Opinión
El escrache y la oposición, y la oposición al escrache
Juan Ernesto Villamayor se retira del restaurante luego de los incidentes. Foto: Captura de pantalla
Cuando en los primeros días de febrero se organizó una marcha contra la indolencia del presidente por la humillación que hizo a un hombre que pedía remedios para su hermano, muchos nos sumamos al llamado, hasta que una de las que hacía el llamado (@titevera), o como la califica Hugo Portillo, una de los “chetos progres”, emitió un tuit respondiendo al entusiasmo por la marcha de Carlitos Rejala que decía: “Hola @carlitosrejala vos no estás invitado”.
Desde ese entonces se me hizo claro a mí y muchos otros, que no se trataba de una marcha ciudadana, sino de una marcha política de los “camisas negras”, que tenían una agenda política específica que seguir más allá de manifestarse contra el gobierno. Eso fue desilusionante, pero más triste aún fue el criterio discriminatorio y excluyente que tiene esta gente.
Resultase que al parecer los escraches también son así, especialmente para los FakeNews. Cuando los de Patria Querida o Kattya González hacen el llamado para escrachar, la FakeNews inmediatamente saca cientos de comunicados: “ciudadanos autoconvocados hacen escrache”. Pero si el escrache es colorado, ahí ya solo son “hurreros pagados”, etc.
¿Por qué es que la ñembo oposición no acompaña los escraches? Quizás la respuesta es también así de simple. Muchos de ellos son hoy cogobierno con Marito, y otros simplemente tienen a parientes o algún que otro interés económico con el gobierno. En el caso de Efraín, por lo menos él estaba preso, y tal como parece se tiene ahora que hacer un desalojo judicial para sacarlo de la cárcel; pero en honor a la verdad Efraín tampoco hacía nada cuando estaba libre. Recién cuando ya todo estaba resuelto él salía con su heroica proclama.
El escrache a Villamayor
Este fin de semana se llevó a cabo un escrache épico contra Juan Ernesto Villamayor. Todo escrache es un acto de violencia, ya sea con gritos, en forma de violencia física o en forma de violencia pasiva.
La caradurez de Villamayor y su séquito fue en definitiva el primer acto de desafío. Se trata de nada menos que el brazo derecho del presidente del gobierno más corrupto de la era ñembo democrática. En casi todos los escándalos de corrupción y traición contra el Estado, el nombre de J. C. Villamayor es un común denominador. De hecho, Alfredo Guachiré, colaborador de El Nacional, ha hecho un breve resumen de sus fatos, y sería bueno para todos refrescar la memoria para conocer a este siniestro personaje, cuya familia ya tiene un historial de traición.
Lo que sí es que el escrache con gritos no funcionó contra ninguno de estos caraduras que iban con Villamayor. Su acompañante incluso se puso violenta, y a todos se los vio con un aire de soberbia. A pesar de los gritos y de los líquidos que les derraban, no quisieron abandonar el lugar. Finalmente se dio el desenlace donde Darío Giménez hizo lo que hizo (un hecho que todos los paraguayos lamentan). Pero no hay que olvidar que, aunque Darío dio el primer empujón, fue Villamayor quien intentó prenderle el primer tongo; sin embargo, sigue en su función como si nada.
Villamayor aseguró que no iba a tomar acciones legales, lo cual es lógico, ya que ni Marito va a poder atajar a que todo el pueblo se levante; de ahí que su estrategia parece tomar ahora otra forma. En primer lugar, las FakeNews a sueldo de los corruptos de turno fueron los primeros en salir al paso. No podían abiertamente defender a Villamayor, así que su estrategia se basó en polarizar y directamente desvirtuar a los escrachantes y pretender hacer quedar como si el escrache fue algo planeado y pagado por el cartismo. En la parte legal, la estrategia parece querer moverse dejando a las ‘mujeres’ como víctimas y haciendo que sean ella quienes demanden. Del aparato del Estado, el Ministerio de la Mujer fue el primero en jugarse sacando un comunicado deleznable. La desfachatez de esta gente es tal, que hasta el mismo Villamayor y su “socio” Alfaro reconocieron el hastío del pueblo.
