Opinión
La cultura de la cancelación
En los grupos se los denomina como la generación de cristal a la que todo ofende, pero lo concreto es que, si observamos por ejemplo el humor televisivo de la década de los 80 y 90, efectivamente existen imágenes, frases y posturas que hoy causan vergüencita, que a más de uno incomoda y que las nuevas generaciones podrían recriminar fácilmente “Esto es acoso, misoginia y racismo ¿Esto te causaba gracia?” (Como referencia tomen las películas de Olmedo y Porcel).
Comedians in Cars Getting Coffee se llama la serie de entrevistas que el comediante Jerry Seinfeld hace a otros comediantes y se puede ver en Netflix. A cada uno de ellos desde David Letterman, Eddie Murphy hasta Ricky Gervais se le hace la pregunta ¿Cuál es el limite del humor?, la respuesta generalmente es que no existe limite.
El termino “Cultura de la Cancelación” empezó a usarse en el 2015 haciendo referencia al retiro de apoyo a empresas o personas públicas por decir o hacer algo que se considera ofensivo y está vinculado con lo que se genera desde redes sociales o espacios como grupos de whatsapp. Los ejemplos más notorios están vinculados con abuso sexual y abuso de poder con los que coincido en que se aplique la cancelación. Pero luego llega otro tipo de cancelación que se da generalmente por expresiones, frases, reflexiones y hasta por el meme que uno compartió en el grupo.
En algunos casos los cuestionamientos sobre mínimas expresiones que puedan tener un sesgo que incomode a un colectivo o que sea políticamente incorrecto se transforma en una persecución al estilo Juicios de Núremberg (Cuando claramente no tienen la misma importancia de este ejemplo mundial por dejar en claro que la humanidad no puede tolerar los crimines y abusos que se dieron durante la segunda guerra mundial).
Ponerse en el lugar del otro: Cuando uno pertenece a un grupo que tiene algunas ventajas como por ejemplo ser hombre, blanco, heterosexual de clase media, es imposible entender las experiencias negativas de una persona trans que se crio en una compañía o distrito tradicional y conservador. Y la verbalización que minimiza realidades impide que la sociedad tome cartas en el asunto, como cuando se normaliza el abuso a menores por medio de chistes. Pero es acá donde también se trata de los espacios en los que se manifiesta uno, el inconveniente actual es que todo se publica y todo se puede ver sin contexto. Y eso también es una responsabilidad de quien se expresa, sobre todo cuando a esta altura la hiperconectividad debería demostrar que tu realidad no es la misma que la del otro que puede estar sufriendo un abuso o una injusticia.
A nivel internacional no llegó a sufrir cancelación, pero si una avalancha de criticas el humorista Ricky Gervais cuando en el 2020 hizo un monologo en los Globos de Oro que incluía chistes sobre pederastia, sexo y suicidios, calificando la reacción como “masas enfurecidas que sacan las cosas de contexto”. Y a nivel local Raúl Vega fue criticado cuando en la semana del orgullo gay hizo un monologo en el que simulaba que confesaría su “salida del closet” para finalmente confesar que el era un “Influencer”, el colectivo se indigno y tuvo que salir a pedir disculpas. Cualquiera que conozca el trabajo de estos dos ejemplos, salvando las distancias deberían saber que no solo no discriminan o agreden, y que en muchos de sus monólogos realmente lo que hacen es denunciar la realidad con humor, sobre todo Gervais que se anima a transitar por rincones que muy pocos humoristas logran hacerlo sin ofender a más de la mitad de la audiencia.
El Lic. Gabriel Rolón advertía en una entrevista como tomar las discusiones por ejemplo en tw desde su mirada de psicoanalista “Las redes sociales, especialmente twitter, todo el tiempo están estimulando el principio de placer, la descarga inmediata de lo que siento o de lo que pienso sin mediar el tiempo necesario para que aparezca el pensamiento” y en 140 caracteres uno agrede, insulta, humilla, prejuzga o al revés, se enaltece. Esta descarga ansiógena no hace bien y se repite en otros espacios, el ser humano es agresivo por naturaleza, esa teoría de que el hombre nace bueno, no existe. Lo que existe es un dominio del impulso.
Conclusión:
No se puede dominar el impulso de las masas, y cuando se trata de personas públicas ya no solo se debe medir lo que uno hace sino también lo que dice o expresa. Independiente a quien ponga el dedo acusador, uno necesita estudiar sus audiencias para poder moverse con flexibilidad, entendiendo también que en determinado escenario uno debe tomar una postura clara ante ciertos desafíos y realidades, por más que estas ofendan a la mitad de la gradería. Pero el error de vivir en un micro clima donde mi verdad es la única que prevalece termina siendo la muerte pública de personas que podían aun dar mucho más.
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