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Opinión

El rock contra el crimen organizado

POR Martín Ramírez Machuca
Dr. en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica. Universidad de Kiel, Alemania.

Me pregunto qué tipo de música le gusta al “significativamente corrupto”, por las dudas, debería ir acostumbrándose a escuchar mucha música rock, y de la pesada, pues las nubes negras se van acercando y lo están acorralando, de acuerdo a los últimos acontecimientos registrados en nuestro país (declaración del embajador de los EE.UU.), rompiendo la monotonía de evitar baches y sortear ser asaltado por malvivientes citadinos.

Hay que escarbar nuestra historia reciente que vincula directamente al exmandatario del Paraguay, quien estuvo en el poder 5 años, que a gusto y paladar habría realizado supuestos gruesos hechos de corrupción, según se desprende de la declaración del embajador. No conformándose con esos años muy complicados para el país, intentó doblegar los designios de la Carta Magna con un intento de realizar una enmienda en ella para perpetuarse en el poder.

El resultado de ese intento fue fatal e inesperado para este oscuro personaje, pues la ciudadanía salió a las calles y le ha dicho un rotundo NO a sus intenciones maquiavélicas; no obstante, durante el gobierno de Mario Abdo Benítez, logró posicionarse y siguió actuando  en la sombra, agazapado como todo individuo que opera en la oscuridad.

En estos últimos días, fue noticia que hubo una nueva solicitud a la Corte para que el aludido jurara como senador. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si la intención era dejarlo jurar como senador activo o vitalicio, que ipso facto le corresponde, por orden constitucional, jurar como senador vitalicio.

Esta jugada maquiavélica puso al desnudo a la CSJ, que sin pestañear ha accedido a dicha petición. Sin embargo, luego de una “racional” reflexión, se ha procedido a retirar nuevamente el pedido, arguyendo que ya no sería necesario.

Este hecho, personalmente, me ha llamado mucho la atención y preocupa cómo la justicia puede inclinarse tan rápidamente hacia sujetos de poca monta, mientras hay otros casos que involucran a individuos que quieren salvar vidas de nuestros ciudadanos, como por ejemplo, el emblemático caso del productor de aceite de cannabis casero.

Con este rápido flash back local paraguayo, saltamos en los hilos de la historia moderna, a Panamá, y nos ubicamos en el año 1989, cuando las tropas de élite estadounidense lograron capturar al malogrado Gral. Manuel Noriega, hombre fuerte de Panamá y vinculado con el narcotráfico, quien se había refugiado en la embajada del Vaticano, paradojas de la vida, un criminal  refugiándose en la casa de Dios.

Lo interesante de esta operación denominada “Causa Justa”, durante el gobierno de George Bush, fue la estrategia utilizada por las fuerzas estadounidenses, que consistió en la utilización de una lista de música rock y que fuera ejecutada por el Southern Command Network, la emisora militar de los EE.UU. con el fin de persuadir a que Noriega se entregase.

Para los que vivimos esa época, era como la película Apocalypse Now o un reality en vivo de gran magnitud.  De acuerdo a las noticias de esa época, la lista de canciones que se había tocado en esa ocasión figura en el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, también se puede escuchar  en estos días parte de la lista de canciones en internet.

Según pude corroborar, las canciones están bajo la rúbrica de Noriega Song List.

La lista de canciones, según las crónicas de la época, no solo fue elegida por la  fuerza acústica que produce el rock, sino también por el contenido de las canciones. Algunas de estas épicas canciones son:

  1. I fought the law (“Yo peleé contra la ley”) de The Clash.
  2. All I want is you (“Todo lo que quiero es a ti”), de U2.
  3. If I had a rocket launcher (“Si tuviera un lanzacohetes”), de Bruce Cockburn y
  4. Panamá, de la banda de hard rock Van Halen.

El significativamente corrupto tendría ya que seleccionar algunas canciones, por si las moscas, pero quizás con un tono más familiar paraguayo. Le recomendaría algunas:

  1. “San, San Bernardino”, de Emilio García.
  2. “Lorito óga”, de Kemil Yambay y Los Alfonsinos.
  3. “Anívena repita mitã pe ñana”, de Amado del Paraguay.
  4. “Soy de la Chacarita”, de Maneco Galeano.
  5. “Patria Querida”, del Padre Marcelino Noutz.

El amigo lector me podría ayudar a ampliar o mejorar esta lista.

Ciertamente, Paraguay NO es Panamá ni tiene un canal que defender, pero sí tiene aún moral, ética y valentía; valores que se deben defender cada segundo.

Por todos los paraguayos, por vos, amigo lector, empecemos a cantar canciones que retumben en los oídos del “significativamente corrupto” y que se plasme en la memoria de muchos jóvenes que quieren una vida mejor.

¡Paraguay no puede agachar la cabeza ante el crimen organizado!

 

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