Si el escrache de San Valentín parece una pelea entre colorados es solo porque la ñembo oposición es actualmente compinche de Villamayor y así lo ha demostrado su silencio cómplice. No se la vio a Desiré, ni se vio los berrinches de Kattya González ni de su escudero “Sancho”. A todo esto, debe sumarse la complicidad de la Fake News que ignora a otros líderes que no son colorados, como Carlitos Rejala, Payo Cubas y José Luís Chilavert, que sí aplaudieron el escrache y manifestaron su apoyo.
Villamayor sostuvo que tenía una gran cantidad de gente que lo apoyaba. Resulta una lástima que ninguno de sus amigos imaginarios o “amigos en el cauto silencio” quiera dar la cara en público, al menos para acompañar a EVP y a los otros dos perdidos del tuiter que salieron a su favor. Lo que sí tiene Villamayor es un ejército de ‘trolls’ resguardados en el anonimato que se encargan de calumniar y difamar a la familia Giménez, así como intentaron hacer contra el empresario Ignacio Pidal.
En cuanto a la familia de Darío Giménez, como él bien lo dice, su participación fue meramente circunstancial y accidental; era uno más del grupo que sencillamente pasó a la historia por darle una zurda al zurdo. El hecho de que ahora quieran sacar todo su historial de vida es totalmente irrelevante. Darío incluso tiene cara de diablito, así que pueden decir lo que quieran… Lo importante es no perder el enfoque de que el escrache era contra Villamayor, no contra Darío Giménez (quien no ocupa ni ocupó ningún cargo público). Que sea patotero o no, ya es otro asunto (según creo Darío solo tiene aspiraciones a la presidencia del Club Guaraní, no a postularse de santo).
Es bueno también notar la ausencia de los otros movimientos políticos, como Nueva República y Esperanza Republicana, que (que yo sepa) no han emitido ningún comunicado oficial de apoyo (ya sea al escrache o a Villamayor). La política no es un mero ejercicio electoral y en una democracia demanda la acción activa de la ciudadanía. No es cuestión de apoyar siempre a los correligionarios. Yo en varias ocasiones he salido a favor de Kattya González, de Payo Cubas, de Celeste Amarilla…, y no solo en favor de los republicanos. Pero es curioso que ahora la “oposición” respalde siempre al oficialismo (generalmente ‘oposición’ implica oponerse al oficialismo, no ser parte de él).
Lope de Vega escribe tres dramas que son considerados “municipales”: Peribáñez y el Comendador de Ocaña, El mejor alcalde, el rey, y Fuenteovejuna. En Fuenteovejuna, Lope cuenta el anecdótico caso del pueblo de Fuenteovejuna, anécdota que ya se encuentra en Gesta hispaniensia de Alfonso de Palencia. En el municipio de Fuenteovejuna habían matado a un comendador que era corrupto y abusivo. Cuando el Rey quiso hacer justicia a su comendador envió a hacer averiguaciones, incluso bajo tortura todos respondían lo mismo:
“-¿Quién mató al Comendador?
-Fuenteovejuna, Señor.
-¿Quién es Fuenteovejuna?
-Todo el pueblo, a una.”
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Beatriz
17 de febrero de 2021 at 09:53
Brillante… absolutamente de acuerdo con lo expuesto en tu publicación, en especial en dos puntos:
1° que los defensores de Villamayor tratan por todos los medios de hacerle parecer una victima y hacernos perder el enfoque del meollo de la cuestión, y comunicadores como el que nombraste hipócritamente desvirtúa las acusaciones y los negociados del jefe de gabinete aun sabiendo que son ciertas, diciendo que el escrache fue montado y organizado por alguien a quien acusa de todos los males del planeta.
2° una verborrágica y populista legisladora aludiendo que es una pelea entre colorados y defendiendo a Villamayor, desvirtuando que el hartazgo y rabia contra Villamayor se vio reflejada en la reacción de Dario Giménez… jamas justificaría la violencia y menos la física, pero lo que mas me indigna es la hipocresía de quienes quieren erigirse en paradigmas morales y éticos como ciertos comunicadores radiales, y legisladoras, etc., que olímpicamente obvian de manera grosera las acusaciones que pesan sobre Villamayor haciéndole parecer un ángel y como la victima, y a los “escrachadores”, mountruos y trolls direccionados para lo acontecido, y ninguna valoración hacia las groseras y vergonsozas actividades mafiosas del jefe de gabinete!