María Luisa Artecona de Thompson: “La abuelita cuentacuentos”

María Luisa Artecona de Thompson (1919-2003), poeta, dramaturga y cuentista paraguaya.“La abuelita”, como la había conocido. La conocí al ingresar a un colegio privado, donde estuve por varios años como catedrático. La abuelita tenía un encargo más que noble y loable: ¡Despertar el entusiasmo por la lectura a los niños del nivel primario! Los niños felices cada vez que la abuelita iba a dar sus clases, que realmente no eran clases, sino una algarabía de relatos de mundos maravillosos, un circo de fantasía de donde salían personajes inmortales y animales mansos y nobles.

Se me grabó esa estampa con la abuelita: Ella, sentada en medio de los niños, todos calladitos y disfrutando de la narración que hacía erizar la piel de muchos; a varios se los veía un poco sensibles por alguna acción triste de algún cuento.  Al finalizar cada capítulo, los niños la bombardeaban con preguntas: ¿cómo?, ¿y ahora?, ¿qué pasó del ratón?, ¿dale, contá más abuelita? y otras preguntas que con amabilidad la abuelita las iba contestando.

Indefectiblemente, la lectura es el motor para el desarrollo del lenguaje, potencia y desarrolla la inteligencia, desarrolla la creatividad, enriquece el vocabulario y agudiza la comprensión. La lista es larga sobre la importancia de la lectura en el individuo.

Paraguay está en los últimos lugares en lectura comprensiva y matemáticas, según el resultado del examen estandarizado PISA-D Paraguay [1]. Resumiendo,este resultado, el estudiante promedio de secundaria no entiende lo que lee, es decir son analfabetos funcionales, este fenómeno se traslada al nivel universitario que, luego de finalizar una carrera, a veces solo egresan con hojas fotocopiadas, se genera una franja de profesionales precarios.

La poca comprensión lectora incide también en el rendimiento en matemáticas y ciencias. Es un bucle interminable que afecta, en cierta manera, al desarrollo cognitivo del país, pues la poca lectura lleva al atraso de la sociedad. Ahora, en tiempos de pandemia, con las instituciones educativas cerradas, ya entramos al segundo año pandémico, nadie se pregunta qué pasa con nuestro niños y jóvenes que están aislados de sus profesores y compañeros de clases y, por sobre todo, aislados de la lectura.

El Ministerio de Educación y Ciencias tiene un Plan Nacional de Lectura, este plan fue relanzado por el exministro, Eduardo Petta, en el mes de junio de 2019. Este Plan Nacional de Lectura persigue los siguientes objetivos:

• Los estudiantes diariamente, deben leer en silencio, por lo menos diez minutos, un material seleccionado en forma individual.
• Dinamizar la utilización de la biblioteca: prestar-usar-leer un libro por semana/mes.
• Realizar tareas como resumen, síntesis del contenido para compartir con pares, teniendo en cuenta el grado y nivel.
• Organizar los libros recomendados de la semana, elaborar afiches con valores y colgar por las salas de clases, pasillos, asociarse a una biblioteca, visitar ferias de libros, librerías, bibliotecas nacionales por grado, preparar murales literarios en instituciones educativas. [2]

Actualmente, entiendo que este Plan de Lectura no se está articulando, quizás las autoridades del MEC podrían informar a la sociedad sobre este plan.

Otro punto álgido y preocupante del reporte de PISA-D Paraguay se centra en la formación y calidad de los maestros. Un indicador que siempre me ha llamado la atención es el hecho que el docente tenga que trabajar en varias instituciones: el famoso “maestro o profesor orquesta”, personalmente, llegué a trabajar bajo esa figura. Hoy, en pleno siglo XXI, y en la era del conocimiento, aun siguen estos “maestros orquestas”, con un alto porcentaje (83 %), según el informe.

¿A quién culpamos que nuestros niños no tengan una abuelita bondadosa que les cuente cuentos, relatos, biografías e historias? ¿Al Estado? ¿Al Gobierno? ¿Al sector privado?

A propósito del Día del Maestro, que se recordó el 30 de abril, hay muchos nudos que desatar en la amplia problemática del sistema educativo paraguayo.

Maestros que deben soportar una pandemia, desajustes personales debido a ella y lidiar con un sistema educativo que solo da dolores de cabeza por su insufrible burocracia y precaria gestión.

A mis queridos colegas, feliz día, y sigamos batallando por esos días mejores que vendrán,

¡Salud!

[1]https://mec.gov.py/cms_v2/adjuntos/15247?1545325232

[2]https://www.mec.edu.py/index.php/es/noticias/276-relanzamiento-del-plan-nacional-de-lectura

Martín Ramírez Machuca

 Doctor en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica.

Universidad de Kiel, Alemania.