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Opinión

A propósito de mundiales, “México 1986: Gracias Brasil, gracias Francia”

UNO

Así tituló el recordado periodista argentino Juvenal su columna al día siguiente. Dicho encuentro es considerado uno de los cinco mejores en la historia de los Mundiales. Tenía 20 años, vivía en la Ciudad Blanca y era sábado -al mediodía- a pleno sol. Con mi amigo Roberto Taylor nos pusimos a ver el partido. Al poco tiempo, nos dimos cuenta de que era imposible estar sentado. La cantidad de ocasiones de gol, tanto para los brasucas y franceses, fueron innumerables. Brasil aún tenía a Sócrates, Junior, Zico y Careca, del equipo del ’82. A ellos les había sumado inteligentemente Tele Santana, nueva sangre.

Branco, Julio César, Edinho, Josimar y Carlos. Este último, era un arquero que brindaba seguridad.

Ellos formaron una nueva defensa. Sólida y con gran técnica. Tanto así, que dos de ellos anotaron goles antológicos en dicho certamen. La media estaba conformada por Elzo y Alemao, quienes reemplazaban a Toninho Cerezo (lesionado) y a Falcao (había bajado ostensiblemente su nivel). Adelante, Tele había dispuesto que Junior fuera su diez, función que cumplía en el Torino.

¿Se imaginan la calidad del negro?

De lateral pasó a volante creativo. Y lo acompañaba -como ocho- un veterano Sócrates. Adelante, tenía a un bisoño Muller (Eder había sido expulsado del team por su inconducta) y el goleador Careca. Zico entraba faltando 25 minutos. Aún, con sus 33 años, era valiosísimo.

DOS

La Francia de Platini era un equipo legendario, contaba con Bossis y Amorós en la defensa; Tigana y Giresse eran los volantes, de una calidad superlativa. Jugaban siempre con la cabeza en alto. Platini -que sufrió, todo el torneo, de migrañas debido a la altura- aun sin estar físicamente bien, marcaba diferencias. En contrapartida, cuatro años atrás, el team contaba con un raspador en el mediocampo, de apellido español.

Luis Fernández.

Adelante, el veterano Rochetau y un joven Stopyra eran los que complicaban a los defensas rivales. Obtener la Euro de 1984 le dio a Francia seguridad y confianza. En tanto que la calidad, así como la forma de conducir el balón y atacar con diversas variantes, la tenían desde el Mundial ’78. Para muestra un botón: observen el segundo gol a Italia en ese certamen.

La forma como Tigana conduce el balón, eludiendo rivales. Con una suficiencia única -sin mirar el balón- y era el 5 del equipo. Llega al área y central- por bajo- a Rochetau, quien le cede a Stopyra. Y este remata en forma certera.

La Francia de Platini, si bien no ganó la Copa del Mundo, era enormemente superior en fútbol arte a la Francia versión Zidane.

TRES

Zico falló un penal, que él mismo generó con un hermoso pase -al vacío-  a Branco. En ese instante, tuve una premonición.

Brasil va a perder.

Los galos nunca se dejaron avasallar. Munido de un Amoros espectacular y Bossis –el mejor 3 de ese momento– quienes, desde atrás, empujaron a los demás. El resto es historia. Una maravilla de más de 120 minutos. Al final, periodistas brasileños se atrevieron a criticar que Tele no hubiera elegido a Careca entre los ejecutantes de la pena máxima. Ridículo por donde se le mire.

Juvenal termina su columna indicando:

Me estruja el corazón saber que Junior, quien cumplirá el día de la final la edad de Cristo, no estará en ese partido.

En el minuto 90 tuvo en sus pies la última ocasión, en el borde del área, y remató desviado. Estaba muerto físicamente y Silas lo reemplazó. Ahí se terminó el Mundial para Brasil.

Y sí, tenías razón, Juvenal.

Junior mereció estar en la final del Azteca.

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