Opinión
El porqué de la crisis política
Antecedentes
La ANR ganó las elecciones presidenciales. Mario Abdo, colgado del saco de Goli Stroessner y con el apoyo de ODD y Juan Alberto Ramírez Díaz de Espada, gana las internas del partido y luego con el apoyo de Horacio Cartes llega a ser presidente. Gobernó sin la gente ni de Goli, ni de ODD, ni de J. A. Ramírez Díaz de Espada. Según el propio Horacio Cartes: “Es doloroso lo que [los que mandan con Marito] nos hacen ahora… y le digo con dolor en el corazón, él [Marito] prefirió y prefiere pactar con los enemigos del Partido Colorado”.
Así, el gobierno de Marito se caracterizó por ser un gobierno que respondió siempre a intereses globalistas, especialmente ejecutados por su hermano, Benigno López, nombrado ministro de Hacienda. Sus ministros y viceministros se caracterizaron por ser de izquierda y toda su cúpula de gobierno se caracterizó por ser anticolorado y por un profundo resentimiento contra el republicanismo, como lo es en el caso de Juan Ernesto Villamayor y el bolivariano Nicanor Duarte.
Ya para el 2019 Marito estaba sentenciado a ser recordado como el presidente “vendepatria”. Los escándalos de corrupción nunca se despegaron de él ni de su círculo. La pandemia solo vino a empeorar las cosas, especialmente para un pueblo que ya estaba acostumbrado a cierto grado de corrupción, pero que jamás nadie se esperó que llegaran a tan bajo como robar en plena pandemia. Ya no había más cómo desangrar al país y comenzaron a prestar y endeudar al Estado para seguir robando.
De no haber sido por Ferreira, jamás la gente hubiese conocido lo de la entrega de Itaipú; lo mismo con el caso de cuando intentaron malvender la estancia La Patria, que fue descubierto gracias a la investigación del diario El Nacional y frenada gracias al exsenador Goli Stroessner y a la ciudadanía. En el caso de los “insumos” para la pandemia, tampoco se hubiese sabido nada de no haber sido por el coraje y honestidad del empresario Ignacio Pidal, que denunció a Beto Melgarejo (quien ahora anda libre), y gracias al diputado Carlitos Rejala y a la ciudadanía nuevamente se pudo poner frenos.
El director de Itaipú, Bergen, renunció devolviendo sus millonarios sueldos, en un acto que se interpretó como si no estuviera de acuerdo nuevamente algo. Por su parte, Nicanor Duarte Frutos, director de Yacyretá se negó en todo momento a ser transparente. La corrupción salpicó a todos, especialmente a los que tienen conexión con la empresa Engeneering (la que se llevó casi todas las licitaciones del Estado) en complicidad con el ministro Wiens. Alfredo Guachiré, colaborador de El Nacional, presentó varios trabajos de periodismo investigativo donde deja en evidencia las sobrefacturaciones en el MEC de Eduardo Petta, y la corrupción que anega a Nicanor, quien en las redes se ganó ya el nombre de “Nicadrón”.
Al primer Juicio Político por traición a la Patria, a Mario Abdo, lo ha salvado el Movimiento Honor Colorado, y Pedro Alliana dejó ese hecho bien en claro. El único que salió efusivamente a favor de quitar a los traidores fue el Sen. Sergio Godoy. La idea contra el Juicio Político de aquel entonces era que no se podía entregar el poder a los liberales, ya que un liberal era presidente del Senado.
Marito, en aquel entonces, hizo algunos cambios; movió a algunos de aquí para allá, y cambió, pero sin realmente cambiar nada, como si estuviera ejemplificando por antonomasia al gatopardismo. Hoy, todos los que participaron de la traición están nuevamente como ministros o cargos sumamente importantes, como el ministro Castiglioni y González (que nada menos es ahora director de Itaipú).
La crisis
La gota que hizo que explotara nuevamente la paciencia social fue la falta de insumos básicos en los hospitales estatales. El Paraguay fue uno de los países más privilegiados ya que la pandemia no llegó hasta muy tarde. El gobierno tuvo dinero y un año para prepararse, y tuvo una carta blanca de parte de los políticos y la prensa con respecto a la pandemia. Lo único que quedó es la tremenda deuda, y ni siquiera en lo básico se han preparado.
Vuelve el fantasma del Juicio Político, y en él se revela la verdadera crisis política, pues ya nadie cree en los políticos. Ya en las primeras horas, algunos políticos manifestaron que debían “analizar” el caso (léase transar dinero o cupos de poder). Pero el problema más profundo se da en que tampoco nadie confía en el vicepresidente ni en el actual presidente del Senado, Óscar “Cachito” Salomón. No hay casi nadie que sin pago salga públicamente a abogar por Marito como un presidente que al menos halla llegado a la altura de la mediocridad; pero el miedo por Velázquez es más grande.
El pueblo ha salido masivamente a manifestarse. Su proclama era clara: “Fuera Marito”, con un eco que recogieron los medios de prensa internacionales. Sin embargo, la versión que impulsó el gobierno, a través de un mensaje deshonesto, mentiroso y manipulador, del entonces ministro del MITIC, Juanma Brunetti, fue que el pueblo quería cambios de ministros. Muy rápido, la prensa mercenaria de las ‘publinotas’ hizo eco de lo mismo, diciendo que la gente “pedía cambio de ministros e incluso algunos la destitución del presidente”, siendo que la verdad era, lo que claramente muestra la evidencia, que la gente gritaba una y otra vez “Fuera Marito”.
