Opinión
¿Rifle o escopeta? afinando la puntería para crear empleos
Jorge Garicoche. Foto: Gemtileza.
La pandemia del COVID 19 ha dejado al descubierto los problemas estructurales del mercado laboral paraguayo, caracterizado por una alta informalidad y precarización de los trabajadores. El 14,9% de la fuerza de trabajo (más de 560.000 trabajadores) se encuentran en condición de desocupados, subocupados o inactivos circunstanciales por motivo de la pandemia.
Tener un número de trabajadores tan alto que no se encuentre ocupado en el mercado laboral (o que lo haga en tiempo insuficiente) parece ser producto de la pandemia; sin embargo, al final del cuarto trimestre del 2019 los datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que más de 425.000 trabajadores paraguayos se encontraban en una situación similar. Es decir, siempre fueron muchos los integrantes de la fuerza laboral con la necesidad de tener un empleo digno.
De modo a emplear a estos trabajadores paraguayos necesitamos impulsar la creación de fuentes de trabajos. Ahora, ¿Cómo creamos estos empleos? ¿Es una función del sector privado o es una función del sector público? En situaciones coyunturales como la actual, en medio de una pandemia, es válido que el sector público cree empleos a través de la expansión de la política fiscal, especialmente a través de inversiones públicas. Es importante dejar en claro que estos trabajos son temporales, por lo que cuando se habla de cuestiones estructurales se debe apuntar a trabajos permanentes, aquellos que permitan al trabajador desarrollar una carrera, tener cierta previsibilidad y cotizar en un sistema de jubilación.
El protagonismo de la generación y captación de empleos permanentes reside en el sector privado de manera natural, lo que no deja exento al sector público en esta misión. La función del sector público es la de generar los incentivos suficientes para atraer inversiones del sector privado que permitan la generación de empleos. Paraguay es conocido en la región por la simplicidad de su sistema tributario y por los incentivos que la misma tiene. Si bien es cierto que esto permitió que muchas empresas se instalasen en el país, no se ha logrado aún atraer suficientes inversiones como para captar a una parte significativa de la fuerza laboral con empleos formales y de calidad.
Aquí es donde el análisis toma un giro del mercado laboral a la atracción de inversión y la competitividad. Para apuntar a esto, está demostrado que no alcanza con vender un país con buenos incentivos fiscales, se necesita una adecuada infraestructura, buena conectividad y un eficiente sistema de distribución de energía. Es muy difícil que se instalen grandes inversiones si las empresas no pueden sacar sus productos y conectarse a los mercados o no pueden garantizar el buen funcionamiento de su planta por los constantes cortes de energía. Paraguay no se encuentra muy bien rankeado en el reporte “Hacer Negocios” del Banco Mundial y presenta varios desafíos, tales como las excesivas burocracias en la apertura de negocios, el contrabando en el comercio fronterizo, cuestiones relacionadas a la seguridad jurídica, además de los mencionados problemas de infraestructura.
Los desafíos son muchos y traen consigo enormes costos de inversión pública; sin embargo, deben destacarse los esfuerzos sectoriales que se vienen realizando en relación con los citados problemas. En ese sentido, me gustaría señalar algunas ideas de como conectar esfuerzos de políticas públicas enfocadas en la atracción de inversiones y consecuentemente en la generación de empleos de calidad.
- ¿Qué industrias queremos instalar en Paraguay? Para responder esta pregunta es bueno entender que una cosa es disparar con escopeta y otra con rifle. La escopeta dispara perdigones que se dispersan intentando alcanzar a varios objetivos; mientras que un rifle apunta a tener más precisión hacia un objetivo disparando balas. Las probabilidades de tener éxito aumentan si vendemos mejor las ventajas que tiene el país para la instalación de ciertos tipos de industrias. Tradicionalmente en esto se destacan las industrias de agro alimentos, a los cuales se han ido sumando sectores como las autopartes y los textiles. Además de sectores como los que son intensivos en el uso de energía eléctrica. Los trabajos que viene realizando el Foro Energético 2040 junto con los trabajos de Inteligencia Comercial del Viceministerio de Economía y análisis técnico de REDIEX son insumos claves para afinar la puntería con respecto a qué industrias atraer.
- ¿Dónde queremos que se instalen? Definidas las industrias que queremos atraer y en función a su mercado potencial, es posible determinar donde pueden ubicarse. Esto permitirá concentrar esfuerzos de inversión pública y así donde va un camino y un puente, también se tenga garantía en la provisión de energía eléctrica. Además, de preparar el sistema sanitario y educativo de la zona.
El reconocido economista Ricardo Hausmann reflexiona sobre estos puntos haciendo uso de la obra “Esperando a Godot”. Donde los dos personajes principales se encuentran en el camino y esperan a un tal Godot. Ambos tienen vastas excusas para no continuar y esperar a que él venga. Día a día estos personajes reciben mensajes de que Godot hoy no vendrá, pero si lo hará mañana. La obra es bastante repetitiva y la espera por Godot es continua. Hausmann menciona: “Una vez que los gobiernos hayan dado estos pasos, es posible que ya no tengan que esperar a Godot. Pueden simplemente ir a buscarlo”.
(*) Investigación para el Desarrollo
Twitter: @gari_py
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