Opinión
Día Internacional de la Mujer
Ramona Dolores Fanego de Miño y Julia Macchi de González: mujeres que lucharon por los derechos de la mujer en el Paraguay.
Estimados compatriotas, no quisiera dejar pasar sin recordar la fecha del 8 de marzo, reconocida como el Día Internacional de los Derechos de la Mujer, teniendo en cuenta también que el pasado 24 de febrero fue igualmente conmemorado el Día de la Mujer Paraguaya. En ese sentido, siguiendo nuestra tradición familiar, que si bien es eminente e incuestionablemente colorada, también es reconocidamente patriótica, en todo sentido. Por ello, aprovecho la oportunidad para recordar tanto a mi abuela, como a mi bisabuela, quienes han sido matronas singulares en el quehacer de la vida política, social y familiar en nuestro país.
Mi bisabuela, Ramona Dolores Fanego de Miño, más conocida como doña Lola; y mi abuela, Julia Rosa Isabel Macchi de González, comúnmente llamada ña Rubí, fueron dos grandes referentes matriarcales en la lucha de la mujer en nuestro país para reivindicar los derechos civiles, sociales y políticos de la mujer paraguaya. Doña Lola, madre del vicealmirante Hugo Artemio González y del Prof. Dr. Saúl González; y ña Rubí, madre del expresidente de la República, Dr. Luis Ángel González Macchi, así como del exjuez y candidato a ministro de la Corte Suprema de Justicia, Prof. Dr. José Ignacio González Macchi; y de la Escribana Judith Concepción González Macchi (+), quien ya se nos ha adelantado.
Un dato histórico que resaltar lo encontramos en la Declaración americana de los derechos y deberes del hombre (1948), que en su preámbulo ya instaba a que toda persona debe nacer libre e igual en dignidad y derecho. Pero en el Paraguay, las mujeres desde mucho antes han debido lidiar por muchos años con la ausencia de diferentes derechos inherentes a todo ser humano. Como un gran ejemplo de esta falta de derechos se puede confirmar que el Paraguay fue uno de los últimos países americanos en aprobar el derecho al voto a la mujer.
Es por eso que estas dos grandes mujeres en diferentes tiempos, pero con un mismo objetivo, han luchado para reivindicar los derechos dela mujer paraguaya.
Doña Lola de Miño
Nació en Villeta en 1903, era una maestra dedicada a su país por completo y que, fiel a sus creencias, comenzó a demostrar la valía de la mujer tanto en la vida civil como política. Viuda muy joven de don Luis González, se casa con don José León Miño, también litoraleño, con quien funda La Resistencia S.A., empresa dedicada al comercio en todo el litoral del río Paraguay, desde Asunción hasta Concepción, al norte; e incluso, hasta Buenos Aires al sur. Constituyendo los puertos Villa Franca, Sara, Lola de Miño y Guyrati, como fondeaderos de comercio y transporte de personas y mercancías varias, y que sirviera de refugio para los litoraleños. Siempre fue una mujer comprometida con su pueblo, es así que dirigió una comisión de ayuda a los combatientes de la Guerra del Chaco, donde se encargaban de recolectar alimentos, medicina y todo lo que necesitaban los defensores de la patria. Más tarde, fue designada como la primera mujer en participar en una Convención Nacional Constituyente (1967), por la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado), y posteriormente ser electa como la “primera mujer senadora de la Nación”, junto a otra distinguida dama.
Y justamente en su rol de senadora de la Nación, doña Lola de Miño realizó un discurso el 1 de marzo de 1970, ante las autoridades nacionales, embajadores de naciones amigas y enviados especiales. Dicho discurso fue pronunciado en el altar de la patria, Cerro Corá, a orillas de arroyo Aquidabán-Nigüi, en donde en un momento manifestó: “… Evocamos hoy a 100 años de distancia, en la figura del guerrero, terror del enemigo durante un lustro, y depositario del cariño y respeto de sus compatriotas formados en ejército inmortal, el martirologio de todo un pueblo… pueblo supremo, de ancianos, niños y mujeres. La famosa “Residenta”, que marchaba durante días y noches en cruda intemperie, cruzando estériles desiertos, pueblos desolados e inhóspitos lugares, iba dejando sus restos mortales en bosques, selvas y esteros… Hoy en el centenario de la Epopeya Nacional, y en nombre de las mujeres de la Residenta, me he sumado a la gloriosa cruzada patriótica con toda mi pujanza mística de paraguaya y colorada”.
Entre sus logros se encuentra el que la mujer paraguaya pasara a constituirse en electora válida, luchó por la modificación de leyes, reglamentos y estatutos de aquellas asociaciones en las que participaba, a fin de que las mujeres fueran escuchadas. Peleó por la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer y por el desarrollo de las acciones sociales para los sectores más carenciados. Es por todos estos aportes que a lo largo del territorio nacional pueden encontrarse plazas y escuelas con su nombre.
Julia Macchi de González
Nació en la ciudad de Tobatí, esposa del exministro de Justicia y Trabajo, Prof. Dr. Saúl González Fanego. Como esposa de un político, e inspirada por los logros de su suegra –doña Lola de Miño- comenzó a interesarse en ayudar a los más carenciados y a las mujeres del Paraguay.
Inicia su vocación de ayuda cuando su esposo era director de Institutos Penales en la década del 60 (antes de ser nombrado como ministro), por lo que la querida ña Rubí lo acompañaba en sus deberes para con los presos, y es así que conjuntamente con otras mujeres organizaba “ollas de comida” que se realizaban dentro de la Penitenciaria Nacional de Tacumbú; donde ella, acompañada de otras señoras y conjuntamente con los internos, y sin temor alguno, se encargaba de la tarea.
También participó activamente en la Liga Paraguaya de los Derechos de la Mujer, institución fundada en 1951 que incluyó entre sus fines la lucha por la igualdad de derechos y diversos aspectos de la promoción de la mujer. Por eso uno de los grandes logros de esta Liga es la promulgación en 1961 de la Ley n.° 704 “De los derechos políticos de la mujer”, donde el art. 1º consagra: “Reconócese a la mujer los mismos derechos y obligaciones políticos que al hombre”. Y es por esta lucha incansable que hoy día uno de los institutos dependientes del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social lleva su nombre: el “CEBINFA 7973 Julia Macchi de González”, espacio dedicado al desarrollo infantil, brindándoles una atención integral a los niños de hasta 5 años.
En 1975, junto a otras compañeras de la Liga, presidió y disertó en el Primer Congreso Nacional de la Mujer del Área Rural, auspiciado por la Liga Paraguaya de los derechos de la mujer.
Por todo esto, podemos decir que estas mujeres y madres son un gran ejemplo para todos nosotros sus descendientes y para las generaciones futuras de mujeres empoderadas, políticas o emprendedoras, para que nunca cesen de perseguir sus sueños y luchar por sus derechos; siempre respetando todos los pensamientos y opiniones, pero fortaleciendo nuestra postura íntegra provida yprofamilia.
Insto a mis hermanas, familiares y parientes, madres, compañeras y allegadas a compartir este recordatorio en honor a ellas. ¡Salud!
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