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Opinión

La agónica y resiliente paciencia del pueblo paraguayo

En estos últimos días, una seguidilla de problemas tuvo que enfrentar el number 1 del Gobierno, quien poco o nada hace para restablecer el orden ante los pedidos de los camioneros que ponen en jaque a todo el país. La solución fue la consabida reculada del que dirige el país: se puso a los pies de estos desestabilizadores sociales, pues otra cosa no lo veo. En economía hasta el hartazgo se habla de la oferta y la demanda, que supuestamente debe regular los precios de cualquier producto o servicio ofrecido en el mercado.

Ante esta situación, cualquiera que ofreciera un servicio, demandaría también al gobierno para que mejore sus “finanzas” o que su servicio sea más rentable. A este supuesto pedido de los camioneros, se les plegaría también los docentes y grupos de campesinos para fortalecer las automatizadas demandas sociales.

Esta actitud del Presidente de la República demuestra solo debilidad, desorientación y poco tino para solucionar los candentes problemas que aquejan diariamente al país. El Ministro del Interior tampoco pudo articular un plan para despejar las rutas para reestablecer el orden. ¿En qué andan los que gobiernan el país? En cada situación solo dan palizas y bofetadas a ese pueblo pasivo, dormido y cansado.

Muchos defienden a este gobierno lánguido, sin carácter y sin autoridad, es más, ni ya representan al pueblo que lo ha puesto en el poder. El pueblo sufre ante la inseguridad, corrupción y otros virus que están empotrados en el país. ¿Es necesario tanto masoquismo social para mantener a un presidente inepto e incapaz? Este señor debería renunciar hoy mismo para que este país pueda seguir adelante, o por lo menos, para que se reestablezca el orden interno, despedir a todos los corruptos de la función pública, despojarlos de todos los privilegios que por décadas han mantenido; como los salarios de primer mundo a costillas de los humildes trabajadores honestos.

Estas revoltosas demandas sociales son productos de la incapacidad del presidente para dirigir un país, hace rato; diría y me atrevería decir que desde el vamos del mandato de este gobierno nunca ha tenido el control del país. Las imprecisiones y supuestos mal manejos del fondo financiero destinado para reducir el contagio masivo del virus covid-19 ha visibilizado la inoperancia del ejecutivo y sus “colaboradores” más cercanos. Uno de ellos, el otrora héroe de la pandemia, hoy, es un fantasma, no se sabe nada de este personaje que puso en peligro y en jaque a toda la Nación.

Un país mendicante, sin honra y sin carácter ante la comunidad internacional. Un país en la primera liga de corruptos; salvados por países de “buena” voluntad, que, al final, no se sabe a ciencia cierta qué nos pedirán a cambio, y cuándo.

Este presidente junto con sus ministros, deben tirar la toalla hoy mismo, pedir perdón al pueblo por arrastrarlo a la miseria y deberían desaparecer un buen tiempo de la escena política.

Se debería articular alguna herramienta jurídica como el “referéndum” para preguntar al pueblo si quiere o no seguir con este grupúsculo que funge de autoridad.

Por el bien de la Patria, es hora de bajar el telón a este circo.

 

 

1 Comment

1 Comentario

  1. Nidia Dahlquist

    11 de agosto de 2021 at 08:59

    Qué dura esta realidad planteada, este pais que se desploma ante tanta corrupción.

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