba aprietes para conseguir dictámenes a medida, que van desde robo de gallinas hasta gruesos casos de lavado de dinero. No nos olvidemos que se logró la imputación de  uno de los hombres más deleznables que ha tenido la política paraguaya en estos últimos tiempos “democráticos”, Óscar González Daher, quien, junto con su hermano, se habrían forrado de dinero, gracias a un sistema de apriete a jueces y fiscales.

Se profundiza el tema “apriete” con la denuncia del ministro César Diesel, quien personalmente fue a entregar una denuncia contra el senador Pedro Santa Cruz, quien lo ha denunciado por un supuesto esquema de “apriete” y que se ha viralizado en las redes y en los medios de prensa. Este hecho es una señal de alerta para el pueblo.

Mucho trabajo para el nuevo fiscal general, en plena luna de miel de 100 días, que a propósito, ya ha dado muy buenos pasos y aparentemente tiene la aprobación de la sociedad.

El relato anterior es solo anecdótico pues orienta a visibilizar la gravedad del tema, estamos hablando de dos instituciones más que centrales para el buen desenvolvimiento de  la sociedad, y por sobre todo, para el buen funcionamiento del Estado de Derecho: la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público. Este pueblo necesita imperativamente que la justicia funcione, pues de eso depende para que los organismos del Estado se concentren en el desarrollo del país.

Este país debe avanzar a como dé lugar, y sin justicia no se puede realmente hacer nada. Estimo que atornillar a los ministros en sus puestos, en  forma definitiva, es un craso error. Los miembros de la CSJ deberían estar máximo dos periodos presidenciales y luego a  sus casas a plantar lechugas en sus huertitas o dedicarse a otros menesteres, como la docencia, por ejemplo. Esta frágil democracia no tiene ningún sustento moral aun para que los miembros de la CSJ puedan estar en los cargos en forma vitalicia.

Santa Cruz ha manifestado que solamente muerto lo detendrían, esto es  gravísimo y la sociedad debe conocer los antecedentes denunciados por este congresista. En esta línea, el jueves 30 de marzo se realizó un conversatorio impulsado por varias organizaciones con el fin de sensibilizar a la sociedad sobre hechos de corrupción. Apoyo este tipo de actividades porque fortalecen la democracia y especialmente porque son intentos de transparencias de los hechos delictivos que se han acumulado por varios años.

Si los actores políticos no toman al toro por las astas, de no ser así, la sociedad debería llamar la atención a estos señores encargados de administrar la justicia del país, ¿cómo se lograría eso?, quizás articular manifestaciones responsables, patrióticas y ajustadas a nuestra Constitución Nacional.

En París, Francia, la sociedad se ha despertado y ha reaccionado virulentamente contra la reforma de pensiones en ese país. Por otro lado, en Israel, el país que está de moda eternamente, también el pueblo le ha dado un paliza a Netanyahu por tratar de torcer las leyes nacionales.

Paraguay solo saldrá adelante con la ayuda y acompañamiento de sus gobernantes honestos y una justicia igualitaria para todos, de lo contrario seguiremos como país atrasado, ignorante y alejado del desarrollo inexorable del mundo, por lo menos en nuestra región.

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