Adiós al asado: ¡ahora todo está más caro!

Paraguay cerró 2021 con una inflación de 6,8 %, la más alta después de 11 años. El aumento de combustible es lo que más incide en la presión inflacionaria y por eso el Gobierno había bajado estos precios para controlar artificialmente la inflación, para que en el cierre del año 2021 no fuera aún mayor.

Pero desde el 1 de enero de 2022 volvió la normalidad y los precios de combustibles recuperaron su nivel anterior de incremento de G. 250, precio que se debería haber pagado desde el 10 de diciembre de 2021.

El combustible fue el producto que más se disparó, luego le sigue la carne vacuna y después las harinas.

Según varios informes, la inflación azota a toda Latinoamérica como ninguna otra región y puede abrir una nueva crisis regional. En Brasil, la primera economía de Sudamérica, y vecino del Paraguay, la inflación llegó a 10,7 %, un nivel muy alto teniendo en cuenta el 3,7 % fijado como meta para 2021 por el Banco Central del Brasil.

Recordemos que en Paraguay en el año 2010 la inflación llegó a 7,2 %.

El regalito del gobierno de Mario Abdo no solo se limitó a la suba de combustible, también desde el 1 de enero el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones ajustó las nuevas tarifas de peaje sobre la ruta PY02 en Minga Guazú y Pastoreo, situación que no extrañaría se extienda a nivel nacional.

Este nuevo escenario de la inflación de 6,8 % obliga al Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam) a volver a recomendar inmediatamente al Ejecutivo un nuevo ajuste salarial en base al incremento del Índice de Precios al Consumidor.

La suba de los productos y el bajo salario mínimo en Paraguay reducen aún más el poder de consumo de la gente, situación que se debe corregir inmediatamente con el aumento del salario mínimo, caso contrario la crisis irá creciendo, ya que ni siquiera se podrán cubrir las necesidades básicas. Por el momento podemos ir despidiéndonos del asadito, el auto y los conciertos.