Becal: ¿Es posible una reinserción automática de los exbecarios?

El programa Becas Carlos Antonio López (Becal) hasta la fecha ha otorgado becas a una totalidad de 2.492 estudiantes y un total de 1.277, datos hasta el 31.12.2022, según el portal del programa. Esto implica una fuerte inversión monetaria desembolsada para la capacitación de estos jóvenes paraguayos que fueron a formarse en las universidades más prestigiosas del mundo.

Bajo todo punto de vista, este programa es un aliciente y un bálsamo para articular el desarrollo del país, tal como lo había visionado Carlos Antonio López en su época, lo positivo de aquel tiempo fue que los retornados colaboraron efectivamente para el desarrollo del país y dejaron vestigios en la nación.

Actualmente se visibiliza una problemática: los exbecarios retornados al país, aparentemente encontrarían dificultades para insertarse en al campo laboral con los nuevos conocimientos que han adquirido en el exterior.

Becal no tendría un programa de inserción automática de los exbecarios, excepto para aquellos que han viajado bajo un permiso de trabajo de instituciones estatales. Los que viajaron sin tener un vínculo laboral, al regresar, deben pasar por un vía crucis para obtener un puesto laboral. En esta línea, Becal colabora y apoya en el sentido de indicarles a los exbecarios a inscribirse en diferentes motores de búsqueda de trabajo con el fin de tentar suerte.

Una nueva posibilidad es la que actualmente Conacyt está articulando por medio de un programa de inserción en el que exbecarios con título de doctorado puedan involucrarse en proyectos de investigación con el fin de que estos noveles doctores puedan trabajar en líneas de investigación que pudieran potenciar el desarrollo del país.

La otra cara de la moneda de este noble y loable programa, es que genera una suerte de segmentación entre los estudiantes que no reúnen los requisitos para acogerse a estas becas, que requiere una alto nivel de instrucción. Los estudiantes que terminan sus estudios y de condiciones económicas desfavorables no pueden seguir sus estudios universitarios y solicitan becas a las  instituciones estatales como Itaipú y otras, pero sin éxito, porque las plazas son limitadas o deben pasar un examen colador que nuevamente deben reaprender o prepararse para dichos exámenes, en fin, el vía crucis en ambos lados es el mismo.

En varias oportunidades he mencionado que el programa Becal debe imperiosamente tener una dirección o coordinación de reinserción, sea esta automática o por lo menos encaminar el regreso del exbecario a insertarse a una nueva actividad laboral , pues ese exbecario viene con nuevas experiencias y nuevos conocimientos que deben ser implementados en las áreas de desarrollo del país.

Estimo que Becal habrá hecho algún estudio pormenorizado de las necesidades del país para orientar el usufructo de las becas en consonancia con dichas necesidades. Becar por becar con dinero público es tirar vito la plata del pueblo, pues los exbecarios, al regresar y al no tener un apoyo concreto y sistemático de reinserción, esperarían los cinco  años que por contrato les obliga a permanecer en el  país y luego desplegarían las alas a otros países donde podrían aplicar los conocimientos adquiridos.

Actualmente existe una Asociación de Exbecarios que aglutina a los retornados y, en cierta manera, tiene una función de contención a los exbecarios, pues el choque cultural que tienen estos exbecarios es complejo.

Algunos de estos exbecarios se postulan para algún puesto de investigador ofrecido por el Pronii, pero sin éxito por el riguroso y complejo sistema de aplicación de ese organismo, entiendo que Pronii tiene otros objetivos y no esencialmente absorver a los exbecarios, si alguien me ilustra, si estoy errado en mis apreciaciones.

En mi opinión, el programa Becal debería realizar una pausa para iniciar una evalución exhaustiva del sistema hasta hoy implementado,  luego hacer los ajustes necesarios, como el de la creación de una coordinación o dirección de inserción automática.

Es triste y lamentable que estos jóvenes con título de doctor en la mano tengan que trabajar como camareros o en alguna actividad muy diferente para lo que se han formado. Algo no cuadra en esta hipermillonaria inversión cuyo objetivo final es desarrollar el país.

El país necesita levantarse y para ello es imperativo que sus recursos se puedan direccionar y adecuar a las necesidades prioritarias como educación, salud y seguridad, se subentiende que el programa Becal contribuirá a la educación, pero según las experiencias de los exbecarios altamente formados aún está lejos que estos puedan contribuir con el desarrollo del país.

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