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Opinión

La guerra de Putin

La invasión de Ucrania por parte de Putin ha levantado diversas posturas. Extrañamente están quienes justifican esta agresión bajo argumentos de prepotencia y perspectivas genuflexas. Otros argumentan una conspiración global donde, increíblemente, Putin aparece como el mesías que viene a salvarnos de la maldad de la élite.

Probemos analizar este tema bajo el periscopio de la lógica, utilizando primariamente las declaraciones directas de sus protagonistas, de modo a evitarnos las tergiversaciones de la prensa.

¿Cuál es la narrativa oficial de Putin?

En un extenso discurso, Putin mismo explicó su justificación del por qué invadía Ucrania. Sus argumentos:

  • Según Putin, en realidad, Ucrania pertenece a Rusia.
  • Ucrania ha sido secuestrada por Occidente.
  • Un grupo de neonazis gobierna tiránicamente Ucrania.

De ahí se infiere que Rusia debe inevitablemente tomar acciones inmediatas para: a) liberar Ucrania, y b) proteger a Rusia de la amenaza de Occidente.

Falsedad de sus argumentos
  • Simple y sencillamente Ucrania no pertenece a Rusia. Extraordinariamente, la política oficial de Putin declara y se ratifica en que Rusia tiene derechos sobre los antiguos territorios del Imperio ruso, algo que debería ser totalmente absurdo dentro de la perspectiva del siglo XXI. Incluso en la última intervención ante la ONU del ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, sin reparos, volvió a manifestar nuevamente que Rusia tiene derechos sobre los antiguos territorios rusos.

Ucrania no pertenece a Rusia, como tampoco Paraguay pertenece a España. Ucrania tiene una historia, cultura e identidad propia. El colonialismo no puede servir de excusas para el expansionismo.

  • Ucrania, como el mundo entero, incluyendo a Rusia, se ha adaptado en mayor medida al modelo de Occidente. Ucrania es un país libre y soberano que tiene todo el derecho del mundo a elegir hacia dónde inclinarse. La vasta mayoría de los ucranianos está a favor de Occidente.

Occidente no representa una amenaza para Rusia. Para considerar el legítimo derecho a la defensa, deben existir pruebas legítimas o por lo menos indicios. La OTAN nunca invadió a Rusia; de hecho, su misma base es la defensa, no la ofensiva. En cambio, Rusia sí invadió a sus vecinos.

  • Si bien en Ucrania existe un grupo abiertamente neonazi, este grupo está lejos de controlar nada en el gobierno. En las últimas elecciones no han conseguido ningún espacio político. El presidente ucraniano es Vladimiro Zelénsky, un judío cuyos ancestros han luchado contra los nazis. Si hay algo, justamente puede acusarse a Zelénsky de ser extremadamente progresista (lo cual levanta la antipatía de ultraconservadores).
Expansionismo de Putin

Putin es un tirano que viene gobernando Rusia por más de 20 años. La nostalgia por la gloria soviética ha desarrollado en muchos rusos un deseo de volver a ciertas formas del Estado soviético, pero con el confort que ofrece el capitalismo.

Putin abiertamente sostiene que Rusia tiene derechos sobre los antiguos territorios rusos. Otros tiranos y aliados de Putin vienen con esa misma retórica y práctica. Para el tirano en Corea del Norte, Corea del Sur es parte de su territorio; igualmente, el tirano chino sostiene que Taiwán pertenece a China roja.

Putin viene atropellando Estados soberanos hace tiempo: Georgia, Chechenia, Crimea y ahora Ucrania. En definitiva, la guerra de Putin es una guerra de expansionismo y no de liberación, como él pretende convencer con su retórica falaz.

Putin viene planeando esta invasión a Ucrania ya desde hace tiempo. En 2017 apareció como ejercicio militar Zapad, y lo que empezó con un ejercicio militar de rutina se convirtió en una movilización de más de cien mil soldados en Rusia y con la colaboración de Bielorrusia.

Para el 2018, Putin anunciaba al mundo el desarrollo de sus nuevos misiles, con una tecnología que sostenía ser la más avanzada. El incremento armamentístico en Rusia subió considerablemente.

Antes de la invasión de Ucrania, Putin había movilizado a las tropas rusas hacia la frontera de Ucrania. Putin había dicho que no iba a invadir Ucrania y que solo se trataba de ejercicios militares. Lo cierto es que Putin mintió e invadió Ucrania.

En suma

La retórica de Putin no tiene fundamento. Definitivamente el pueblo ucraniano no ve a Putin como un “libertador”. En Ucrania se evidencia cada vez más el masivo rechazo a las fuerzas rusas.

Siguiendo el cuento de la retórica de Putin, los rusos han preparado campamentos para refugiados ucranianos. Hoy, los campos de refugiados rusos están casi vacíos. Más de un millón de ucranianos ha emigrado buscando refugios en países de Occidente, y solo entre 5 y 7 % se ha ido hacia Rusia.

Putin también había instado a los militares ucranianos a sublevarse contra el gobierno civil. Hasta hoy, no solo los militares, sino que también la población civil, se mantiene firme apoyando la independencia de Ucrania. Lejos de ser un libertador, Putin no es más que un criminal de guerra.

Esta guerra no tiene un final feliz para Putin. A las fuerzas rusas les está costando demasiado esfuerzo y demasiado cara esta invasión. Las sanciones económicas que impuso Occidente a Rusia están comenzando a pesar excesivamente a los oligarcas rusos, que mantienen al tirano en el poder.

Incluso si Putin llegara a tomar las principales ciudades de Ucrania, el país es bastante grande y la ocupación militar será excesivamente costosa, especialmente considerando la resistencia que hay contra el invasor.

Las opciones de Putin parecen ir mermando y eso crea un mayor peligro, especialmente tratándose de un narcisista que no aceptará el error. Lo que Putin buscará desesperadamente en los próximos días será llegar a un acuerdo que le garantice algún sentido de triunfo para sostener su imagen.

La otra opción es hacer que la guerra vaya escalando de modo a conseguir que sus aliados vengan a su auxilio. Ya ha comenzado a amenazar con armas nucleares y también a violar el espacio aéreo en Suecia con cuatro cazas de guerra. Por su parte, Occidente tratará de no caer en esta trampa tratando de no involucrarse directamente; simplemente seguirá dando apoyo logístico a Ucrania. Sin embargo, Putin ya ha declarado que considera las sanciones económicas como una declaración de guerra por parte de Occidente.

A diferencia de otras guerras, la invasión de Ucrania reabre un nuevo paradigma que hará que el mundo cambie, justamente por ser una guerra de expansionismo.

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