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Opinión

No siempre puedes conseguir lo que quieres-RS

UNO

El canto del gallo resuena en la casa envejecida. En una mañana cálida de agosto, Lake Providence (Lousiana), Matilde Wilson, mujer negra y madre soltera, abrió los ojos un instante antes. Despierta amorosamente a las criaturas (de 8 y 10 años); ya su madre anciana, levantada hace rato, prepara el frugal desayuno. Más tarde, se visten con sus mejores ropas, dentro de lo posible, para ir al servicio dominical. Recorren el trecho a la Iglesia en un destartalado auto, modelo noventero, de marca japonesa. Viven el día a día, con un sueldo magro. A pesar de frisar los 30, la vida la ha golpeado. Tempranas arrugas surcan su rostro. Pero la fe la mantiene. Se debe a sus pequeños hijos y a su madre enferma.

Al llegar, observa que los fieles se arremolinan en la vieja iglesia del pueblo. Todos desposeídos y deseosos de renovar su fe o asirse a algo que indique la razón de su existir. O la desesperanza. Como si de una novela de Faulkner se tratase.

DOS

Es la hora de inicio.

Y el coro góspel, entre robustas, viejas y jóvenes negras, comienza a entonar:

“La vi hoy en la recepción

Con un vaso de vino en su mano

Supe que encontraría su conexión

A sus pies estaba su hombre andariego”

“Pero no siempre puedes conseguir lo que quieres

No siempre puedes conseguir lo que quieres

No siempre puedes conseguir lo que quieres

Pero si lo intentas algunas veces

Podrías encontrarlo

Consiguiendo lo que deseas”

Aparece, repentinamente, un ministro, extrañamente caucásico, con labios prominentes, extremadamente delgado, pero que encandila a la grey con la negritud de su voz. Repite la estrofa anterior, mientras la guitarra acústica, de otro joven blanco pelilargo y rostro rufianesco, lo acompaña. Y añade.

Fui a la manifestación

Para obtener mi justa parte de abuso

Cantando, vamos a liberar nuestras frustraciones

Si no lo hacemos, estallaremos como un fusible de cincuenta amperios”

Pensé, ¿Qué estrofa tan atemporal, ¿no?

Tiene más de 50 años, y aun así no pierde vigencia. Nuestros políticos y sus actos deleznables dan pie a la secuela lógica: Hartazgo y frustración.

Y Mick continúa con la alegoría, reafirmando su nuevo estatus de compositor eximio, claro ya no es 1964.

“La vi hoy en la recepción

En su vaso había un hombre sangrando

Era una experta en engaños

Me di cuenta por sus manos ensangrentadas”

La canción termina como empezó, con el coro góspel cantando, y el non plus ultra: una batería con ritmo groove fantástica. Dícese que los mejores bateristas son del jazz. Y es cierto.

TRES

Se lo comenté a mi esposa, esta canción pareciera que se escenifica en una iglesia de Lake Providence Luisiana. ¿Por qué Lake Providence? porque es uno de los pueblos más golpeados por la crisis y la desigualdad. El 84% es negra y el 50% es pobre.

Así termina el álbum del 69. Mezcla de blues, country, rock y la joya “You Can’t Always Get What You Want”.Gran parte de la responsabilidad la tiene el productor Jimmy Miller. Acierta, acercando a pautas más rockeras al grupo. Si bien, destacan la nihilista y antibélica Gimme Shelter (base de blues y boogie), con los coros de la cantante soul Merry Clayton; un cover perfecto del lacrimógeno blues Love in Vain; la vertiente sureña de los Stone en Country Honk; el inconfundible blues de Midnight Rambler y su letra dark. Por último, el rock fronterizo, con el hard rock de Monkey Man (Goodfellas).

En general, el álbum es redondo, perdón es PERFECTO.

Y confirman el estilo sucio-negroide de los RS.

Y si, con Let it Bleed, los Stones demuestran ya no estar detrás de Los Beatles, sino a la par.

Ya los podían mirar a los ojos y sentirse iguales.

Es el glorioso año 1969. Pasaron 52 años y el Álbum no ha envejecido un ápice.

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