¡Traidores de la patria!

Hace unos días, un diario dedicado a noticias de negocios y finanzas, publicó la lista de los 15 colegios más prestigiosos de Asunción, pues todos los colegios citados por ese medio son de la capital. Algunos de esos colegios citados llevan años en el rubro de la enseñanza privada y se reconoce que se han ganado el derecho de piso para estar en la lista de los 15; otros, por otra parte, son colegios relativamente nuevos que, me imagino, han trabajado mucho y habrán invertido bastantes recursos en infraestructura y personal docente para dotar a los alumnos de un ambiente agradable y seguro para un aprendizaje cómodo y de calidad.

Enesa lista solamente un colegio público se ubica entre los 15 “prestigiosos”. Para esa institución van mis felicitaciones, pero lastimosamente esa lista prácticamente se ha confeccionado con base en colegios privados y de la capital. Los colegios públicos deberían estar en otra lista y con otro tipo de ranking. Según mi mirada, creo que la publicación de colegios prestigiosos de la capital visibiliza el gran atraso en el que está viviendo actualmente el sistema educativo estatal del país.

Lo que se infiere de esta publicación es que los colegios que invierten en infraestructura y que proveen las comodidades para un aprendijaze integral son los que se llevan la calificación de “prestigiosos”. También se han publicado los precios de las cuotas que los padres deben pagar para que sus hijos puedan sentarse tranquilamnte y sin molestias en uno de esos colegios, que refleja a un segmento de la sociedad que acumula riqueza con la cual puede darle a sus hijos el lujo de una buena formación académica. De hecho, “el que puede, puede” y “el rico hace de su plata lo que quiere”, rezan los dichos que se viralizan en las redes sociales.

La otra cara de la moneda, en el sector estatal llueven las denuncias  de toda índole sobre el mal estado de las instituciones educativas del país. El propio ministro de Educación se ha sincerado y ha hecho como un mea culpa de la desastrosa situación del sistema educativo del país, pero se ha cuidado de no acusar ni atacar a sus amigos políticos que ningunearon prácticamente a la educación de la nación en estos 34 años de apertura democrática. Ha pedido más impuestos, solo un “1 %” estaba pidiendo para que con ese monto se pudiera realizar las reformas urgentes de las distintas instituciones de enseñanza del país. En otro orden de cosas, lamentó también que ya no se cuente con el “apoyo económico” de la Unión Europea y que este hecho haya repercutido negativamente en la falta de mantenimiento de los colegios y escuelas del país.

Pero lo que no dijo es qué se ha hecho de los fondos del Fonacide que están destinados exclusivamente para dotar de infraestrura a las instituciones educativas del país. En años anteriores, entiendo que este fondo era administrado por el MEC, pero por cuestiones de politiquería y precaria gestión del MEC se habría decidido pasar esta responsabilidad a las municipalidaddes.

Si hiciéramos un recuento de solo dos gobiernos consecutivos, uno que está finalizando en estos meses, la gestión, tanto del MEC como las municipalidades, ha sido paupérrima; no lo digo yo, sino los datos que saltan por los medios de prensa. Estos datos son evidencias que a estos dos gobiernos no les han importado absolutamente nada la educación y formación de los connacionales. Lo denigrante de toda esta novela macabra es que el MEC siempre ha sido un trampolín para lograr espacios de poder en la política para los ministros que pasaron por este ministerio. A modo de ejemplo lo vemos a un Nicanor sonriente, exministro de Educación y ahora presidente de  una binacional. Tampoco olvidemos al último exministro que renunció para tentar suerte como vicepresidente de la República.

Es denigrante tener que soportar cómo solamente el segmento más favorecido, el de los ricos, puede acceder a una educación casi personalizada en instituciones educativas privadas: hoy, nombrados colegios de “prestigio”, mientras en el mundo paralelo, el estudiantado de instituciones estatales tiene que lidiar contra viento y marea para aprender lo poco que pueda ante la dolorosa precariedad en la que sus instituciones se encuentran.

¿Para qué sirven estos políticos si no van a cumplir el mandato constitucional? Ahora, a tambor batiente dicen que vamos a “estar mejor”. Este eslogan es mera fábula, cuento chino es que vamos a estar mejor, estaremos peor a medida que pase el tiempo, si la sociedad no se despierta y no reclama sus derechos contemplados en la CN.

Se habla de transformación educativa sin tener una sola noción de lo que se tiene que transformar, ¿cómo se va a transformar algo si no está sentada la base esencial que es infraestructura?

Ni Peña ni Alegre saben cómo solucionar el problema de la educación, ambos solo se apoyan en la vieja política de endeudamiento, de pedir limosnas a Taiwán, a la Unión Europea y otras fuentes de mendicidad en las cuales este noble país ha caído.

Estos políticos actuales y los que han estado en la función pública y responsables de la educación deben ser declarados “traidores de la patria”, especialmente a los que tuvieron el manejo del presupuesto público destinado a fortalecer y mejorar las condiciones de las instituciones educativas públicas.

Me gustaría saber si los hijos de estos encumbrados políticos van a una escuela pública, si conocen no tener un servicio sanitario, sino letrina (pozo con un agujero).

En pleno siglo XXI es una bofetada para cada paraguayo, siendo Paraguay dueño de tres hidroeléctricas, que sus hijos tengan que mendigar para obtener un mínimo de formación.

Espero que este medio que ha publicado los 15 prestigiosos colegios también pueda publicar los 15 prestigiosos colegios públicos del país, o en su defecto, los 15 colegios más deplorables del sistema educativo. Estoy seguro de que la lista será muy larga y no se podrá realizar un ranking que apunte hacia lo positivo.

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