La otra mentira que impulsaron fue que la manifestación era organizada por comunistas radicales e infiltrados, eco que se dispersó muy rápidamente por la complicidad de los ‘conspiranoicos’. De que hay zurdos radicales, los hay, pero también colorados y básicamente de todos los partidos y credos.
Se han dado muy lentamente los primeros cambios de ministros, y los cambios demuestran que no habrá cambios. Para que vayan abriendo los ojos los ‘conspiranoicos’, al que llaman el hombre de Soros, Guillermo Sequera, después de renunciar volvió a ser confirmado. A Petta lo sacaron, aunque parece que todavía no le han comunicado o siga tardando en entender, en su lugar cumplieron con otro pago político nombrando a quien acababa de mentir y manipular para salvar al gobierno, y al parecer, como recompensa, Juanma Brunetti es el nuevo ministro de Educación.
Si ya antes a un gobierno traicionero le costaba gobernar debido a las deudas políticas que iba teniendo, ahora la cosa irá solo empeorando.
En el análisis que escuché de Emilio Urdipalleta, él habló del símil con los músicos del Titanic, aludiendo a que Honor Colorado, de prestarse a seguir respaldando a este gobierno (que ellos mismos acusan de traidor y nefasto) terminarán hundiéndose como los músicos del Titanic.
Yo creo que de seguir este gobierno no solo llevará a la ANR al abismo, sino a todo el país. De hecho, dilatar lo inevitable es solo prologar la agonía de un pueblo que ya ha sufrido mucho por las irresponsabilidades y manipulaciones de políticos de todos los colores. Cuanto más pasa el tiempo, menos confía la gente en sus políticos, y más crece la animadversión de la gente contra los colorados que de cierta forma siguen siendo colaboracionistas del mismo gobierno que les ha traicionado tantas veces, y lo más importante, del gobierno que ha traicionado a la Patria tantas veces.
Ninguno de los políticos en el Parlamento parece tener poder de convocatoria, quizás como resultado de solo haber comprado sus bancas. La esperanza política parece recaer una vez más en Horacio Cartes, pero de seguir dilatando y no tomar cuanto antes el lado del pueblo sólo confirmará que lo que se viene diciendo, de que a Cartes poco le importa el Partido y la Patria, y que solo busca garantías para sus intereses personales. Los amigos cartistas siguen esperando conocer directamente cuál es la postura oficial de su líder, aunque las declaraciones de algunos de sus políticos y la postura que va tomando el grupo La Nación, ya van indicando el rumbo. Hasta ahora, ni Marito ni Cartes aún no han dado la cara para liderar a su gente.
Políticamente parece que Calé, Villamayor, Nicanor y Euclides vuelven a ganar la pulseada contra Cartes, quien hasta ahora solo ha servido para avalar y permitir el continuismo de quienes tanto mal ya han hecho a la Patria.
Posibles salidas de la crisis
La solución más rápida, digna y limpia del problema sería destituir a Marito en un Juicio Político y que el vicepresidente asuma el gobierno interino, pero con la condición de que renunciará una vez que se llame a elecciones para cubrir el cargo del vicepresidente. El presidente no solo debe ser legítimo, sino también legitimado, y eso solo se conseguirá tras las urnas. De cualquier modo, aunque Velázquez no quiera abandonar el poder, a él sería mucho más fácil removerlo que a Marito. De cualquier manera, de obrar bien, Velázquez podría volver a presentarse en el 2023 y ganar las elecciones.
La otra vía es la que asusta a muchos y es a la que nos está obligando la clase política. Ésta claramente ya no es una crisis política, sino también cívica y la ciudadanía busca su forma de expresión fuera de los políticos “que supuestamente los representan” y de la prensa mercenaria, que está al servicio de quien paga más. La Constitución Nacional ha demostrado ser ya varias veces un verdadero poema escrito para proteger a los poderosos y no al pueblo. Si el pueblo no sigue manifestándose la cuestión solo podrá terminar en un ‘opá re’i’ (que es lo que busca el gobierno), pero si sigue manifestándose podría ir escalando, dependiendo del patriotismo de la ciudadanía que prefiere no continuar con el estado actual.
Los demás movimientos políticos que aún no lo han hecho deben manifestarse; igualmente los gremios de los médicos (recordemos que fue para apoyarlos que la ciudadanía salió a las calles).
Marito debe renunciar y dar paso a gente nueva. Prolongar esto solo seguirá contribuyendo a la calamidad que ya ha causado, y Dios no lo permita, pero si las cosas continúan saliéndose de control pueden ocurrir hechos más drásticos. A Marito se le advirtió varias veces, pero nunca hizo caso. Los cambios que ahora hace siguen siendo cantinflescos.
La democracia no es solo votar cada cinco años. Que alguien llegue a la presidencia, eso no le da derechos para ser negligente y robar a gusto por cinco años. Nadie ha votado por un gobierno vendepatria, traidor y corrupto. No sé si estaremos mejor, pero si seguimos con este gobierno ya tenemos el abismo decretado.
La democracia no es algo que un puñado de oligarcas deban manejar. A quien me pregunta qué pasará después, mi respuesta es que pregunten a quien le corresponde: “que el pueblo elija su nuevo destino”. ¿Es esto lo que verdaderamente preocupa a los políticos de turno? La supuesta “oposición” tampoco presenta una alternativa potable, después de todo, son ellos quienes hicieron cogobierno con Marito.
Espero que todo el esfuerzo del pueblo no haya servido solo para la repartija de zoquetes entre los políticos de todos los colores. Algún día nuestros hijos nos recordarán por el protagonismo que tuvimos en la historia de nuestro país.
El pueblo tiene que elegir y ser dueño de su destino, podrá equivocarse, pero siempre tiene el derecho a rectificarse.
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