Reinserción automática para los exbecarios de las becas Don Carlos Antonio López (BECAL)

Me he enterado por los medios de comunicación y por las redes sociales, que el parlamento recortaría el presupuesto del Programa Nacional de Becas “Don Carlos Antonio López” (BECAL). Este programa “tiene como objetivo general el poder contribuir a aumentar los niveles de generación y aplicación de conocimiento en las áreas de Ciencia y Tecnología y los niveles de aprendizaje en la educación a través del mejoramiento de la oferta de Capital Humano Avanzado en dichas áreas”, cita que se puede leer en la página oficial del Programa.

Estas becas, como es de conocimiento público, van dirigidas a personas que tienen interés de introducirse en el mundo de la investigación, docencia y/o en la colaboración de transferencia de tecnología para empujar el desarrollo del país.

El presupuesto destinado a este programa es millonario, pues las universidades a las cuales van los becados son de niveles muy altos. Universidades bien ranqueadas cuya selección para acceder a estas becas no es tan simple, pero tampoco complicada, para aquellos que reúnen los requisitos exigidos por el programa. Desde sus inicios, este programa ha sido un bálsamo para los estudiantes con interés de formarse en el exterior en algún ámbito del conocimiento que catapultase al desarrollo del país. En cierta manera, el espíritu de Don Carlos Antonio López está impregnado en este programa, pues como en esa época de nuestra historia, varios estudiantes fueron enviados al exterior para formarse y luego reintegrarse al país y colaborar en el desarrollo del país.

En nuestros tiempos modernos, y con los vaivenes de la coyuntura política, este programa se ve amenazado a desaparecer, con muy mal tino de los parlamentarios, recortarían unos USD 17 millones del Fondo de Excelencia para la Educación y la Investigación (FEEI) para destinarlos a un fondo de contingencia para pago de salarios de nuevos cargos y seguro de salud para algunos entes estatales.

Si analizamos el origen de este programa, es loable por donde se lo mire y, además, implica un gran esfuerzo de un país pobre y atrasado en términos educativos, un país que se esfuerza para que sus hijos puedan reapuntalar el alicaído sistema educativo del país.
Paraguay aún está muy lejos de verse como un país productor de mentes brillantes, con publicaciones científicas que puedan competir con sus pares regionales, y ni qué decir a nivel internacional. El objetivo de BECAL radica esencialmente en la formación de profesionales para la investigación científica para luego aplicar los conocimientos adquiridos en los ejes de desarrollo del país. El recorte presupuestario al programa sería una muerte anunciada y Paraguay seguirá en la lucha para llegar al podio de países desarrollados.

Lo que sí hay que rescatar, porque inexorablemente, el programa se diluiría, es al grupo de becarios ya retornados, también a aquellos que estarían retornando durante este año y en los próximos. El gobierno debería urgentemente articular un Centro de Reinserción Laboral automático, es decir, proveer al exbecario un puesto laboral directamente, sin tener que pasar un vía crucis para obtener un trabajo. Si bien en el programa existe una suerte de “reinserción”, pero esa reinserción, así como está planteada, la búsqueda de un puesto laboral correría por cuenta del propio exbecario, no así por los responsables directos del programa.

El estado paraguayo se ha despojado de una cantidad multimillonaria para enviar a sus hijos a las mejores universidades del mundo; hay constancia de que los estudiantes paraguayos han sido y son excelentes estudiantes en las universidades por las que han sido seleccionados.
Si el gobierno no puede proveerles un puesto laboral en forma directa, estos profesionales formados, se quedarían el tiempo requerido en el país y luego, ese talento humano formado con el sudor del país, emigrarían a otros países donde con mucho gusto los recibirían. Para la nación, eso representaría una pérdida incalculable.

Como profesional comprometido con la educación, apelo al espíritu patriótico de los encargados del control del país, a que puedan articular los mecanismos posibles para que los exbecarios puedan insertarse en la actividad laboral en forma automática y, de ese modo, hacer justicia con la inversión realizada. El país saldrá ganancioso y se verá paulatinamente la luz del desarrollo en varios campos del conocimiento.

Doctor en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica.
Universidad de Kiel, Alemania.