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Opinión

Los golpes del Golpe

POR Alan L. Redick
Columnista

Tras el Golpe el Gral. Rodríguez había prometido una sociedad sin privilegios. A 32 años solo tenemos una “democracia” sin ‘demos’ (pueblo) y una casta de narcopolíticos y cleptócratas investida de privilegios. La participación de la ciudadanía en la vida pública se reduce a votar en elecciones dudosas cada 5 años, donde se vota pero no se elige, y manifestarse en actos desesperados por tanta corrupción.

Todavía no se enfriaron las metrallas del Golpe cuando los conjurados continuaron dando sus ‘golpes’. El primer sitio al que acudieron fue al Banco Central, donde robaron nuestra reserva de oro (aunque hoy la prensa mercenaria dice que solo es un mito urbano), y vaciaron también las reservas monetarias. Por primera vez el Paraguay no tenía el dinero que siempre tuvo, a tiempo, para pagar la deuda externa.

En los días siguientes se procedió a la expoliación masiva de los bienes de los derrocados. Se dio quizás la transferencia de bienes más grande y rápida de la historia del Paraguay. El caso de Feliciano Duarte es uno de los más conocidos, en el que terminaron dejándolo en la ruina. El Canal 9 pasó a manos de Saba (yerno de Rodríguez), etc. Ninguno de los bienes terminó para el Estado.

Ya a primeras horas de la mañana del 3 de febrero fueron apareciendo las caras de quienes se colgarían del Golpe de Rodríguez, apropiándose de cierto protagonismo, aunque no hayan contribuido en nada para el Golpe. Los antiguos chupamedias de Stroessner, como Acero Zuccolillo y Humberto Rubín, que se habían beneficiado en demasía del gobierno de Stroessner y solo al final se habían dado vuelta, fueron los primeros en aparecer como grandes próceres.

No faltaron otros políticos como Laíno y Euclides Acevedo; tampoco faltaron paracaidistas oportunistas de la politiquería como Juan Carlos Galaverna y Juan Ernesto Villamayor, dos joyitas que prohijaron a esta falsa democracia desde el inicio y que se perpetuaron en el poder por casi ya 35 años, rapiñando todo lo que se les pone en frente e incluso más allá de ello. Se hizo notorio además el involucramiento en el narcotráfico al menos de Galaverna (como se lo señaló en el programa El Ojo).

Empresas del Estado como parte del botín

Si bien ya en las primeras horas de lo que ruinmente se llama la ‘era democrática’ ya se habían producido los primeros saqueos al Banco Central, desde donde con vehículos del ejército y sin ningún pudor trasladaron oro y dinero; la expoliación a los que cayeron en desgracia continuó, y cuando hubo eso acabado siguieron las empresas estatales.

La nueva política económica que ya vino a implantar George H. Bush, más conocida en la época como Neoliberalismo, iba impulsando la agenda de la privatización. Con la llegada de Clinton al poder en EEUU y los Barones de Itaipú en Paraguay, eso solo se intensificó. De repente, como por arte del birlibirloque, las empresas del Estado que habían funcionado bien bajo Stroessner se vinieron abajo y se tuvieron que malvender. Así perdimos: La Flota Mercante del Estado; LAP (Líneas Aéreas Paraguayas); LATN (Líneas Aéreas de Transporte Nacional); APAL (Administración Paraguaya de Alcoholes); ACEPAR (Aceros del Paraguay); el Hotel Guaraní; el Ferrocarril; el Tranvía…

Si el reparto de tierras en tiempos de Stroessner puede ser cuestionable, desde 1989 a 2003 el IBR regaló 989.589 hectáreas a los próceres y a sus amigos opositores, aumentando el expolio a la Patria.

Más de 7 billones de dólares, dinero destinado a las municipalidades y gobernaciones, desapareció sin rastros de progreso. Difícil o imposible es decir hoy día dónde están las obras que se hicieron.

Pero cuando terminó o se saturó de dónde seguir exprimiendo al Estado, comenzaron a robar de lo que ya no teníamos, y así continuó implementándose una agenda globalista con préstamos millonarios que nuevamente se esfumaron sin dejar mayores rastros de progreso para el país. De un poco más de 69 mil funcionarios públicos antes del Golpe hemos pasado a más de 270 mil, y si se suman los contratados se llega a 390 mil.

