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Opinión

Los ODS: “Para que nadie quede atrás”

POR Esther Prieto*
Jurista, especialista en derechos humanos por la Universidad de Estrasburgo, Francia.

Creo que vale la pena recordar que Paraguay es Estado parte de la Alianza Global, promovida por las Naciones Unidas, de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, con su mensaje dirigido al mundo: “Para que nadie quede atrás”. Se trata de una agenda universal transformadora para el desarrollo sostenible, basado en derechos, donde las personas y el planeta ocupan un lugar central.  Juntas, personas y planeta, porque el cuidado del planeta depende de nosotros, de las personas, y al mismo tiempo, el planeta nos da vida, nos provee de alimentos y de los medios y seguridades necesarias para la subsistencia para todos y todas. Por eso, el lema de los ODS es “para que nadie quede atrás”.

Si hacemos un recorrido por todos los sectores del país encontraremos que muchos quedan atrás, sin marcarlo en cifras. A simple vista, podemos afirmar que miles de familias no tienen acceso a agua potable, no tienen acceso a una vivienda segura, viven en construcciones precarias que caen ante el soplo del viento, no tienen acceso a servicios médicos universales, no tienen acceso al trabajo decente, no tienen acceso a recreación y no tienen acceso a la seguridad alimentaria. Según fuente de información de la FAO/ONU del año 2021, la prevalencia de subalimentación en Paraguay aumentó en 1.3 % puntos porcentuales, pasando de 7.9 % a 9.2 %.[1] en los dos últimos años. Se trata de personas que tienen hambre, personas “que quedan atrás”.

Cuando miramos los hechos que sucedieron esta semana, por ejemplo, vemos a los campesinos que tuvieron que buscar auxilio en la estación de ferrocarril, amenazados por la tormenta, con sus sábanas y sus livianos colchones mojados por la lluvia y tendidos en el suelo con niños y ancianos. Me pregunto dónde queda el lema de la alianza comprometida con sus 17 componentes temáticos complementarios, “para que nadie quede atrás”. Mas aún, los guardianes del edificio de la estación de ferrocarril, patrimonio cultural que muy pocas veces ha sido objeto de especial atención, entraron en duda si resguardar el patrimonio cultural de la nación, o proteger a la gente que suplicaba un refugio para defender su propia vida.

Familias campesinas que no tienen medios para pagar un hospedaje tuvieron que pasar la noche en la más completa orfandad de los servicios públicos e incluso con el temor de ser desalojados del lugar. Al día siguiente, agentes de la Policía Nacional sorprendieron con su gesto humanitario llevando el desayuno. Y, principalmente, ofreciendo los servicios para la atención de la salud. Lo bueno es bueno, pero sería mejor que ninguna familia, que ninguna persona, paraguaya o no, tuviera nunca que pasar por tal situación.

No hubieran estado expuestas las familias campesinas a este desamparo, si tuvieran un seguro agrícola contra los efectos de la sequía, si el Estado asumiera la ”programación de los asentamientos campesinos, la adjudicación de parcelas de  tierras en propiedad a los beneficiarios de la reforma agraria, previendo la infraestructura necesaria para su asentamiento y arraigo, con énfasis en la vialidad, la educación y la salud”, como lo establece la Constitución Nacional con vigencia de más de treinta años, tiempo suficiente para la formulación de dicha programación y su ejecución.

Por mandato constitucional, y porque el Estado paraguayo está comprometido con el propósito que ha movido a la comunidad internacional, a trazar y adoptar los Objetivos del Desarrollo Sustentable, ODS, “para que nadie quede atrás”, las autoridades no deben esperar a que los sectores se movilicen en manifestaciones de demandas, sino dar cumplimiento a sus compromisos anticipándose  a los reclamos, en un ambiente de seguridad y participación en el desarrollo, promoviendo y garantizando la buena convivencia en una sociedad igualitaria, donde todos y todas tengan la oportunidad para el acceso a un nivel de vida adecuado, como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

[1] 30/11/2021 Informe de FAO/ONU, El hambre en América Latina.

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