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Opinión

“Carrulim”, el elixir milagroso de agosto

POR Esther Prieto
Jurista, especialista en derechos humanos por la Universidad de Estrasburgo, Francia.

Según la creencia popular, entre leyendas y realidades, el primer día de agosto el cuerpo se restablece con nueva sangre, la que debe ser purificada para asegurar la buena salud y la gracia de la energía positiva, por lo que es necesario el consumo del elixir mágico elaborado con la combinación de caña, ruda y limón: el carrulim. En el imaginario social, el primer día de agosto es llamado comúnmente como “día aciago”, propenso a la desgracia y las adversidades por lo que el consumo de la bebida milagrosa espantaría el riesgo de las enfermedades y cualquier otra adversidad. La realidad es que pocas personas pueden eludir el ritual del consumo del carrulim. La venta de los productos componentes del milagroso licor casero se ha convertido en estos días en el paisaje de las calles y los mercados. Yo soy cumplidora de este ritual desde hace varios años.

Isabel Basualdo y Nélida Soria nos dicen sobre la medicina herbolaria, “que desde la antigüedad, el ser humano ha buscado en la flora de su hábitat los medicamentos para las enfermedades que lo aquejaban, relacionadas casi siempre con su ambiente, y ha identificado numerosas especies medicinales que siguen teniendo plena vigencia en el presente”. Las hierbas, poha ñaná curativas, tienen una larga historia de buena práctica que se mantiene en todo el mundo, desde tiempo inmemorial, y particularmente en nuestro país, como herencia de los guaraní, sobre la buena costumbre de la sabiduría ancestral, no inferior a la ciencia moderna de curación, y que permanece como legado hasta hoy de uso generalizado.

Dos prestigiosas especies que casi pueden considerarse como milagrosas plantas, son el romero y la ruda. Existen historias y leyendas interminables sobre la ruda, con la creencia de que la energía de quien la toca puede revivirla o matarla, así como que si se realiza el cultivo y la ruda no germina ni crece, es porque la energía de quien la cultiva no armoniza con la naturaleza de esta poderosa medicina. El prestigio de la ruda ha llegado a tal punto que el famoso carrulim se haya convertido en un ritual sagrado. Beberlo el primer día de agosto, es casi un imperativo para la buena salud y la buena suerte.

El derecho al acceso a la salud en nuestro país no ha sido siempre muy feliz en lo concerniente a los servicios, podemos vivir experiencias muy desagradables en muchas ocasiones, esa es la razón por la que una gran cantidad de familias necesita de los llamados remedios caseros, esas plantitas que muchas veces se encuentran a mano en nuestro jardín o en alguna plantera, y que conservan y concentran la sabiduría de curación heredada de nuestros ancestros, lo que tomó cuerpo jurídico en la Ley de Salud Indígena, la que fue promulgada en el año 2015. Esta ley es implementada por su autoridad de aplicación: la Dirección de Salud Indígena, la que a su vez depende de un consejo integrado por referentes de todos los pueblos indígenas del Paraguay. Ellos toman la posta para administrar la aplicación correcta de la ley integrada al Sistema Nacional de Salud.

El infaltable burrito, el cedrón, el jaguareté ka’a, cola de caballo, hierba buena, ka’aré, verbena, salvia, la menta’i, la manzanilla y otras centenares de exóticas especies vegetales, son casi de uso diario en las casas de las familias en nuestro país. Se las consume en el comunitario tereré, el mate caliente o en infusión. Con seguridad vamos a encontrar todas estas medicinas en cada paraguayo.

El reconocimiento legal de los conocimientos indígenas tiene relevancia, ya que implica la puesta en valor del gran aporte de las culturas indígenas a la sociedad paraguaya, aportes que alcanzan a los países vecinos ya que el territorio ancestral de los guaraní, abarca Argentina, Bolivia y Brasil. Paraguay se adelantó en el reconocimiento de legitimar el legado de los pueblos al rango de ley, así como cumplió con la ley que reconoce el tereré como patrimonio nacional, elevado después al rango de Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco.

En uno de sus párrafos la ley es categórica al expresar que los derechos, beneficios y sus derivaciones que fueran originados por la aplicación o ejercicio de los conocimientos medicinales son de propiedad exclusiva de los pueblos indígenas en los cuales se hubieran originado dichos conocimientos. En este punto, se plantea el tema de la propiedad intelectual de los bienes intangibles. Al respecto, señalamos que la Organización Mundial de la Salud ha establecido un sistema de pautas para la utilización apropiada de los sistemas tradicionales de la medicina herbolaria; nos indican las referidas especialistas, Basualdo y Soria, por lo que más allá de la creencia popular existe un reconocimiento de estudios científicos sobre los valores de la medicina de la casa, la que crece en nuestro patio espontáneamente como regalo de la naturaleza.

Disfrutemos pues de los aportes de la sabiduría ancestral y del legado de los conocimientos milenarios, purificando nuestro cuerpo-mente y espíritu con este milagroso elixir que lleva consigo el valor agregado del sello de identidad nacional, el carrulim.

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