El estado lamentable de nuestros hospitales y escuelas ya no es novedad hoy día. Si bien en el gobierno de Stroessner también había corrupción, la evidencia en obras y servicios muestra que a pesar de ello hubo un control que permitió un alto grado de progreso, especialmente si lo comparamos con la “era democrática”. Poco o nada se hizo en estos 32 años, pero la deuda creció a niveles alarmantes.  Contra los hechos, a estos próceres de esta “era democrática” y a sus predicadores en las Fake News, solo les queda calumniar.

El Parlamento

Quien quiera echar toda la culpa a la ANR de los males de nuestro tiempo, estaría muy equivocado. La oposición nunca pudo presentar una opción o alternativa porque siempre fueron peores que los colorados. No es que no se les haya dado una oportunidad, ya que lo primero que se hizo fue eso, y así se eligió a Carlos Filizzola como intendente de Asunción, y luego a Martín Burt, quienes se encargaron de dejar en ruinas una ciudad tan bella y llena de flores. Asunción hoy está a unos pasos de ser La Habana del sur.

Los ‘opositores’ inmediatamente después del Golpe, como grandes oportunistas, vieron la ocasión de tomar un espacio, aunque como impostores, pues el Golpe fue un levantamiento militar con la participación de cinco civiles (entre ellos Argaña y Blas N. Riquelme). Pero como no podían ganar como oposición decidieron ser cómplices. Con Wasmosy se lleva a cabo el nefasto “Pacto de Gobernabilidad”, donde, con la oposición, cocinaron el Poder Judicial que tenemos hoy.

El Parlamento también cambió, no solo en números, sino también en calidad. En 1988 el sueldo de un senador era 795.000 Gs., ahora es 32.000.000 + Gs. Y sí, hay caraduras o ignorantes que dirán, “sí, pero antes robaban y traficaban influencias”… No solo hemos cambiado números, sino que cambiamos a Ezequiel González Alsina, Bacón Duarte Prado, Domingo Laíno, Rodrigo Campos Cervera, Efraín Cardoso, Carmen de Lara Castro, Leandro Prieto Yegros, Ubaldo Centurión Morínigo … y hoy tenemos al perpetuo Juan Carlos Galaverna, a Carlos Portillo, Rodolfo Friedmann (ANR), Zacarías Irún, Celeste Amarilla…

Las víctimas de la “era democrática”

Obviamente, las primeras víctimas de la “era democrática” fueron aquellos pobres 54 soldados que murieron. Claro, esto se entiende que fue el precio por la “libertad”, aunque a nosotros nos cueste admitir que en otra época también se tuvo que pagar un precio. De todos modos, a la hora de juzgar, se tiene que comparar siempre con la alternativa, y no con el gobierno de los ángeles. Paraguay bien pudo haber sido la Cuba de Sudamérica.

Pero así también como en un periodo contamos no solo a las víctimas directamente relacionadas con la política y al terrorismo guerrillero, en la “era democrática” también hubo desaparecidos y ajusticiados. De entre las primeras víctimas significativas de la narcopolítica están el Gral. Ramón Rosa Rodríguez y el periodista Santiago Leguizamón. Los desaparecidos por los narcos se cuentan de a miles. En una investigación que hicieron Menchi y Augusto Barreto, llegaron a un cementerio clandestino donde encontraron cuerpos dondequiera que ponían la pala. El cálculo de Barreto es que se depositaban 23 cuerpos cada fin de semana.

En los documentales del “terror” que pasan, muestran los tétricos calabozos. Hoy día son las escuelas las que se encuentran en ese o peor estado. La cárcel de Tacumbú hace poco ganó fama mundial, por ser una de las peores cárceles del mundo (Inside The World’s Toughest Prisons). En otra de las cárceles, en un motín, llegaron hasta a jugar fútbol con la cabeza de un reo. Así, de cientos pasamos a miles, y eso sin contar a las víctimas de la inseguridad urbana, ni los ajusticiados ni amenazados. No hace mucho, el empresario Ignacio Pidal recibió serias amenazas de muerte por haber denunciado el robo con la sobrefacturación en la lucrativa empresa del Covid.

No solo las muertes, y los desaparecidos han crecido exponencialmente. Tan solo entre las víctimas oficiales del EPP se encuentran 38 civiles, 18 policías y 11 militares. Se llegó a matar a un vicepresidente, a la hija de un expresidente y aún sigue secuestrado un exvicepresidente (si es que aún no lo mataron). Los exiliados que eran cientos se han vuelto millones. En la “era democrática” millones de compatriotas tuvieron que verse forzados por la necesidad y la miseria a ir a buscar un sustento fuera de la Patria. Se han producido éxodos que ni en las peores épocas se vieron. Pero en fin…

Influencia de Estados Unidos y el triunfo de la narcopolítica

Constantemente nos venden el cuento de que Estados Unidos impulsó el Golpe para que exista una apertura democrática. Para Estados Unidos, Stroessner siempre fue el defensor de la democracia y del mundo libre; entonces, ¿qué cambió?

No hay dudas de que Stroessner llegaba al fin de su mandato, era solo una cuestión de tiempo, ya que la naturaleza misma no le permitiría al ya viejo y cansado Stroessner volver a presentarse a otra reelección. Entonces, ¿qué interés tendría Estados Unidos en forzar las cosas y perder en la región a su mejor aliado?

Pues, en Estados Unidos también cambiaron las cosas. George H. Bush había sido jefe de la CIA y tenía ya una ominosa trayectoria, pues en 1976 había sido el promotor de la ‘Operación Condor’, y fue asesor del presidente Jimmy Carter, quien, a la par de hablar del respeto a los Derechos Humanos, instituyó las “técnicas” que enseñaban en la Escuela de las Américas. Bush políticamente fue de tendencias neoliberales yendo contra sus propias promesas electorales de no subir los impuestos.

Pero algo que la gente quizás no sepa, no recuerde o no pueda conectar, es que la CIA estaba con graves problemas financieros, ya que el Congreso le había recortado severamente el presupuesto. La solución de la CIA fue sencilla, para continuar su lucha contra los comunistas en Centroamérica, decidieron vender armas. Primeramente, comenzaron a vender armas que eran confiscadas en los Estados Unidos, y que, en lugar de ser destruidas, como mandaba la ley, eran entregadas a los que luchaban contra los guerrilleros y luego simplemente comenzaron a venderlas para financiar otras operaciones.

Sin embargo, de esa empresa que empezó con cierto grado de idealismo, pronto se comenzó a descomponer la cosa y se volvió una industria global. Coincidió que en aquella época también iba cayendo la Unión Soviética, y a la CIA le resultó bastante fácil negociar con algunos jerarcas soviéticos para comprar armas y luego revenderlas en el mercado negro. La industria fue tal que no pudieron siempre negociar con dinero en efectivo, y es así como también empezó el trueque de armas por drogas, lo cual se acentuó casualmente a finales de los 80.

En 1974 el Gral. Rodríguez, gracias a una publicación en la revista Selecciones, adquiría fama internacional como uno de los mayores narcotraficantes del mundo. El mismo Stroessner tuvo que intervenir en dos ocasiones para salvarlo, y según podemos inferir también se ejerció cierto control sobre los “negocios” de Rodríguez; control que se perdió totalmente tras el Golpe, lo cual le permitió a Rodríguez hacer tantos ‘golpes’ como quiso. Tan solo uno de los casos que se hizo famoso fue el de Parque Cue, donde el piloto también involucró al ‘prócer’ Juan Carlos Galaverna.

¿Cómo es entonces que Estados Unidos tranzara con uno de los peores narcotraficantes del mundo? ¿Era realmente imperioso derrocar a Stroessner urgentemente? Pues la versión que dejaron correr es que a Rodríguez lo blanquearon ‘los yanquis’ para que haga el Golpe; pero esto solo puede ser cierto y coherente si entendemos que eso de “blanquear” se refiere al polvo blanco.

Rodríguez, de ser uno de los más perseguidos, pasó a ser uno de los privilegiados. Incluso después de dejar el poder (1993) pudo viajar libremente a Estados Unidos, incluso murió en New York en 1997.

La era de Clinton fue peor que la de Bush (P), tanto en su política neoliberal como en el tema de las drogas. Bill Clinton, antes de ser presidente, fue el gobernador del estado de Arkansas. En Arkansas operaba un aeropuerto en el pequeño pueblo llamado Mena (un aeropuerto para un pueblo tan pequeño ya no tenía sentido). Desde ese aeropuerto es que se hacían las operaciones de la CIA intercambiando armas por drogas en los 80 cuando Clinton era gobernador (Washington Post, 7/8/1996). Clinton sube a la presidencia y de ahí en más el resto es historia.

Gary Webb fue el periodista que descubrió con más lujo de detalles los operativos de la CIA con cocaína, y en 1996 publicó el caso en el San Jose Mercury News. Casi inmediatamente la Fake News comenzó a atacarlo y tratarlo de ‘conspiranoico’ hasta destruir totalmente su carrera y su reputación, al punto que Gary terminó suicidándose o lo suicidaron (2004). Sin embargo, un tiempo después ya no se pudo evitar el escándalo y Gary terminó siendo un mártir del periodismo americano (la película Kill the Messenger, 2014, está basada en su historia).

Pero volviendo al Paraguay… Nunca como en la década de los 90 se potencializó tanto el narcotráfico en Paraguay, y a partir de ahí solo Dios sabe. Por su parte, Clinton tuvo que vivir otro escándalo con el caso de la “habitación Lincoln” de la Casa Blanca (CNN, 25/2/1997; Washington Post 26/2/1996). Se usaba la Casa Blanca como un motel, donde los grandes contribuyentes de la campaña de Clinton utilizaban la habitación Lincoln a su gusto.

Durante mi primer acercamiento a Casa Blanca en la administración Obama me dieron la bienvenida con un chiste que me hicieron ni bien les dije que era paraguayo. Me preguntaron jocosamente si quería que me preparase la ‘habitación Lincoln’. Pues resulta que no fueron los famosos de Hollywood los que levantaron las sospechas del escándalo, sino unos paraguayos que iban bien ‘acompañados’ a pernoctar a la Casa Blanca. En el 2015 se volvió a desatar una polémica ya que los mismos huéspedes donantes seguían colaborando con los Clinton.

Bill Clinton pasó a inaugurar la lista de presidentes que terminaron billonarios sin serlo antes. En Paraguay, Rodríguez pasó a inaugurar la narcopolítica, que desde el 89 gobernó junto a los Barones de Itaipú durante los 90. Después de eso siguieron viniendo épocas nefastas con gobiernos que competían por ver cuál era el más corrupto.

El gobierno de Stroessner tuvo sus errores, pero nadie reivindica mejor a Stroessner que lo que vino después. Los que se apropiaron del mérito de ser los héroes de la “democracia” son los mismos nombres de los que se perpetuaron en todos estos años en el poder. Los mercaderes de la Fake News se hicieron grandes magnates, y ninguno de estos próceres carece de un buen vivir, mientras que el pueblo, en lugar de estar mejor, está cada vez peor.

Hoy, en el chiquero político se revuelcan los campeones de la narcopolítica, los vendepatria, la oposición cómplice y zoquetera, los populistas y los socialistas. Hoy incluso, con Efraín hasta tenemos un preso “perseguido político”. Su esposa recordó también en un acto, que hace un tiempo la sede del PLRA fue atropellada y asesinaron a un joven. La ONU ahora cuestiona la justicia del gobierno por el asesinato de dos niñas, y eso es solo lo más reciente.

Entre todos ellos, han secuestrado a la República sin que el pueblo se sienta representado y sin que el pueblo pueda decidir su destino. Eso no es democracia, y la historia que vivimos estos 32 años ratifican cada letra de esa oración. Este viernes, en una confusa manifestación, un joven proclamaba: “Hace 32 años que vivimos en una supuesta libertad, en una democracia disfrazada de los mismos golpistas”.

Ya viene siendo hora de que nos enfrentemos a la realidad de la farsa que nos han impuesto. Es hora de que se devuelva a la ciudadanía el poder de decidir sobre el destino nacional. Hace un tiempo propuse que se haga una enmienda a la Constitución (no una reforma), para que se incorpore el Plebiscito Soberano y que se reconozca el derecho del pueblo a defenderse del gobierno.

El Plebiscito faculta al pueblo a: 1) vetar cualquier ley, tratado o resolución; 2) remover a cualquier funcionario público sin dar explicaciones; 3) llamar a elecciones inmediatas si se remueven cargos electos. El pueblo debe ser quien tenga la última palabra. Solo así se podrá purgar al gobierno de corruptos sin que necesitemos héroes populistas. Solo así se podrá sanear el Parlamento y el Poder Judicial. Los cambios se dan indefectiblemente, pero nosotros podemos elegir si cambiamos inteligentemente, y ya es hora de que tengamos algo más próximo a una democracia con el ‘demos’.

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